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Domingo, 22 de agosto de 2004

El amor brujo

Por Rodolfo Edwards

En la calle Rodríguez Peña, a metros de Corrientes, comparten espacio una disquería y una librería. Brujas pertenece a una estirpe de comercio que era más que habitual en otras décadas, cuando los amantes de la música solían incluir entre sus hábitos la lectura de libros. Hoy, que los consumos se han diversificado, consumidores de libros y de discos circulan por andariveles diferentes. Pero ¿cuántas veces ayudó el rock a promover la literatura? Basta recordar la legión de nuevos lectores que cosechó Antonin Artaud gracias al disco homónimo de Spinetta...
Sin ir más lejos, ésa es la tradición que por estos días suscriben Los Piojos –vía Andrés Ciro, su cantante y ávido lector– cuando aluden al escritor Alberto Laiseca (“El balneario de los doctores crotos”) y al filósofo Arturo Jauretche (“San Jauretche”). Marcelo, responsable de la sección Discos de Brujas, cuenta que abrió el local hace ya trece años, pero que antes fue empleado durante varios años en una vieja disquería de usados de Moreno y Solís, donde moldeó el deseo de tener algún día la suya. De pronto Brujas se convierte en un apéndice de la city porteña a la una del mediodía. Se nota un movimiento frenético e inusitado; gente que no para de entrar al local, que revuelve con fruición las bateas de vinilos de todas las épocas (hay más de 10 mil), que revisa los exhibidores de compacts y, de vez en cuando, tropieza con algún cliente que escruta una mesa llena de libros.
Entra un hombre misterioso que se acerca al mostrador y le pregunta a Marcelo por “una canción que habla de una nube”. Y acto seguido empieza a tararear: “Es una nube no hay duda, se mueve como una nube”, canta en voz muy baja, súbitamente intimidado. Marcelo, como si estuviera frente a Cacho Fontana en Odol Pregunta, contesta con seguridad: “Ese tema está en un disco de Vox Dei que hace poco reeditó Sony en una colección de rock nacional. Salieron cerca de cien títulos: vienen en un sobrecito que reproduce el arte de tapa original”. El hombre suspira aliviado, paga los 13,50 que cuesta el disco y se va moviendo la cola. Un joven alto y trajeado consulta si ya salió el último de The Cure, cuando lo asalta el timbre de su celular: una versión de cajita musical de “Light my fire”, el súper hit de The Doors. Brujas es eso: un verdadero aguantadero de melómanos.
Sergio, empleado del sector Libros, pertenece a la generación de libreros que brindaba un asesoramiento cabal al cliente. “Acá no vas a encontrar libros de autoayuda ni de consejos para vivir mejor: nuestro fuerte es el ensayo filosófico e histórico”, aclara, por si alguna duda quedase tras pispear el material en exposición. En el sector poesía conviven sin mayor problema la Obra Poética de Edgar Bailey editada por Corregidor a sólo $ 9 y un viejo libro del aguerrido poeta Almafuerte, impreso por Ediciones Antonio Zamora, a $ 10. En la zona dedicada a la crítica literaria, por $ 8 puede ser nuestro un ejemplar de Apogeo de la oligarquía de David Viñas, publicado en 1975 por Ediciones Siglo Veinte.
Una de las virtudes de Brujas es el orden, con todo lo que esta palabrita implica. Algunos lugares de compra-venta suelen ser un cambalache infernal, donde lo valioso se pierde por inhallable. Si esto no sucede aquí es por la infinita paciencia de sus responsables, que hacen lo imposible por clasificar rápidamente el material que les llega. “A veces, me entra un lote enorme de discos y ni te imaginás lo que cuesta ordenarlo. Aquí al fondo tenemos un depósito, donde algunos clientes se animan a revolver el material que aún no está catalogado.”
En el centro del local están los discos de jazz, el lugar preferido de Litto Nebbia. (Brujas tiene una verdadera reliquia del pionero del rock nacional: el disco que hizo junto a sus cofrades rosarinos Los Gatos Salvajes, en un formato insólito: una placa de vinilo de 10 pulgadas, de origen inglés, con el subtítulo Argentina’s Beat Band. 1965. La piezacuesta $ 100.) En una sección dedicada exclusivamente a Los Beatles, brilla una versión inglesa del insuperable Disco Blanco, con –a modo de souvenir– unas hermosas postales de los genios de Liverpool en los sobres internos ($ 65). Pero Brujas no sólo vive de nostalgias musicales. En sus repliegues también se puede encontrar lo último de lo último en discos compactos y DVD, además de material traído a pedido.

Brujas está en la calle Rodríguez Peña 429 y abre de lunes a sábados, de 10.30 a 21. Teléfono: 4373-7100/7866. [email protected] www.dis quería-brujas.com.ar

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