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Domingo, 26 de junio de 2011

VALE DECIR

Porque yo sola no puedo...

En las intersecciones del Palermo profundo, donde Costa Rica se choca con Carranza y vuelve a darse de lleno contra Ravignani, conviven paquetas tiendas boutique y sus prendas de mil pesos con pizzerías esquineras “bien de barrio”, cocina armenia autodefinida como “sagrada” y bodegones de alcurnia con ravioles fritos, olivas, tortillas. Las paredes, bien dúctiles, cumplen con conejos flúo, cuerpos mutantes, collages de dandis, elefantes indios, un hombre/pulpo y frases del imaginario –léase, “La televisión no será televisada”–, todo junto y revuelto. Pero aun en ese contexto superpuesto y revisitado, una pared se distingue entre todas por su sesgo popular, político y arty: la de Costa Rica 5824.

Blanca y radiante estaba hasta que un grupo de amigos reunidos bajo el nombre colectivo de La Nueveporciento la intervino en pos de un número. O, mejor dicho, de multiplicar un número. Con el objetivo de ampliar el anémico 9 por ciento que consiguió en Palermo el Frente para la Victoria en las elecciones legislativas de 2009 y, a la vez, impulsar la reelección de Cristina Fernández de Kirchner, la troupe hizo un mural. Un mural cristinista, con una peculiaridad: lejos del dibujo, la imagen o el ícono, el objeto de diseño está íntegramente conformado por frases dichas por la Presidenta o que aluden claramente a ella.

“Quisimos destacar su fuerte, que es la calidad y capacidad comunicativa. Y trabajamos desde el afecto. Porque hay una corriente de identificación que genera compromiso; el compromiso genera esfuerzo; el esfuerzo genera militancia y la militancia hace que ganes una elección”, explica el alma máter detrás de la idea, Sebastián Soler, abogado especialista en derecho financiero, bienhechor del teatro independiente capitalino y autor del blog tommybarban.blogspot.com.

Fue él quien cedió la fachada de su casa, pidió trabajar con los colores de la bandera y, en grupo, definió las diez frases que repite la pieza de diseño amuralada. En conjunto con las artistas Silvia Gurfein y Silvana Lacarra, la escritora Cecilia Szperling, el cineasta Andrés Di Tella, la diseñadora Mishal Katz, la coreógrafa Silvia Giusto, la directora teatral Vivi Tellas, Mariana León, Sebastián Fernández y Fabia Capriotti, las citas elegidas fueron: “Cris pasión”, “La chica que nos gusta”, “El”, “Octubre es mañana”, “No se hagan los rulos”, “Todas y todos”, “Porque yo sola no puedo” (una favorita), “No da lo mismo”, “Por favor los de la corneta” y “Una Argentina donde nos reconozcamos los unos con los otros”.

En tres tamaños, tres tipografías y versionados con azules, celestes y amarillos, el trabajo se hizo en esténcil, la modalidad política por excelencia. “Elegimos este look para el mural porque, aun si es agredido, la agresión dialoga con la obra. Y, con el tiempo, puede taparse con otra superposición de frases”, define el rosarino que estudió Derecho en Harvard, donde coincidió en la estudiantina con Barack Obama.

“La consigna era que el mural fuese bello –explica Gurfein, artista a cargo del diseño–. Entonces adoptamos lo discursivo y la palabra como objeto bello en una suerte de palimpsesto, de escritura sobre escritura, para generar una doble versión visual. Porque uno puede ver la trama de color pero, al mismo tiempo, si presta atención, hay un mensaje. El ojo tiene que hacer un ajuste para detenerse en los puntos específicos.”

Con un mes de “vida” (el mural fue pintado el patriótico 25 de mayo, aunque la idea haya nacido el 27 de octubre pasado, cuando Soler fue a despedir a Néstor Kirchner a Plaza de Mayo), la pared cristinista no sólo no ha sufrido atentados, sino que ha cumplido parte de su fin: interpelar al barrio, seducirlo sin provocarlo. “Instalamos una imagen fuerte y las respuestas han sido favorables. La señora de la fábrica de pastas de la cuadra, por ejemplo, ¡me dijo que estaba chocha!”, cuenta el a.k.a. Tommy Barban.

Para colmo de bienes, un tour graffitero organizado por ingleses para turistas ha tomado el mural como parada obligada de su ruta y, una tarde de fin de semana, Juan Pablo Schiavi –secretario de Transporte de la Nación– frenó frente al mural, felicitó a sus creadores y le sacó una foto que –inmediatamente– envió a Julio De Vido, “que estaba partiendo a México con la Presidenta”, relata el abogado. Y agrega: “Nos preguntó: ‘¿Cómo? ¿Cristina no sabe de esto?’”.

Mientras toma nota de nuevas frases para seguir ampliando la obra (“un work in progress que no es infinito, pero casi”, define Gurfein) y ofrece estencilear paredes de vecinos interesados, La Nueveporciento ya programa nuevas actividades. Como la invitación de la gente de Nuevo Encuentro de Palermo, que abre local el domingo 3 y le ha pedido reproducir la experiencia en la sede. O la inauguración oficial del mural, “una fiesta abierta el sábado 16, entre la primera y segunda vuelta de la Ciudad, donde esperamos que venga toda la gente que quiera”, en palabras de Soler. “Una de las virtudes de la época es que te obliga a tomar partido y dar testimonio”, asegura el hombre de leyes y teatro que, entre amigos, ha dado el suyo entre colores y frases ineludibles.

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