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Domingo, 1 de febrero de 2004

VALE DECIR

Vale decir

Made in Taiwan
Ocurrió en Taiwan. Dicen que fue un accidente, y en nombre de la ciencia. Habrá que ver si creerles. Lo cierto es que el pez de dos cabezas ya es una realidad. Los padres de la criatura –expertos de la Academia Sinica– alegan que, estudiando una distrofia muscular, inocularon un gen que produce muerte muscular en unos doscientos embriones de peces-cebra y de golpe, ¿eureka?, se toparon con un bicharraco acuático con dos jetas. “Se podría decir que en realidad son un pez grande y uno pequeño que comparten un mismo cuerpo”, declaró Huang Chang-jen, un investigador involucrado, agregándole al asunto la pizca de monstruosidad que le faltaba. La nueva mascota del laboratorio no sólo viene munida de dos cabezas: también de un par de corazones. Cosa de atajar las críticas que se levantaron contra el experimento y darles a entender que dos corazones tienen razones que la razón difícilmente entienda.

Puede fallar
Así le advertía el recordado Tu Sam a Leonardo antes de emprender cada prueba ante las cámaras. Lo mismo vale para Yogesh Chavan, maestro yoga indio que diseñó un notable programa para enseñarles a los chicos a superar sus miedos mediante la meditación. Nada de pizarrones ni borradores; los instrumentos de los que se vale Yogesh están bien vivos: son las cucarachas, sapos y serpientes que acostumbra introducirse en la boca. Este maestro del Ayurveda asegura que prepara cada una de sus clases muy meticulosamente, no sea cosa de lucir asustado ante sus alumnos. “En efecto”, explicó, “hay mucha preparación en cada una de mis demostraciones. En el caso de la rana, por ejemplo, debo limpiarla completa: se trata de un animal de sangre fría, que segrega orina al contacto con una mano tibia. Por lo tanto debo poner la rana en mi boca inmediatamente después de limpiarla y lo suficientemente antes de su siguiente secreción urinaria. En cuanto a las serpientes, suelo elegirlas del tipo no venenoso”. Para sus proezas didácticas, Yogesh también mastica hormigas rojas: “Aunque eso ya es más duro”, aclara: “Muerden, así que hay que saber tolerar el dolor”.

Donde hubo fuego
Parece un mal chiste, pero es verdad: diecisiete bomberos se vieron “obligados” a renunciar a sus puestos debido a que una compañera de trabajo, ex actriz porno, no dejaba de contarles anécdotas sobre su anterior ocupación en horario laboral. Ahora, el pequeño departamento de bomberos del igualmente pequeño pueblo de Keyes, Modesto (California), está en problemas: su dotación se ha reducido a ocho (8) efectivos. Un detalle acaso eche luz sobre el asunto: Alexa Jones, la ex chica XXX, es, además de una aplicada apagadora de incendios, la esposa del asistente en jefe del Departamento, un tal Roger Jones. El capitán Herb Collier, uno de los renunciantes, dijo que “sentíamos que debía haber una separación entre la pornografía y el servicio contra incendios”. Alexa mantiene un web site propio en el que promociona sus materiales “calientes”, pero firma con seudónimo y no menciona su actividad actual al servicio de la comunidad.

El autobombo fantástico
El recordado David Hasselhoff (El auto fantástico, Baywatch) volvió de la muerte. Y volvió con todo. Para protagonizar no nuevos engendros catódicos sino dos curiosos despachos de agencias internacionales de noticias. En el primero, el astro confiesa que sus dos hijas, de 13 y 11 años, están avergonzadas de la carrera musical de su padre, tan popular en Austria y Alemania, por ejemplo, y que cambian de canal cada vez que se lo topan en la tele hablando como un enajenado con un auto deportivo negro al que llama KITT. Por estos días, además, las chicas tienen un motivo extra de aflicción: el lanzamiento de un compilado de viejas canciones norteamericanas llamado David Hasselhoff Sings America. “Mis hijas me dicen que las avergüenza ver a su padre en jeans ajustados y un peinado imposible persiguiendo gángsters por TV”, explica el resignado David, cuyo próximo proyecto, según confesó, es una sitcom sobre la famosa Clínica Betty Ford donde intentó combatir su adicción al alcohol tras el final de Baywatch. Como para rematarla, el segundo cable lo muestra adjudicándose no poca responsabilidad en la caída del Muro de Berlín, y quejándose amargamente por la forma en que lo ignoró una muestra fotográfica que testimonia esos hechos históricos. Hasselhoff le recordó a la revista Spielfilm su performance de 1989 en la puerta de Brandenburgo, cuando contribuyó a reunificar a la nación alemana entonando a voz en cuello la canción “Looking for Freedom” ante millones de alemanes. Millones de fanáticos, según David; millones de víctimas, según las sufridas niñas Hasselhoff.



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