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Domingo, 26 de junio de 2016

VALE DECIR

LEER PARA CREER

En plena gala del Metropolitan Museum of Art, Taylor Swift vagabundea hasta dar con una pieza milenaria. Se detiene a observarla y, de tan absorta, no nota que un hombre se ha parado detrás suyo, hasta que su voz la saca del trance al susurrarle: “El jade era muy importante para el antiguo Imperio Chino porque, acorde a Confucio, tiene once virtudes; entre ellas, belleza, pureza y gracia”. ¡El susto! La chica gira y se topa con “cálidos ojos azules”. “Por fin, un hombre más alto que yo, ¡y eso que estoy usando tacones! Eso sí que es una rareza”, piensa la jovenzuela pop. El muchacho, por cierto, no es otro que el actor brit Tom Hiddleston; y de este modo ha sido narrado/imaginado el encuentro de la actual –e inesperada– pareja en un fanfiction. Con cierta peculiaridad: fue publicado en 2014, dos años antes que la dupla siquiera se conociera…

Intitulado Wildest Dreams, su autora –Jennifer Stanley, de 22, una estudiante con residencia en California– no solo imaginó un flechazo entre estrellas que nadie preveía: también ubicó el primer chispazo en la gala anual del MET, donde habría nacido el amor –en la vida real– el mes pasado. ¿Habemus Nostradamus de la prensa del corazón? A las pruebas remitirse… Con todo, a juzgar por el perfil de Tom, difícilmente haya discurrido sobre las bondades del jade: con mostrar sus dotes de bailarín de seguro haya alcanzado y sobrado.

“Empecé a leer cosas sobre él y noté algunas cualidades suyas, como su amor por el running, la música de los 80s, el canto y el baile. Eso, sumado a lo positivo y optimista que es, me hizo pensar que él y Taylor podrían llevarse bien; entonces combiné a mis dos personas favoritas en un solo romance”, ofreció la clarividente Stanley, quien dice estar muy impresionada por su, ejem, profecía, y solo aclara haber sentido “una intuición muy fuerte en las tripas” (sic). Vale mencionar que la autora ha escrito otra decena de historias sobre su pareja favorita; en una, ambos son espías secretos; en otra, meros civiles que deben lidiar con… un apocalipsis zombie. Todas, dicho sea de paso, con fogoso contenido, ciertamente explícito. De interpretarse como futuras predicciones, dos son las conclusiones: que la vida sexual de la dupla gozará de excelente salud; y que las venideras aventuras los tendrán esquivando balas y, por qué no, mordiscones. De muertos vivos, no vaya a malinterpretarse.

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