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Domingo, 26 de agosto de 2007

SALí

Hoy: a comer

Ningún perejil

Nueva parrillita en Villa Crespo: porciones gigantes, precios amigos, patio vegetal y platos con sorpresas.

Por Cecilia Sosa

¡Llegó una parrillita para ponerle glamour al barrio! Sobre Estado de Israel casi llegando a la esquina de Jufré, los creadores del restó de tapas De olivas ilustres y del atípico bodegón Enfundá la mandolina presentan su versión más joven y campera para el ascendente Queens: Dale perejil al toro: porciones gigantes, precios amigos, vino en pingüino y un chef, Sebastián Tarica, que no descansa hasta arrancar suspiros de placer entre sus comensales.

Una casa antigua pintada de naranja y turquesa, un soñado patio fumador con enamorada del muro y espejo vegetal que no aguanta a que llegue la primavera y una multitud de balanzas, farolitos, móviles, microscopios y filmadoras antiguas, rescatados de mercados de pulgas o de casas de abuela, que piden ser descubiertos antes de la llegada del primer plato que se sirve en azulejo. La espera es dulce si viene con un vasito de vino blanco y canela y una panera de lata llena de exquisiteces para zambullir en un mate de manteca al roquefort.

Pero, ¡a no distraerse! La fiesta sigue con berenjenas de la abuela Mary, buñuelitos de zanahoria y espinacas, lengüitas de cordero y unos deliciosos huevos a la parrilla. A la hora de los bifes no se achique: anímese al asado de ciervo, al de jabalí o a compartir un yacaré. Si lucha por los clásicos no le esquive a la bondiola de cerdo, a la tablita de achuras ni a la eterna parrillada con muchas variedades de chimichurri. Y entréguese a las sorpresas.

Y para que los vegetarianos no lagrimeen, Dale perejil provee de ensaladas en pincho, poderosas pastas caseras y una lasagna vegetal con masa de panqueque para adorar. Con los postres crece la alegría: quesito con naranjas en almíbar, tiramisú del bueno y una insuperable chocotorta que viene con vasito de refuerzo de dulce de leche. ¿Qué más se le puede pedir al toro? Las reservas se hacen con pianito.

Dale perejil al toro queda en Estado de Israel 4483, 4861-2052. Abre de martes a domingos a partir de las 20.30 y domingos al mediodía.

Fiesta mexicana

Margaritas, enchiladas poblanas, tacos de chorizo y un cocinero musical

Por Julieta Goldman

Como agua para chocolate no sólo es una novela de la autora mexicana Laura Esquivel y una película, dirigida en 1992, por el también mexicano Alfonso Arau. Desde hace un mes es además un nuevo restaurante, donde la comida se hace a fuego lento y las preparaciones se elaboran en Palermo con ingredientes llegados de México.

El local pintado de turquesa y rosa —con infaltable sombrero de mariachi en una de sus paredes, música de Marco Antonio Solís de fondo y cuadritos de colores, espejos y velas— es atendido por un chicano de pura cepa: Abel, violinista profesional y músico de orquesta clásica, que cambió de profesión y de país para sumergirse en un traje de cocinero. Ahora, junto a Cynthia, su compañera argentina, llevan adelante este restaurante multicolor que funde aromas, texturas y sabores y despide a cada cliente con melodías románticas y boleros que Abel convida con su violín.

“A la mesa y a la cama una sola vez se llama”, se inculca amigablemente desde un individual de papel. Después de los totopos con frijoles refritos y las margaritas de bienvenida, es momento de elegir si ser o no ser mexicano por un día; una decisión basada en la cantidad e intensidad de los condimentos requerida. Para los amantes del picante, ideales las enchiladas poblanas o las verdes (el picor perdura en la boca por unos cuantos minutos). También hay opciones más suaves como los tacos de papa con chorizo o de queso fundido cubierto con palta, tomate y crema, y platos vegetarianos para los más ortodoxos. Para los más entusiastas, la salsa picante permanece firme sobre la mesa. Eso sí, es ineludible guardarle un lugar a la especialidad de la casa: el pastel de tres leches, leche condensada, leche evaporada, crema de leche y cognac, un invento de los pasteleros mexicanos que nada tiene que envidiarle a la patisserie francesa.

Como agua para chocolate queda en Gorriti 5657. Abre mediodías y noches. Reservas al 4775-9594.

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