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Domingo, 10 de octubre de 2004

ENTREVISTAS - GEORGE MICHAEL HABLA DE TODO: SEXO, DROGAS, HOMBRES, SUICIDIOS Y MUJERES

El gran simulador

La marihuana, la muerte de su novio, el escándalo con un policía en el baño de Los Angeles, su nueva pareja, el sida, la relación con su madre, la adopción y sus primeras fantasías heterosexuales. En la entrevista más abierta que dio en su vida (a la revista GQ), George Michael abre las puertas de una de las vidas más juzgadas y menos conocidas del mundo del espectáculo.

Por Jane Moore

A los 12 años, Georgios Kyriacos Panayiotou conoció a Andrew Ridgeley en la escuela Bushey Meads de Hertfordshire; era 1975, y allí mismo se plantaron las semillas para una carrera musical que iba a conseguirle el reconocimiento mundial y millones en el banco. Como Wham!, entraron al mundo del pop en 1982, con una inteligente combinación de minishorts y el inmenso talento de George como compositor. En 1986 la banda se separó, y emergió un George Michael nuevo y más sombrío. Su primer disco solista, Faith, vendió diez millones de copias y ganó un Grammy. En 1990 editó Listen Without Prejudice Vol. 1, seguido de Older en 1996. Y después, nada. Aunque su disco de grandes éxitos Ladies & Gentleman (1998) y el de covers Songs from The Last Century (1999) se vendieron extraordinariamente bien, Michael sufría un bloqueo que duró cuatro años, y desesperaba convencido de que nunca volvería a componer.
Mientras esperaba que los albañiles terminaran la remodelación de su nueva casa, Michael se mudó a la primera casa que se compró, la que asocia con su madre (porque ella insistía en ordenarla y limpiarla). “Algo milagroso ocurrió, y con la mudanza empecé a escribir otra vez”, dice.
El subsecuente simple lanzado en 2002, Shoot the Dog, una sátira sobre Bush y Blair en los días anteriores a la guerra con Irak, sólo llegó al Nº 12 de los rankings, y Michael recibió críticas por meterse en política. Pero él no se arrepiente, e incluyó el tema en su último disco, Patience que llegó al Nº 1 en Inglaterra y vendió 275.000 copias la primera semana. En este momento, las ventas están por alcanzar los cuatro millones, y el disco recibió críticas favorables; en una de ellas, se decía que había un nuevo George Michael “a quien ya no le importa que se lo considere una estrella pop”.
George Michael frunce el ceño. “Nunca me importó ser considerado una estrella pop. La gente piensa que quiero ser considerado un músico ‘serio’, pero no es así. Sólo quiero que la gente sepa que me tomo muy en serio la música pop.”
Ciertamente, muchas de las letras de su etapa solista son oscuras, y están a años luz de la ligereza de Wake Me Up Before You Go-Go de Wham!. Pero, según George Michael, es lógico: “Mi vida privada estaba al borde del abismo”.
El comienzo de su caída libre comenzó en Año Nuevo de 1991, cuando su novio brasileño Anselmo Feleppa viajó a Londres para contarle que era hiv positivo. Estaban juntos desde hacía sólo tres meses. “Tenía el resultado desde antes, pero me dijo que era negativo para no arruinarme la Navidad”, dice George, que le dedicó Older a Anselmo.
Anselmo murió de una hemorragia cerebral en 1993, poco después de volver a Brasil para una transfusión. Su muerte fue sorpresiva, y George Michael no estaba con él. “Fue algo repentino, pero en algún sentido, mejor así; nunca perdió la dignidad, y supongo que me libró de la peor parte, que tanta gente debe soportar. Pero sigo convencido de que si él hubiera estado en Londres o Estados Unidos habría sobrevivido, porque sólo seis meses después todo el mundo comenzó a tomar el cóctel. Creo que se fue a Brasil porque temía lo que mi fama le podía ocasionar a él y a su familia si iniciaba un tratamiento en otro lado. Eso me destrozó, y me hace sentir muy culpable.”
