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Domingo, 10 de mayo de 2015

VALE DECIR

GRITOS DE AYER, HOY Y SIEMPRE

Mucho ha cambiado en los últimos treinta años: existe la señal wifi, los smartphones, Internet, Guido Kaczka en formato conductor (desafortunadamente), autos que no vuelan pero tienen GPS, fanfictions, emoticones, ebooks, Netflix, el mundillo digital... Empero, algunos eventos sustanciales permanecen y no hay innovación que les tuerza el brazo. Siendo uno de sus ejemplos más altos, el clásico gesto paterno-materno de irrumpir en el cuarto de su hijo/a para solicitar (¡demandar!) que ordene su cuarto.

Tres décadas atrás, Mike Cohen (50) tenía 20, había vuelto de la universidad a visitar a su familia y, mientras escuchaba discos en su cuarto, padeció el clásico reto familiar, con papá y mamá entrando sin pedir permiso, gritándole por sus revistas, sus discos desparramados, su modo de vida. Un hecho común que tiene su réplica en cualquier ser humano con padres de clase media conservadores, como puede oírse (y verse) en la conversación que el entonces muchacho grabó en un cassette. Y que hoy, a la manera de aquel mensaje de amor perdido en un contestador que fue furor por Internet, el ex muchacho retado libera al mundo cual corto animado gracias a la ayuda de su amigo ilustrador Rodd Perry. Para risotada de, digamos, 500 mil personas (el número de gente que vio el clip en su primera semana).

Grabado en 1985 en Buffalo, Nueva York, el video incluye frases de rigor como “No estás llevando una vida normal, ¡siempre buscando discos! ¿Planeás ganarte la vida haciendo qué? ¿Como disc jockey?”. Vale decir que efectivamente ese fue su trabajo de adultez, porque tras 11 años como DJ de una tienda Virgin Megastore, Mike hoy hace lo propio en eventos de un grupo arty llamado Antagonist Art Movement. Volviendo al video: “Este es mi cuarto. Aquí vivo. No pienso llevar ninguna de mis cosas a un sitio de almacenamiento. No confío en esa gente porque me enseñaste a no confiar en la gente”. Y el padre: “Nunca te enseñé tal cosa”. Y el Mike adolescente: “No confiás en nadie que no tenga tu religión y chequeás que las puertas de tu casa estén cerradas constantemente”. Y el padre: “Estás loco”. En algún punto, la mamá interviene, se ríe, se enoja; el padre se sienta sobre sus posters de rock, el muchacho busca palabras en el diccionario... Pasos de comedia involuntarios que recuerdan a cualquier discusión adolescente.

Pasos de comedia que serían apenas una primera entrega de una saga con más y más discusiones. Porque, según adelanta el protagonista, The Brother Mike Tapes continuará. Después de todo, registró secretamente las discusiones durante 16 años. Entre sus 12 y sus 28. Y la batahola pide pista, a juzgar por el éxito instantáneo que tuvo en redes.

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