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Domingo, 14 de marzo de 2010

VALE DECIR

Vale decir

Moviendo la cola la lucha es una sola

Atenas, la cuna de la civilización occidental, vive unos años tormentosos. En el 2008, un joven fue muerto por la policía en el distrito de Exarchia; durante las manifestaciones protestando por el hecho hubo disturbios. Al año siguiente, al conmemorar el hecho, la policía otra vez salió a golpear.

Este año, Atenas arrancó con un paro general y más manifestaciones, esta vez por la debacle económica, y otra vez la represión, los gases y los palos salieron a la calle.

Todas esas manifestaciones en Atenas comparten algo más que el mismo escenario y los mismos golpes: el mismo perro. Como muestran las fotos, existe un piquetero canino que no quiere dejarse pasar por encima y sale a defender sus derechos.

Se imprimen órganos

Así como el cine dio el salto a la tercera dimensión –todo era cuestión de encontrar los anteojitos correctos– las impresoras dieron el paso del papel a los objetos sólidos. Estas nuevos modelos 3D están en el mercado desde hace varios años y se usan, por ejemplo, para reconstruir fósiles o realizar prototipos de ingeniería industrial.

La compañía Organovo, de San Diego, California, especializada en medicina regenerativa, experimenta con una nueva aplicación de las impresoras tridimensionales: fabricar tejido humano y, eventualmente, órganos para trasplantes.

Esta bioimpresora, desarrollada en colaboración con la compañía australiana Invetech, cuesta alrededor de 200 mil dólares. Según el jefe de Organovo, Keith Murphy, en principio la máquina será destinada a investigación. El primer modelo puede producir tejidos simples, tales como piel, músculo y pequeños tramos de vasos sanguíneos.

Cuenta la revista The Economist que la compañía espera completar sus ensayos clínicos en el lapso de cinco años; llegado ese punto, se podría utilizar la bioimpresora para fabricar venas que se puedan usar en operaciones de bypass. Como material de construcción, el artefacto se sirve de células-madre extraídas de la médula ósea de los pacientes; de esa forma el cuerpo no rechazará sus creaciones.

El doctor Gabor Forgacs, investigador en la Universidad de Missouri y además uno de los fundadores de Organovo, sostiene que el día de mañana los órganos de repuesto no necesariamente serán iguales a los originales. Un riñón, por ejemplo, ni siquiera tendrá que tener forma de riñón; alcanza con que pueda realizar el mismo trabajo.

Quizás el día de mañana la donación de órganos no exista más; simplemente una impresora, en cada quirófano, y el cirujano preguntando “¿de qué color lo quiere?”.

Robando a los ricos (para fundar un banco)

No hay leyenda que se salve del constante revisionismo. En el reciente libro Robin Hood: El Templario Desconocido, el autor John Paul Davis sostiene que el héroe de las leyendas no robaba a los ricos para darles a los pobres desinteresadamente sino que actuaba de prestamista. Para ello cita Una gesta de Robyn Hode, una balada del siglo XVI y una de las primeras referencias al ladrón justiciero. En inglés medieval, el texto narra cómo Robin le presta 400 libras a un caballero que se halla en apuros financieros: le debe dinero a un abate. Más adelante este personaje, ya libre de deudas, quiere devolver el préstamo y sumarle un cargo adicional por depósito, pero Robin se niega: ya le ha robado el dinero al abate, por su avaricia, y de esa forma considera el asunto resuelto.

“Los Caballeros Templarios eran los prestamistas más famosos del mundo en esa época y 400 libras eran mucho dinero”, explica Davis al diario The Telegraph. “Esto alude a una organización detrás del préstamo, no a un fuera de la ley que actúa por su cuenta.”

El autor agrega que el cargo por depósito era una práctica que sólo tenían los Templarios, ya que la usura se hallaba prohibida por la Iglesia. De ahí el título del libro: Davis está convencido de que Robin Hood era un miembro de esta organización medieval.

“Quedarse con la imagen de un Robin como prestamista es una forma terrible de leer la Gesta”, se queja Helen Phillips, profesora de literatura en la universidad de Cardiff y experta en Robin Hood. “Hay mucho más énfasis en la idea de ayudar al desconocido; el préstamo está ahí nomás para agregarle algo de suspenso a la trama.”

Este año sale una nueva versión de la historia, filmada por Ridley Scott y con Russell Crowe como protagonista. Quizá John Paul Davis necesitaba un nuevo enfoque sobre el héroe, sea cual fuere, para sacar un libro este año, robarles a los ricos, y no darles nada a los pobres.

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