Anselmo había sido criado como católico y, hasta el día de hoy, lo que esa crianza provocó en su vida amarga a George Michael. “No soporto el catolicismo. Una de las cosas más dolorosas que vi en mi vida fue cuando una tarde entré al cuarto de Anselmo y lo vi sentado en la cama con un libro de oraciones. Pensé: ‘Por favor, no me digas que creés que vas a irte al infierno’. Me enoja tanto, y sinceramente espero que él no le haya tenido miedo a eso.”
El día después de la muerte de Anselmo, George decidió finalmente decirles a sus padres que era gay, y lo hizo a través de una larga carta. La única reacción de su madre, Lesley, fue de dolor; lamentaba no haber podido ayudar a su hijo durante una experiencia tan traumática. ¿Y cuál fue la reacción de Jack, el padre griego tradicional que tenía una relación más distante con su hijo debido a largas ausencias porque tenía que encargarse del restaurante familiar? “Nunca demostró decepción u homofobia”, dice George. “Estoy seguro de que las sintió, y fue duro para él, pero nunca me lo demostró, y le estoy muy agradecido. Esto es triste, pero creo que el éxito puede evitar la decepción de un padre. Estoy seguro de que mi padre se consoló pensando que, aunque su hijo era gay y nunca le daría nietos, al menos tenía una carrera exitosa.”
George empezó a hacer terapia cuando Anselmo fue diagnosticado, y tres años después de su muerte consideró la posibilidad de formar pareja otra vez. En 1996 conoció a Kenny Goss, el texano que lo acompaña hasta hoy. Siempre dijeron que se conocieron en un local de Fred Segal de Los Angeles, pero la verdad es que se encontraron en un respetable spa de esa ciudad. “Pensamos que si decíamos la verdad, la gente pensaría que había sido un levante casual”, se ríe George. “Pero no fue así. Charlamos, y lo invité a cenar. Ni siquiera sabía si él era gay.”
Encantado porque su vida amorosa existía otra vez, Michael llamó a su madre para compartir las buenas noticias. Pero, durante la charla, ella le confesó que tenía cáncer. “No pude disfrutar ni un solo día haber encontrado a Kenny. Ahora hace mucho que no tengo días oscuros, pero durante un tiempo, era todo lo que tenía. Solía dormir y dormir. Algunos días no podía ni caminar; era una verdadera depresión clínica. Estaba tomando Prozac. Me ayudaba un poco; para sentirme mejor habría necesitado un cargamento de drogas, y supongo que los efectos secundarios de un tratamiento tan radical serían espantosos.”
Con frecuencia, tenía días en que la depresión parecía haberse ido, y Michael le decía a todo el mundo que ya estaba recuperado, que su vida se reacomodaba y que volvería a escribir. Pero, de pronto, la situación más trivial lo hundía en la depresión otra vez. “Estaba tan al límite todo el tiempo que una y otra vez me noqueban de vuelta hacia el abismo, y me la pasaba mirando por sobre mi hombro, esperando otro puñetazo. Pero, toco madera, las cosas están bien hoy por hoy. Nadie ha muerto ni me ha traicionado últimamente.”
Convivir con un depresivo es difícil, y uno se pregunta cómo se las arregló Kenny con tanta oscuridad, cuando la relación estaba en sus primeros tiempos. “Cualquier otra persona habría huido, y yo le doy verdadera importancia a su apoyo. Sin él, mi vida hubiera corrido peligro. Después de la muerte de mi madre en 1997, cuando no podía escribir y me sentía inútil, no sé si lo hubiera soportado sin él. Pienso que hubiera sido uno de esos cobardes que eligen el camino de salida más dañino.”
¿Se refiere al suicidio? Michael se muerde los labios y lo piensa unos minutos. “No estoy seguro, pero habría sido una posibilidad muy real si Kenny no hubiera estado a mi lado. Él estuvo ahí para abrazarme y recordarme que todavía había algo positivo. Kenny esperó, y finalmente me puede ver saludable y feliz. Ojalá la espera valga la pena.” George sonríe, y enciende un cigarrillo.
