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Domingo, 21 de noviembre de 2004

CINE: LAS 7 DIFERENCIAS ENTRE LA ALFIE DE MICHAEL CAINE (1966) Y LA DE JUDE LAW (2004)

Hey Jude

Con Michael Cane era el mujeriego más célebre, petulante y cínico del swinging London. Pasaron 40 años, el feminismo, la libertad sexual, el aborto y las terapias de pareja. ¿Y qué quedó de Alfie? La remake con Jude Law tiene la respuesta.

 Por Mariano Kairuz

¿Héroe o cretino? La cuestión parece zanjada por el espíritu moralizante que impera tanto en la película de 1966 que lanzó a la fama a Michael Caine como en su flamante remake con Jude Law. Lo que vale preguntarse, en todo caso, es qué tan simpático nos cae el mujeriego más célebre, bravucón y cínico del swinging London y su versión contemporánea, que recorre Nueva York en motoneta con algo de poster boy de Armani.
Puede que cuarenta años de discusiones sobre feminismo, libertades sexuales, aborto, fidelidad y terapias de pareja hayan dificultado el buen aggiornamiento del personaje, pero lo cierto es que Michael Caine –que más tarde titularía su autobiografía con el leitmotiv del personaje, What’s it all about, Alfie? (¿Qué es todo esto, Alfie?)– salió ganando. Después de todo, Caine es Caine, y Alfie es el personaje que lo lanzó a la fama cuando todas las estrellas de la época –Terence Stamp incluido– lo habían rechazado por sus aristas “controvertidas”. Entre las gracias de este (anti)héroe figuran los nombres con que se refiere a sus múltiples conquistas (birds –pájaros–, it –eso–), la fría indiferencia con que le pregunta a su novia si no “deberíamos haber recibido ya la visita del amiguito” (el ciclo menstrual), o la enumeración cruel de los beneficios adicionales de sus relaciones con la tintorera, la enfermera o, en especial, la pedicura: “Me corta los callos. Tiene un bigotito, pero yo algún defecto les perdono. Nos ayudamos mutuamente; para eso estamos en el mundo, ¿no?”.
Aunque las consecuencias de su estilo de vida casi no le dan respiro, el Alfie de Caine parece tener una autoconciencia absoluta que le permite detectar todo aquello que no está bajo su control, mientras que Law, mucho más discursivo, se hunde en su propia inseguridad y a partir de la mitad de la película no hace más que desplegar una interminable seguidilla de lamentaciones.

1 Ya no estamos en Londres 1966 sino en Nueva York 2004. Alfie sigue siendo un treintañero elegante y sin dinero, pero su presunto british charm vendría a ser un valor agregado en las calles neoyorquinas. La limusina que maneja parece ser su fuente casi exclusiva de oportunidades sexuales.

2 Ambos Alfie apelan directamente al espectador hablando a cámara –una de las marcas esenciales del film original– y así dejan constancia de su “filosofía de vida”. Pero la remake incorpora a su monólogo unos carteles, ubicados visiblemente sobre el fondo neoyorquino, en los que se leen palabras sueltas como “Deseo” y “Búsqueda”. Habrá que suponer que son las grietas que se abren en la fachada ganadora del protagonista.

3 El niño por el que Alfie confiesa cierta debilidad en la película del ‘66 es su propio hijo, al que de todas maneras abandona. En la remake, el chico es hijo de una pareja previa de su novia. Pero el asunto no queda ahí: es una de las situaciones del original que la remake ha reformulado y enrevesado.

4 En la escena clave del film del ‘66 –su “centro moral”– había un aborto, obviamente clandestino. Alfie, que ha embarazado a la esposa de un tal Harry (un tipo consumido por preocupaciones domésticas que conoció en un hospital), siente una sensación de vacío y pérdida. En la remake, Alfie se acuesta con la novia de su mejor amigo, pero las dramáticas derivaciones de su acto ya no están centradas en el duro discurso antiabortista del original.

5 La remake hace un penoso abuso de flores y poemas a modo de recurso romántico. Los apuntes jazzísticos de Sony Rollins han sido reemplazados por canciones compuestas ad hoc por Mick Jagger.

6 Susan Sarandon recrea a la mujer madura, atractiva y de carácter que antes interpretara la robusta Shelley Winters, y la relación en la que interviene se resuelve de manera similar. Pero la remake acusa por primeravez a una de las chicas de arruinar la única relación que Alfie parece decidido a conservar.

7 La nueva versión no habla de sida ni de enfermedades venéreas, pero el Alfie del siglo XXI somatiza a través de la impotencia y se somete a una angustiante biopsia peneana, cuando al viejo y querido Caine le alcanzaba con una pequeña infección pulmonar.

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