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Domingo, 1 de marzo de 2015

SALí

COMER EN PAREJA

 Por Rodolfo Reich

VER EL MUNDO PASAR

Las esquinas de Buenos Aires son, cada vez más, cooptadas por restaurantes que abren sus vidrieras al mundo. Uno de ellos es el flamante Comité, encantadora y típica postal del barrio de Palermo. Mesitas pequeñas adentro y afuera le dan cierto aire a bistró francés, tuneado por líneas industriales que aportan su cuota de modernidad. El espacio está dividido en dos salones. En uno, una barra exhibe apple crumbles, cheesecakes, panes, croissants y varios etcéteras, tanto para el servicio diurno como para llevar al hogar. En el otro, el restaurante se muestra pequeño e íntimo, con un amplio mueble de fondo con vinos y aperitivos.

La carta es breve e incluye opciones de platos ligeros y otros más contundentes. Para comenzar, recomiendan las tapas, pequeñas y ricas, a precios altos para su tamaño. El cerdo braseado especiado es tierno y sabroso ($108); las mollejas glaseadas crocantes ascienden a $122 mientras que las patatas bravas con huevo a baja temperatura cuestan $78.

Los platos principales cambian cotidianamente, siempre bajo una misma estructura: hay un risotto, una pasta y una pesca, además de dos carnes (ojo de bife jugoso o carrillera de ternera de cocción larga), todos bordeando los $170. El risotto podrá ser de mariscos, el pescado un mero al horno, según el deseo y creatividad de la cocina. Además, hay sandwiches, hamburguesas y ensaladas.

El vino es un claro protagonista: la selección esquiva el lugar común con bodegas como Altosur, Manos Negras, Atamisque o Raúl Dávalos (desde $150), y una buena oferta por copa (la de El Padrillo Pinot Noir, por ejemplo, sale $70). Una buena idea: ir temprano, elegir los quesos y fiambres de alta calidad que ofrecen, y aprovechar el happy hour (2x1) de cócteles o vino del día.

Todavía en período de estreno, Comité debe pulir ciertas cosas (entre ellas, aceptar al menos tarjeta de débito), pero ya es una preciosa esquina donde sentarse, beber, comer y ver el mundo pasar.

Comité queda en Gorriti 5900. Teléfono: 4774-1595. Horario de atención: martes a domingo de 9.30 a 24. Sólo efectivo.


UNA VUELTA DE TUERCA

Hace varios años que el sushi moderno se alejó de la sutileza japonesa para adentrarse en los aromas tropicales e intensos. Una moda que sigue vigente, si bien ya con menos novedad y sorpresa. Entre sus protagonistas, con cuatro exitosos años de vida a sus espaldas, el restaurante Tô suma una vuelta de tuerca, con su fusión con la cocina francesa. Es decir, dos grandes tradiciones culinarias, revisitadas en clave palermitana (léase, cemento alisado, madera brillante, una barra imponente, boxes, velitas y camareros jóvenes).

El ambiente ofrece buena música de aires electrónicos y un salón en planta baja donde dominan las mesitas para dos comensales (en el primer piso las mesas permiten armar grupos más grandes). Un camino posible es aprovechar su kaitén ubicado en la barra, único en Buenos Aires, una cinta transportadora que transporta rolls, miniporciones de tiradito y ceviches para un self service de lujo. Pero, para quienes busquen más intimidad, las mesas son el lugar adecuado.

La carta de Tô se divide en dos. De un lado, el sushi, con piezas como Le Chateu (langostino en tempura, queso Philadelphia, peras, todo rebozado en coco con praliné de almendras, a $210 las diez piezas); o el Tsunami, una tormentosa mezcla de centolla, palta, langostinos y una emulsión de cilantro y hongos salteados en manteca. Apenas una muestra de lo mucho que ofrece el sushiman Mariano Ruggiero, a quien puede verse tras la barra.

De los fuegos, responsabilidad del chef Lucas Ceballos, provienen aromas franceses (lejos de toda ortodoxia), con entradas como la ensalada de pulpo grillado y mollejas sobre hongos, rúcula y polvo de aceitunas ($160) o la bondiola braseada con salsa demi glacé, crema de batata, mermelada de pera y cebolla caramelizada ($250), entre otros platos. Todo regado de vinos o una carta fresca y dulce de cócteles de autor, que llevan la firma de Lukas Avalos.

El mix es ecléctico y podría fallar. Pero Tô logró en estos años un lugar que, apoyándose en el último grito de la moda, quiere convertirse en clásico.

Tô queda en Costa Rica 6000. Teléfono: 4772-8569. Horarios: lunes a sábados, de 20 al cierre (los martes es ladies night, con 20 por ciento de descuento para mesas de mujeres).


EL SUR DE LE SUD

La gastronomía francesa tiene grandes exponentes en Buenos Aires, conducida con una generosa camada de chefs galos que se radicaron en Argentina seducidos por los aromas (y, en muchos casos, por las mujeres) rioplatenses. Entre los mejores está Olivier Falchi, al mando de uno de los más clásicos y maravillosos restaurantes franceses de la ciudad. El lugar se llama Le Sud, y está dentro del hotel Sofitel Buenos Aires.

Como buen restaurante cinco estrellas, Le Sud se elige para una comida especial, un aniversario o cena donde nada debe salir mal. Y, por suerte, nada sale mal: desde el pan de queso que llega a la mesa al sentarse, junto a unos dips de manteca ahumada, aceite de oliva y una pasta de tomates secos, hasta el servicio, la vajilla y la cristalería de alta calidad.

La carta deambula por sabores tradicionales en versiones delicadas y contemporáneas. El best-seller de la casa, secreto poco conocido, es La Table D’Olivier, un menú a precio imbatible que se ofrece al mediodía y a la noche. Consiste en entrada y principal a elección ($320, con postre $390), incluyendo bebida sin alcohol, copa de vino, café y petit fours. Entre las opciones posibles, que cambian semanalmente, hay entradas como el carpaccio de lomo con rúcula, parmesano y huevo mollet y principales como el ojo de bife con papines andinos, pesto de albahaca y salsa criolla. Pidiendo a la carta se ve lo mejor de Olivier (el tartare de lomo a $150, el pulpo grillado a $260, el pato en confit y magret a $300). Y, por si fuera poco, en estos días andan ofreciendo un menú patagónico, donde el cocinero da rienda suelta a su interpretación del sur argentino. Trucha, langostinos, centolla, ciervo, frutos rojos y peras conforman seis pasos deliciosos, cada uno acompañado de una copa de la bodega Fin del Mundo ($600).

La carta de vinos, completa y dividida según estilos (incluye verticales y wine flights), cierra una propuesta de lujo, sin estridencias. Un clásico francés en la Recoleta porteña.

Le Sud (Sofitel Buenos Aires) queda en Arroyo 841. Teléfono 4131-0130. Horario de atención: lunes a sábados, mediodía y noche; domingos, mediodía.


Fotos: Pablo Mehanna

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