Es sabido que a George le gusta fumar marihuana, y que alguna vez fumó hasta dieciocho porros por día. Ahora consume mucho menos pero, ¿cree que pudo contribuir a su depresión? “Si uno fuma durante mucho tiempo, como es mi caso, se puede relacionar con la depresión. Pero no sé si fue así. Estoy seguro de que me hace mal, pero me encanta fumar. Desearía que no me gustara tanto, sobre todo porque soy cantante. Pero no me ha impedido ser un hombre más feliz y pleno. En otras palabras, he progresado mentalmente, a pesar de ser un fumón.”
Su actitud relajada respecto de su propia vida contrasta con la preocupación que siente por los que lo rodean, Kenny en particular; él trabaja para una compañía que vende ropa deportiva en colegios y universidades de EE.UU. “El mayor problema en mi vida es que les tengo terror a las pérdidas. No soportaría otra. Le tengo mucho más miedo a lamuerte de Kenny que a la mía. No quiero sobrevivirlo. Prefiero tener una vida corta a tener que sufrir un desgarro semejante otra vez.”
Hasta aquí, una relación de lo más convencional. Pero recientemente la pareja llegó a los titulares de los tabloides cuando George reveló que tienen una pareja abierta. “Algunos hombres gays pueden ser monógamos para siempre, y los envidio, porque es algo maravilloso. Cuando conocés a alguien, algo químico fluye por tu cuerpo que grita cogé, cogé, cogé. Es casi doloroso. Si uno puede mantener eso, fantástico. Pero para experimentar eso otra vez, tendría que separarme de Kenny.”
Su argumento es que aunque tienen sexo con otros hombres, son emocionalmente monógamos. Pero aquí surge otra revelación: Michael sostiene que, en realidad, es bisexual. “Cuando entro a un restaurant, miro a las mujeres antes que a los hombres, porque son más glamorosas. Si no estuviera con Kenny, definitivamente tendría sexo con mujeres. Pero nunca podría tener una relación con una mujer, porque me sentiría un falso. Emocionalmente, soy un hombre gay.”
La mayoría de los gays dice reconocer desde muy temprana edad su inclinación sexual. ¿Y George Michael? “Creo que influyó mucho la ausencia de mi padre, que siempre estaba fuera de casa, trabajando. Yo estaba excepcionalmente cerca de mi madre. Mis primeras fantasías sexuales, no obstante, eran heterosexuales. En una de las que recuerdo yo estaba rodeado por un grupo de monjas con los pechos desnudos. También me masturbaba pensando en una profesora de matemáticas. Todo eso me llevó a pensar que era heterosexual. Recién en la pubertad empecé a fantasear con hombres, y creo que tuvo que ver con el ambiente.”
Michael ha declarado que, cuando era chico, su madre siempre le decía que “no era suficientemente hombre”. “Esa opinión era extraña, porque era muy liberal como madre. Creo que se debía a que su hermano Colin se suicidó el día después de mi nacimiento, y ella creía que estaba deprimido porque era gay. Estoy seguro de que temía ver algo gay en mí, porque para ella era sinónimo de desdicha. La entiendo, aunque creo que no debería haberse preocupado tanto.”
A los 19 años, cuando estaba completando el segundo disco de Wham!, George ya sabía que era bisexual. Se lo dijo a Andrew Ridgeley y a sus amigos más cercanos inmediatamente, y estaba listo para decírselo al mundo. “No tenía miedo de ser abierto al respecto, pero mis amigos heterosexuales me recomendaron que callara. Creo que pensaban que, como era bisexual, no había necesidad de salir del closet. Pero es alucinante hasta qué punto se complicaron las cosas por no haberlo dicho en los inicios de mi carrera. Me pregunto cuántas cosas pudieron ser diferentes.”
