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Domingo, 30 de agosto de 2015

Tiempos difíciles

Erich Auerbach a Walter Benjamin

12 de diciembre de 1936 Estambul, Bayezid, Facultad de Literatura (después del 20, casa: Arslandi Konak, Bebek Estambul)

Querido señor Benjamin:

Mi antiguo colega de Marburgo, Werner Kr (auss), me pidió informarle que le ha enviado su trabajo sobre Corneille, “no por lo que el trabajo en sí debería despertar, sino más bien con la esperanza de un intercambio ocasional”. Aprovecho la oportunidad para comunicarle mi nueva dirección y darle algún conocimiento de las cambiantes circunstancias de mi vida. Estoy aquí desde mediados de septiembre, y mi esposa y Clemens desde hace tres semanas. Los muebles y los libros están por llegar. La situación no es muy fácil, pero tampoco desprovista de encanto. Aquí han lanzado toda la tradición por la borda, dado que quieren edificar un tipo de Estado europeo –nacionalista turco extremo– racionalizado hasta en el más mínimo detalle. Se avanza de manera increíble e inquietantemente rápida. Ya casi nadie conoce el árabe o el persa, e incluso los textos turcos del último siglo se vuelven rápidamente incomprensibles, ya que la lengua está siendo modernizada, pues al mismo tiempo que se la orienta hacia el turco antiguo, se la escribe con caracteres latinos. La “romano-logia” es prácticamente un lujo y soy, entre los europeos recién contratados, el único verdadero especialista en ciencias humanas. De manera que en la universidad debo organizar la enseñanza de todas las lenguas occidentales, y muchas otras cosas más. El trabajo es bastante complicado porque se tiene que luchar con las dificultades más extrañas, malentendidos, resistencias; sin embargo, no carece de interés, ni objetivo ni personalmente.

Mi colaborador arriba citado y su asistente, bien conocido por usted, están confirmados desde hace tiempo y merecen toda la confianza. ¿Cómo está usted? Recientemente vi su nombre y el de otros amigos en una revista que aquí se lee mucho. Déme noticias suyas. Escribiré detalladamente cuando el cambio de casa haya terminado. Saludos cordiales de mi esposa y su

Erich A

Walter Benjamin a Erich Auerbach

21 de diciembre de 1936, París, 23 Rue Bénard

Querido señor Auerbach

Su carta me ha provocado un gran placer por varios motivos. En primer lugar, me indica que usted ha solucionado con éxito una situación que le era cada vez más angustiante. En segundo lugar, esto me permite nuevamente entrar en un directo intercambio de ideas con usted.

No puede asombrarle entonces que le dé la bienvenida a esta nueva constelación de circunstancias con el más profundo y frecuente agradecimiento, el mismo con el que usted me garantizó su amistad en el nublado pasado. Pienso tanto en el contacto personal indirecto

que usted realizó para mí, como en la ayuda práctica inmediata que también me concedió.

Un pequeño libro, que recientemente dejé que se publicara en Suiza bajo mi seudónimo, deberá, a su manera, decirle una vez más todo esto. Le haré llegar un ejemplar tan pronto como la casa editorial me envíe las copias convenidas.

En cuanto al aviso sobre Corneille, muchas gracias. Leeré la publicación con atención y escribiré al autor, sobre quien he oído cosas favorables, para señalarle que he recibido su regalo.

Ahora estoy muy impaciente por oír más sobre las sugestivas y, con toda seguridad, interesantes experiencias en las cuales está usted implicado. ¿Me equivoco, o Spitzer también está en Estambul?

La revista, que recientemente ha caído en sus manos, no contiene lo que considero lo más interesante de mis trabajos actuales. Estos aparecen (lamentablemente con largos intervalos de tiempo) en la Zeitschrift für Sozialforschung, publicada por Alean. Le envío la separata de un trabajo sobre teoría del lenguaje que apareció allí.

Mi relación con Ernst Bloch lamentablemente ya no es la misma de antes. Tengo la esperanza de que se trate solo de algo temporal. Pero hemos llegado a una edad en la cual uno ya no debería ser indulgente con tales intermezzi. Como sea, su último libro fue una gran prueba para nuestra amistad, y algunas de sus tensiones han disminuido.

Espero que para el año nuevo se encuentre muy bien instalado, junto a su familia y entre sus libros. En este sentido, pueden mis mejores deseos acompañarlo sobre uno y otro umbral.

Calurosamente suyo, Walter Benjamin


Estas cartas, de las pocas que se hallaron del epistolario sostenido entre el gran filólogo Erich Auerbach y Walter Benjamin en los años de ascenso del nazismo, se acaban de publicar en Correspondencia Auerbach- Benjamin. 1935-1937, una excelente edición de Godot, donde las cartas son acompañadas por prólogo, notas y artículos de Raúl Rodríguez Freire, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

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