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Domingo, 14 de abril de 2013

VALE DECIR

Retroceder siempre, rendirse jamás

Desde que, añares atrás, se enterase de que era HIV positivo y que, por su pasado de adicción a las drogas y el alcohol, sufría de cirrosis, el residente de Estados Unidos Alex Mesa decidió priorizar su salud. Aún lo hace, corriendo entre dos y tres veces a la semana durante más de dos horas por las calles del siempre florido Miami. Sin embargo, sus buenos hábitos podrían interrumpirse a causa de la policía local que, la semana pasada, multó al hombre por... entrenar. No es que Alex sea Flash; no fue la velocidad la que inquietó a las fuerzas de seguridad. Lo que “perturbó” la tranquilidad del vecindario es que Mesa trota de espaldas.

Lo irónico es que la peculiar manera de entrenar no es novedosa: lleva seis años con una rutina que ya le ha valido aparecer en más de un video de YouTube subido por curiosos turistas que, de cara (o espaldas, en honor a la noticia) a Alex, no han podido menos que sorprenderse. Para colmo de rarezas, el peculiar deportista incluso llegó a participar (y completar) una carrera de cinco kilómetros yendo hacia atrás. O hacia adelante, según cómo se mire.

Según medios estadounidenses, el quid de la cuestión se detonó cuando cuatro oficiales respondieron un llamado al 911 que denunciaba que un hombre estaba obstruyendo el tráfico. Según el sargento Robert Hernandez, de Departamento de Policía de Miami Beach, las autoridades vieron a Mesa correr de espaldas entre los autos y decidieron reprenderlo por... vaya a saber uno por qué. Alex tiene algunas ideas: cree que el verdadero motivo tras la sanción es su pasado con drogas.

A pesar del susto y los inconvenientes, el hombre no se deja amedrentar. “Cada vez que doy un paso mientras corro hacia atrás se lo dedico a Dios, porque sé que es un milagro”, aseguró al Sun Post Weekly. Y, tras asegurar que no pensaba abandonar el extravagante ejercicio, dijo que él representa “todo lo que supuestamente no es posible”. Si seguirá con su habitual ruta de la calle 17 y avenida James, en South Beach, el tiempo dirá. O Cristo que, al parecer, está involucrado.

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