Una de las complicaciones fue que no podía ser totalmente honesto con la gente. “Me acostaba con muchas mujeres en los años de Wham!, pero nunca sentía que podía llegar a una relación estable porque sabía que emocionalmente era gay. No quería comprometerme sólo porque las mujeres me parecían atractivas. Después sentí vergüenza, creía que las estaba usando. Decidí parar, y lo hice cuando empecé a preocuparme por el sida. Aunque siempre tuve sexo seguro, no quería acostarme con una mujer sin decirle que era bisexual. Sentía que era una actitud irresponsable. Y como no quería tener esa conversación incómoda que arruinaría el clima, así que dejé de acostarme con ellas.” Su única novia estable fue la modelo Kathy Yueng que aparece en el video de la canción I Want Your Sex. George dice que ella sabía sobre su bisexualidad.
En su autobiografía, el ex manager de Wham! Simon Napier-Belkl describe la relación de George y Andrew como “de intimidad homoerótica”. ¿Alguna vez le gustó Andrew? George frunce el ceño: “No puedo pensar en algo más vil que tener sexo con Andrew. Lo conozco desde los 11 años, y es uno de mis mejores amigos. Probablemente había algo homoerótico, por la cercanía, pero él nunca me gustó, por suerte. No es mi tipo, para ser honesto. Aunque lo considero un hombre muy bello”. Los dos siguen siendo amigos; George pasó el último Año Nuevo en la casa de Andrew en Cornwall, y Ridgeley se quedó unos días en casa de Michael después de la celebración de su cumpleaños 41. En familia, Ridgeley lleva una vida tranquila, pasando mucho tiempo con sus hijos y su pasión, el surf. Es un anonimato que George añora, pero que nunca conseguirá. “Una vez traté de salir disfrazado. Era cuando tenía el pelo largo, usaba una gorra de baseball y anteojos. No me parecía a mí en absoluto, o eso creía. Pero unos minutos después, alguien me dijo: ‘Hola George, no sabía que eras corto de vista’. Así que abandoné ese método.”
Su deseo de privacidad se hizo trizas definitivamente cuando fue arrestado por intentar levantarse a un policía de Los Angeles que estaba de civil en 1998. Tuvo que hablar en el circuito de los talk shows, diciendo que había sido una trampa de los medios y la policía. Antes, dijo que había sido un pedido de ayuda, una manera de decirle al mundo que era gay, evitando darle la primicia a un periodista. Pero ahora lo ha pensado mejor, y tiene otra explicación: “Honestamente creo que fue un intento desesperado de crearme problemas y traumas propios, porque hasta ese momento los problemas habían estado fuera de mi control. Desde que Anselmo se enfermó, sentía que no podía manejar las cosas. También había problemas familiares demasiado dolorosos como para hablarlos. Así que me regalé una distracción de seis meses; los días dejaron de ser sólo acerca de extrañar a mi madre. Durante seis meses, tuve que pelear duro por mi carrera, pero después que lo hice no hubo manera de parar la consecuencia, que fue la más completa depresión. Pero, como plan inconsciente, fue muy exitoso”.
Dice que salir de levante callejero era algo que hacía con frecuencia cuando se sentía mal consigo mismo, pero ya no tiene esa compulsión. “Ya no necesito esa sensación de peligro, de vértigo, y mi vida sexual se ha vuelto mucho más convencional. Estoy más feliz que nunca. Soporté tantas pérdidas que ya tengo menos miedo. La única experiencia peor a las que pasé, supongo, es perder un hijo.”
Michael revela que ha discutido con Kenny la posibilidad de ser padres. “Pero la dejamos de lado porque no quiero tener un hijo. Creo que sería un buen padre, pero terriblemente neurótico. Y no sería un hombre feliz si tuviera que hacer tantos sacrificios.” ¿Y qué pasa si el deseo de ser padre de Kenny se vuelve ingobernable? “Tendría que dejarlo ir y encontrar otra pareja que compartiera mi visión del mundo. Uno no puede tener un hijo para sostener una relación. A veces pienso que es una pena por Kenny, porque él podría adoptar muy fácilmente con otra persona. Es fantástico con los chicos, y supongo que sería mucho mejor padre que yo. Pero no está obsesionado con tener hijos. Por suerte.”

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