De las historias de amor de nunca acabar, la de los norteamericanos y sus armas parece eterna. Y en época de festividades, el cariño fetiche parece estirarse hasta alcanzar maneras, por lo menos, “especiales”. La gente del Scottsdale Gun Club, un centro de tiro “cinco estrellas” de Arizona, conoce ese amor y, ante todo, lo comparte; por eso ha preparado una grata sorpresa navideña, ofreciendo a las familias que se acerquen para tomarse su foto anual con Santa Claus una tremenda cantidad de armas en general y rifles modificados en particular.

Bajo el slogan “Tomate tu foto navideña con Santa y sus ametralladoras”, los socios aseguran que no hay que ser un defensor de las armas para disfrutar del evento. Entonces, ¿cuál es el punto? “Expresar el espíritu de las fiestas de manera divertida y segura”, aclara Ron Kennedy, manager general del SGC. Y se apura en decir que no hay de qué preocuparse: ninguna estará cargada al momento de la sesión.

Si Papá Noel fuera un bandolero, estas serían sus postales: padres, madres, niños, jovencitas y adolescentes sosteniendo pistolas, AR-15, lanzagranadas o AK-47, rodeados por un árbol navideño, cajas y cajas de regalos (¿o llenos de dichosas municiones?). El SGC pone una amplia variedad a disposición y por sólo 5 dólares para socios (el doble para no socios) ofrece una copia de la foto en papel y otra en formato digital. Las sesiones afortunadamente son pocas: la primera fue el pasado 26 de noviembre (con una convocatoria de 500 personas) y habrá una segunda y última el próximo 10 de diciembre.

Para Steve Farley, representante estatal demócrata, involucrar a Santa con armas para celebrar el nacimiento del niño Jesús es “el peor tipo de herejía que existe”. “Le sugeriría a la gente detrás de esta idea que lea el Nuevo Testamento”, propina el hombre. Pero Kennedy hace oídos sordos y responde: “Es más una celebración de nuestros derechos de la Segunda Enmienda”. Y asunto zanjado. A los tiros.