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Sábado, 31 de diciembre de 2005

PLáSTICA > LA HISTORIA DE PAN AM EN ONCE CUADROS

Parte del aire

La primera en cruzar el continente, la primera en cruzar el Atlántico, la primera en tener clase ejecutiva, la primera en sumar pasajeros con los Boeing 747, el sueño americano realizado en el aire, el sueño de un solo hombre, el ideal estético del glamour turístico internacional, el aliado incondicional del gobierno norteamericano... Hasta que un día se convirtió también en la primera aerolínea en sufrir un atentado terrorista y su colapso fue estrepitoso. Con once imágenes que recorren la vertiginosa historia de Pan Am, Patricio Larrambebere evoca la infinidad de aspiraciones, sueños y pesadillas que se esconden detrás de las grandes marcas del siglo XX.

 Por Santiago Rial Ungaro

¿Es posible “pintar” la historia? Para Patricio Larrambebere, la práctica de la pintura es una forma de ejercitar la memoria. Si la memoria funciona en base a imágenes que, de alguna manera, se ensamblan para generar una idea, un concepto, las imágenes pictóricas de The Chosen Instrument logran transmitir el misterio de una historia llena de interrogantes: la historia de Pan Am (1927/1991), la aerolínea cuyo vertiginoso ascenso y súbita caída quizá prenuncien el destino de la sociedad que la vio nacer. ¿Por qué no? De hecho, la desaparición de Pan Am, un emblema norteamericano del siglo XX, “la más grande aerolínea que jamás haya volado” (como arengaron durante años sus publicidades) fue sorprendente, pero a la vez previsible: quien mal anda mal acaba, dice el refrán. Y si “el instrumento elegido” al que alude el título de esta exposición es la pintura, que Larrambebere viene practicando desde hace 20 años, The Chosen Instrument hace también referencia al nombre en clave que el gobierno norteamericano utilizaba para ocultar la identidad de su aliado privado más productivo y estratégico: Pan American Airlines. Primero un servicio de correo (al principio nadie quería saber nada con eso de subirse a un avión), Pan American World Airways fue la obra de Juan Terry Trippe, el eterno rival de Howard Hughes. Trippe fue un verdadero pionero y Pan Am estimuló a lo largo del siglo la necesidad compulsiva de batir records de la sociedad norteamericana a la vez que delineaba las que luego serían las rutas aéreas internacionales. Los aviones de Pan Am fueron los primeros en todo: los primeros en volar con pasajeros, los primeros en realizar largos vuelos cruzando el país, los primeros en cruzar el océano Atlántico, los primeros en inaugurar la clase ejecutiva y en aumentar la capacidad de pasajeros con los Boeing 747... y el primero en sufrir el terrorismo aéreo. La cara oculta de tantos avances en el mercado de las aerolíneas era la estrecha colaboración militar que proporcionaron estos aviones, que en muchísimos casos fueron incluso reciclados para vuelos civiles luego de haber prestado sus tempranos servicios militares bombardeando y transportando armas por los cielos de un mundo cada vez más panamericano. Pananortemericano, en realidad. Por eso la obra Why we are here (una enumeración de atentados sufridos por los Estados Unidos tomada de una placa de uno de los barcos norteamericanos que zarpó rumbo a la guerra de Irak, casi una arenga que finaliza con el atentado a las Torres Gemelas y que incluye obviamente el atentado a Lockerbie) es algo así como la pieza que completa el rompecabezas.

