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Domingo, 14 de febrero de 2016

SALí

PARA LLEVAR

 Por Rodolfo Reich

HIPNOSIS COLECTIVA

Pasar por delante de la amplia vidriera de la rotisería El Buen Gusto es peligroso: se corre el riesgo de quedar hipnotizado por el voluptuoso paisaje, casi pornográfico, de cuatro grandes spiedos, uno junto al otro, haciendo girar constantemente decenas de pollos, grandes tiras de de asado, bondiolas crujientes, generosos trozos de vacío. Desde afuera, a metros de la populosa intersección de las avenidas La Plata y Rivadavia, es posible imaginar el crepitar de la carne al cocinarse, viendo caer las pequeñas gotas de grasa derretida, muchas veces sobre otro pedazo de la misma carne que está, circunstancialmente, debajo, llenándolo de sabor y brillo. Así, es posible quedarse varios minutos embelesado, mirando ese discurrir culinario, maravilloso.

El Buen Gusto es una clásica rotisería de Caballito, con historia y clientes fieles que compran allí sus empanadas ($12), milanesas y supremas (desde $50), lengua y peceto (desde $220 el kilo), vitel toné ($300 el kilo), pastas varias (desde $55), tartas y croquetas, así como porciones de matambrito a la pizza o pollo al champignon (ambas, $90), entre muchísimas más opciones tan queridas y conocidas al paladar nacional. Pero sin dudas donde se separa de cualquier competencia es en su especialidad, los omnipresentes spiedos. De allí salen crocantes pollos ($150), vacío y bondiola (ambos, $260), entre otros cortes. Viernes y sábados suelen sumar lechón ($280) y, según el día, habrá chorizos y morcilla, colita de cuadril y asado. Todo rico, en la clásica cocción al spiedo (es decir, no son cortes jugosos, pero sí tiernos y sabrosos).

Herencia de las rotiserías de antaño que supieron poblar los cien barrios porteños, El Buen Gusto se mantiene incólume frente a las modas, con una de esas propuestas transversales, que gustan a todos. Bueno, a todos menos a los vegetarianos.

El Buen Gusto queda en Av. La Plata 31. Teléfono: 5901-3582 / 4902-8427. Horario de atención: lunes a viernes de 10 a 15 y de 18 a 22. Sábados de 10 a 14:30 y de 18 a 22. Delivery.


PURA FRESCURA

Lo llaman el “dream team”. A cargo del diseño de la carta está Fernando Trocca, el bartender Tato Giovannoni se ocupó de las aguas saborizadas y limonadas (que salen en preciosas botellas de vidrio de regalo) y el diseñador Horacio Gallo puso su mirada en la estética. Así fue el armado de Fresco, en pleno centro histórico de Montserrat, que ya está planeando dos nuevos locales para 2016. Abre de corrido, con desayunos, almuerzos y meriendas (pastelería de Próspero Velazco, café Nespresso), y su nombre busca ser una declaración de principios: “Trabajamos con productos de estación, en su gran mayoría naturales, sin pesticidas y trazabilidad”, explica Sebastián Pertiné, socio que suele estar presente y ayudando en el servicio. Entre sus proveedores, están los mismos que trabajan con la gastronomía cinco estrellas de la ciudad, desde las hojas de Sueño Verde a los quesos distribuidos por La Mesón, de pequeños productores zonales. La comida -sándwiches, bagels, ensaladas- está a la vista, pero no amontonada. Las estanterías tienen sólo lo que se vende en el momento (si algo no está disponible, se puede pedir y lo preparan al instante). El cliente elige, pasa por la caja y finalmente decide entre sentarse en sus mesas (pocas individuales y dos grandes comunitarias) o llevar (“un 60% es para llevar”, aseguran). Pero, a diferencia de tantos lugares céntricos, aquí la apuesta gastronómica es claramente superior a la norma. Sea el simple sándwich de pan de molde negro con mortadela de Tandil ($73) o el best seller de cerdo braseado con cebolla caramelizada y queso ($72). Sea un delicioso fatay de camarones ($84) o una ensalada de langostinos con aderezo casero pasando por el original sándwich de trucha. De beber, limonada bien cítrica y refrescantes aguas saborizadas. Paredes blancas y despojadas, azulejos cortados, vidrio, algunos guiños a la arquitectura tradicional porteña, la gran cocina a la vista: lugar canchero si los hay, Fresco promete y cumple. Gran opción para el mediodía más ajetreado.

Fresco queda en Diagonal Sur 761. Teléfono 4342-1347. Horario de atención: lunes a viernes de 7.30 a 18.


MINUTAS Y ALGO MAS

Sí las antiguas rotiserías, aquellas que supieron ser tan populares hace un par de décadas, hoy sufren un evidente proceso de desgaste y desaparición, existe a su vez una nueva generación que intenta ocupar su lugar. Espacios modernos, con ofertas adecuadas al gusto joven y contemporáneo, con cartas mucho menos kilométricas, pero incluyendo aún así varios de los clásicos nacionales (empandadas, pollos, tortillas de papa) y sumando especiales de la casa, sean hamburguesas caseras con ingredientes poco usuales o el tan de moda hot pastrami. Ése es el lugar que ocupa El Minutero, pequeño espacio abierto hace unos meses en Colegiales, en una esquina tranquila frente a la estación de tren.

Bajo el lema de “comida que te gusta”, allí ofrecen berenjenas en escabeche (porción a $45), tortilla de papa y de espinaca ($65), milanesas (desde $65) y algunos pocos platos de fondo (pollo al horno con hierbas y limón, $65, pollo entero a $180), entre otros. Pero su especialidad, lo más pedido y publicitado, son los sándwiches, todos hechos en el momento (demoran unos 10 minutos en entregarse), desde uno dulzón de bondiola braseada por tres horas en vino tinto y naranja con cebollas asadas en pan ciabatta hasta el de lomo a la plancha con parmesano, tomate confitado y rúcula fresca en pan de viena. También, choripán, pollo frito apanado, pastrami, tortilla de papa servida entre panes de focaccia y una generosa hamburguesa con mayonesa de pickles, mozzarella y rúcula fresca. Los valores van de $75 a $85, y para beber, dos heladeras ofrecen gaseosas, aguas y cervezas a muy buen precio: el porrón de Patagonia sale $28 mientras que el de Stella Artois cuesta $25. El local es simple y moderno, exclusivo para llevar. Está claro: no pretende revolucionar la gastronomía porteña, pero sí dar de comer a los que trabajan y viven en este barrio que, cada día, crece en su oferta gastronómica. No es poco.

El Minutero queda en Crámer 800. Teléfono: 4551-6413. Horario de atención: lunes a miércoles de 12 a 20; jueves a sábado de 12 a 22. Delivery.


Fotos: Pablo Mehanna

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