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Domingo, 11 de septiembre de 2016

SALí

A ALMORZAR (Y ALGO MÁS)

 Por Rodolfo Reich

ABRIENDO FRONTERAS

“Soy de familia china, mi mujer nació en Shenzhen”, dice Martín Jiang, explicando por qué apostó junto a su pareja a una gastronomía oriental. Pero 430 (el nombre remite al número de la calle donde queda) no se encuadra dentro de la postal típica del restaurante chino, sino que abre el juego a todo Asia, coqueteando con la cocina japonesa, la taiwanesa y también las del sudeste asiático. Y lo hace en un espacio moderno, donde abunda el cemento alisado, con dos largas barras de madera donde comer (una en la planta baja, la otra en el primer piso) y unas pocas mesas que se llenan rápido. “Vino un cliente japonés, nos dijo que lo que hacíamos acá no era un verdadero ramen, y tenía razón. Pero le gustó tanto que ya volvió dos veces”, asegura.

La carta de 430 es breve: durante este invierno, el plato estrella es el ramen, la sopa japonesa de moda en el mundo, que llega en tres versiones: de carne, de cerdo y vegetariana. Las dos primeras comparten el mismo caldo (a base de huesos de cerdo, novillo y pollo), la última es más ligera, con un fondo de verduras varias. En todos los casos, salen con huevo duro (cocido en salsa soja), akusay, zanahoria, rabanitos, cilantro, verdeo, maní y semillas de sésamo. El precio: $135, acompañado de un té de jazmín.

Otras opciones son los bao ($70), sándwiches de pan al vapor (que en lugar de tomar la forma tradicional taiwanesa, semejan una figacita suave), que se pueden pedir con carne, cerdo, pollo marinado o pollo frito, siempre acompañados de chips de camarón y de papa. También, gyozas (empanaditas fritas, $65 las seis unidades), pinchos y algunas ensaladas, todas jugando con sabores del lejano oriente.

430 inauguró hace un par de meses, sólo al mediodía, para dar cuenta del alto tránsito de la zona. Pero desde esta semana abrirá también de noche, aprovechando un gran subsuelo con barra de cócteles clásicos (manejada por Nicolás Constantin), cerveza artesanal y un menú orientado a las tapas asiáticas. Un lugar ideal para escapar a la monotonía culinaria del microcentro de la ciudad.

430 queda en San Martín 430. Horario de atención: lunes mediodía; martes a sábados, mediodía y noche.


LA HORA DEL ARANDANO

La web de b-Blue deja escuchar la canción “Better Together”, y resulta fácil imaginar a Jack Johnson sentado en una de las mesas del pequeño patio, con la luz del sol dándole de perfil, él rasgando su guitarra. La imagen permite entender el espíritu relajado y feliz de b-Blue, definido como “deli & natural bar”, con siete años de vida en Palermo.

Su nombre deriva de blueberries (arándanos en inglés). Sus creadores tienen cultivos de arándanos en los Esteros del Iberá, en Corrientes, y comenzaron este proyecto como una manera de mostrarlos en postres, jugos y tortas. Una casona de 1910, con pisos de pinotea y grandes lámparas de mimbre colgantes que le dan calidez.

La mañana puede empezar con un yogurt natural con granola (avena, copos de maíz, nueces, miel y arándanos orgánicos, $72); o, mucho más intenso, un brunch para dos ($314), con té o café de calidad, huevos revueltos con salmón ahumado, medialunas con jamón y queso, pan de campo, queso crema y dulce de arándanos.

Al mediodía, salen exitosos combos (entre $165 y $194), que incluyen por ejemplo sopa de calabaza de entrada, una limonada para beber, crumble de manzana de postre, diversos tés o café y un principal a elección. Los gnocchis de espinaca con salsa de puerros dorados con queso crema son ideales para días fríos; la ensalada tibia de salmón grillado con rúcula, queso brie y almendras adelantan la incipiente primavera. Hay, además, sándwiches, hamburguesa vegetariana, brochettes de pollo bbq, tartas.

Los jugos, especialidad de la casa, salen en grandes vasos de 600ml, con sabores como el Despertador (mix de berries, naranja, leche de coco y wheatgrass, $81) o el Mandarin Zen (mandarina, durazno, maracuyá, ginseng y jengibre, $82). Y conviene dejar lugar para la pastelería, desde la golosa Bombón (con generosa crema de dulce de leche y ganache de chocolate, $78) a una húmeda y muy sabrosa carrot cake ($78).

Para la mayoría de las preguntas, “love is the answer”, asegura Johnson. Y mejor aún si el amor está acompañado de una rica comida.

b–Blue queda en Armenia 1692. Teléfono: 4831–7024. Horario de atención: lunes a domingos de 9.30 a 20.


REVOLUCION EN EL BARRIO

Caballito Norte tiene su propia cadencia, distinta al resto del tradicional barrio porteño: pocos edificios, calles tranquilas, casas antiguas –muchas con más de cien años de construidas– y veredas arboladas conforman su ritmo cotidiano. “Somos un grupo de amigos que creció por acá. Veíamos que al barrio le faltaba renovarse”, dice Cristian Merino, uno de los socios de Planes, que desde su apertura se convirtió en éxito inmediato, con salón lleno desde el desayuno hasta la cena.

Tal vez el mejor momento para conocer Planes sea un sábado o domingo al mediodía, cuando el sol alumbra la espaciosa ochava y las mesas en la vereda son las primeras en ocuparse. El lugar todavía es nuevo, pero bien podría imaginarse que lleva un par de décadas allí, una sensación producida por los botellones viejos en las estanterías, la entrada de hierro y vidrio, los muebles de madera o el enorme y rústico horno de barro que preside el salón.

Definido como bistró, Planes no busca ser revolucionario, sino ofrecer comida casera, rica y abundante. Todo hecho en el lugar: el pan, las medialunas, las pastas, las mermeladas. La oferta recorre sabores conocidos. Ideal para acompañar con cervecita o copa de vino, entre las entradas aparece una suculenta tortilla de papas (la “Planes” –a $160– sale con morrón, cebolla y jamón crudo). También, salame de la Colonia con aceitunas negras, queso azul y nuez ($140), papas bravas o rabas ($125), entre otros. De principal, bondiola de cerdo a la cerveza ($215), salmón rosado a la crema de puerros ($260), pollo al ajillo ($168) y ravioles de cordero ($120 más la salsa) son algunas de las opciones. Algunos platos salen mejor que otros, pero en su conjunto siempre habrá opciones para toda la familia. Lo mejor: los especiales del fin de semana, nacidos del horno de barro, desde una pata de ternera hasta un costillar entero, cordero o chivito.

En muy poco tiempo, Planes logró lo que todos quisieran lograr: ser un lugar adoptado y querido por el barrio, con clientes fieles y habitués. Este éxito no es casual. Como se dice últimamente: no fue magia.

Planes queda en Fragata Presidente Sarmiento 891. Teléfono: 4431–2888. Horario de atención: lunes a viernes, de 8 a 24; sábados y domingos, de 9 a 24.

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