No es casual entonces que sea Lockerbie Painting la primera obra que inspiró la serie. Ese tríptico muestra cómo quedó el avión que cayó en Lockerbie (un pequeño pueblo escocés) luego de un atentado organizado por terroristas libios. La idea de los terroristas era que el avión cayera en el océano, pero como hubo una demora de un par de horas, la bomba de tiempo explotó antes, razón que permitió averiguar qué diablos había pasado. La obra, basada en una foto sacada de Internet, lejos de tratar de disimular el pixelado, lo pinta minuciosamente. El fracaso de la seguridad de Pan Am (que marcó un antes y un después en la vigilancia en los aeropuertos) desató una suerte de efecto dominó: a partir de ahí Pan Am demostró ser un gigante con pies de barro que empezó a desmoronarse hasta desaparecer en 1991, víctima de una serie de decisiones desafortunadas y de una crisis petrolera mundial. “La verdad es que la imagen de Lockerbie me impresionó mucho y me inspiró toda la serie, pero yo siempre tuve una onda con Pan Am. Lo que traté de evitar fue que el relato fuera lineal, incluso varía mucho el estilo en el que están pintadas las obras. Es como un relato hecho con retazos. Cada imagen tiene un origen distinto, y siempre mediatizado: algunas obras fueron sacadas de Internet, otras de diarios, otras de postales. Según el formato original de cada obra elegí un tratamiento especial: Why we are here lo hice con madera Plywood, que es la madera que usan para tapar las aberturas de las casas cuando vienen los huracanes. La reproducción de la pequeña postal para conmemorar el primer viaje sobre el canal de Panamá la hice en acuarela para que conserve toda la estética conmemorativa del original. A eso se le suman algunos ‘homenajes’: uno es a Chris Ware, un comiquero que pinta lugares americanos, neutros, que pueden estar en cualquier lugar del país, algo así como “no lugares”. Y otro a M. Machot, un piloto que pintó una postal para el 60º aniversario de Pan Am en un avión de la aerolínea que había sido antes un bombardero. A su vez todas esas imágenes pasaron a ser pinturas, con todo el peso que tiene la pintura como medio, con ese algo memorial o de monumento que tiene. Si alguna imagen llega interesar al espectador, que es lo que me pasó a mí, puede investigar de qué se trata.”

En The Chosen..., los aviones, los tickets, sugieren el terrible enigma que esconde la historia de Pan Am, un símbolo de la sociedad moderna del siglo XX. En las imágenes, el sueño de Trippe (que no es otro que el tristemente célebre sueño americano) se termina convirtiendo en una pesadilla. Pero las pinturas son las pinturas: Larrambebere es un pintor y cada una de sus 11 piezas se valen por sí mismas. “Haciendo esta muestra busqué entender un poco a los Estados Unidos. De entender cómo funciona la ética norteamericana. ¿Cómo puede ser que el gobierno no haya hecho algo para evitar que Pan Am desapareciera? Acá, en su momento, el gobierno llegó a ayudar a salvar a Racing, que no tenía la importancia internacional que tenía Pan Am. En realidad es increíble que haya desaparecido Pan Am, es algo que habla mucho de cómo funciona la sociedad norteamericana, de su amnesia. Incluso hubo bastante gente que me llegó a preguntar: ‘¿No le pediste el sponsor a Pan Am?’. ¡Y hace 15 años que se fundieron!”

La fascinación de Larrambebere por la estética de Pan Am es temprana. La muestra se completa con una serie de pequeñas obras que reproducen todo tipo de parafernalia: bolsos, tickets, peines, etcétera. “Me acuerdo que de chico me fascinaba la estética de Pan Am, esa cosa de corporación. Siempre tuve onda con Pan Am. Cuando estaba en la primaria teníamos el hobby de coleccionar objetos de la aviación, y la gráfica de Pan Am siempre me pareció la más elegante de todas. No es que mi viejo viajaba y me traía parafernalia sino que yo buscaba el modo de conseguir esas cosas. Me acuerdo de que íbamos a Ezeiza y cuando había algún descuido nos afanábamos los tocos de etiquetas. Pero no pongas eso, que me van a terminar acusando de algún atentado terrorista.”

The Chosen Instrument se podrá ver hasta el 31 de enero en Zavaleta Lab, Arroyo 872, Informes al 4328-4553.

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