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Domingo, 20 de agosto de 2006

TV/DVD

Con la frente marchita

Lisa Kudrow era la más inclasificable de Friends. ¿Qué hacer después? The Comeback, una parodia sarcástica tan buena que no podía sino fracasar.

 Por Rodrigo Fresán

Cuando el escritor Francis Scott Fitzgerald dictaminó aquello de “no hay segundos actos en las vidas norteamericanas” no sabía de lo que hablaba. O sí. Lo que ocurre es que Fitzgerald –quien de algún modo disfrutó de un exitoso segundo acto, aunque post-mortem– murió antes de que la televisión dominara al planeta y se convirtiera en una virtual fábrica de segundos actos y de redentores y revanchistas regresos. Elvis Presley tuvo su inmenso comeback en el ‘68 en la pantalla pequeña y ahí lo tienen ahora a Kieffer Sutherland convertido en astro absoluto de la TV luego de años de vagar sin rumbo por los estudios de las películas. El caso de Valerie Cherish, bueno, es un poco diferente, pero aun así...

Febril la mirada

Valerie Cherish es la alguna vez graduada con honores bióloga Lisa Kudrow. Y creo que nadie en su sano juicio duda de que Kudrow era la mejor actriz –si no la única– de todo el elenco de Friends. Ahí está la border-salingeriana Phoebe Buffay y su malvada gemela Ursula y ahí están sus camaleónicos papeles en films indies y aquí, en The Comeback, está su máxima creación hasta la fecha: la sanamente insoportable y perversamente adorable pelirroja Valerie Cherish. Estrella de sitcom en plan Bárbara “Mi bella benio” Eden que tuvo su bloque de quince minutos de fama durante los últimos años ‘80 (algunas tapas de revista, un premio del público, una invitación al show de Jay Leno durante la cual un mono le cagó en la cabeza) y que ahora desea más que nada lo que nunca dejó de desear: volver a ser una “estrella” y dejar de ser una vulgar y acomodada desperate housewive. No importa cómo. Valerie necesita ferozmente su segundo acto. Y Valerie Cherish consigue un pequeño papel en la estúpida comedia juvenil (Room on Bored, el cada vez más breve rol de Tía Sassy) y, a la vez, un protagónico absoluto en The Comeback: impiadoso reality–show lanzado en el momento en que el formato comienza a cansar y la gente pide más sangre y a alguien se le ocurre que esta pobre mujer bastante rica será el perfecto payaso a quien arrojarle tortas a la cara y a la pantalla. Y no se equivoca.

Así, The Comeback –creada por la propia Kudrow y Michael Patrick King, guionista-cerebro de Sex and the City– funciona en varios planos simultáneamente: las filmaciones de Room on Bored, las autofilmaciones del “diario íntimo” de Valerie Cherish, y la captura del material en crudo para lo que será The Comeback y que Valerie Cherish no ve porque lo está viviendo y/o actuando. Las influencias son claras y no se ocultan: algunos sketches de Saturday Night Live y The Kids in the Hall, los formidables mockumentaries de Christopher “Spinal Tap” Guest y, más cerca, la coral The Office y la solipsista Curb Your Enthusiasm. Es decir: televisión con uñas y dientes. La diferencia decisiva es que a lo que muerde y araña The Comeback –que por momentos parece el producto de la ácida mentalidad de un Nathanael West reencarnado– es a la mismísima televisión y a sus mutaciones. Y Valerie Cherish es la definitiva Mujer Catódica, la muñeca idiota que salta y hace gracias cuando se abre la caja boba. Pocas veces uno ha sentido más piedad, vergüenza ajena y asco por un mismo personaje. Porque, básicamente, The Comeback es un bestial e inagotable catálogo de humillaciones que Valerie Cherish –desbordante de tics y de lugares comunes y de frases hechas y de muletillas y orgullosa poseedora de un irritante ring-tone en su teléfono móvil– soporta con entereza casi zombi, casi santa. Valerie Cherish –acompañada por un reparto entre los que se cuentan su resignado y sarcástico esposo Mark, su maleducada hijastra Francesca, su peluquero gay y confidente Mickey (quien no quiere que se sepa que es gay pero, finalmente, sale del armario sin que haga ninguna falta porque imposible no haberlo sabido), el elenco de Room on Bored (donde destaca la rubia y popular Juna, transparente dardo envenenado para Cameron Diaz), la productora in situ de The Comeback Jane, el sonidista que parece recién salido del Clan Manson, el agresivo manager de Valerie Cherish y ese terrorífico archienemigo y némesis que es el guionista Paulie G.– se cae y se levanta y vuelve a caerse para levantarse. Y aguanta y aguanta y aguanta hasta alcanzar la forma más perturbadora del heroísmo. Y uno ahí, frente a la pantalla, sin saber si lo que corresponde es abrigarla con una manta y prepararle un té o pegarle un par de bofetadas mientras ella se convierte en fan del yoga instantánea para poder salir en una revista especializada o baila como loca en un concierto en The Viper Room o interactúa con una enana de otro reality show o graba su versión de “I Will Survive” o apoya un motín del elenco para luego retractarse o se da cuenta de que se puso el vestido al revés un minuto antes de pasear por la red carpet... todo el tiempo dando las gracias por nada con saludito oriental y sonrisa Colgate con la soga al cuello.

Es un soplo la vida

Y el éxito es un eructo. Y HBO primero se mostró entusiasmada con The Comeback (estaba planeada para dos temporadas), pero los ratings no acompañaron y así Lisa Kudrow (dueña del mejor de los primeros actos posibles) tuvo que hacer las valijas y llevarse a Valerie Cherish y ver cómo esa mediocridad complaciente que es Entourage se quedaba ahí adentro. Y es que el gran problema –y la inmensa virtud– de The Comeback reside en que, de acuerdo, se burla y se mofa de Valerie Cherish pero, apenas bajo la superficie de su piel y de su bronceado, de lo que en realidad se ríe es de quienes crearon y permitieron y alentaron la existencia de Valerie Cherish. Es decir: The Comeback se ríe de esa teleaudiencia que al único comeback que aspira es al que la trae de vuelta de la cocina con latas de cerveza o popcorn para volver a sentarse frente al televisor porque, como Valerie Cherish, creen que “no es que la televisión sea la realidad sino que la realidad es la televisión”.

El efecto devastador de The Comeback se aprecia todavía más en el recién editado DVD (promocionado como “la primera y única temporada”, los adictivos trece episodios que se pueden ver de a varios una y otra vez, audiocomentarios de Kudrow & Cherish, extras como Valerie Cherish en los camerinos luego de haber sido descalificada en Bailando por un sueño y una entrevista donde comenta: “Acabo de filmar una movie of the week que cuenta la historia de una mujer que fue violada por todos los habitantes un pueblo”). Y, al llegar a ese final tristemente feliz en el que Valerie Cherish regresa al Show de Jay Leno en principio para denunciar el espanto de los reality-shows y el engaño del que ha sido víctima a la hora de la edición (aunque hasta hace poco asegurara que “Jesucristo aprobaría los reality-shows porque, para empezar, permite su existencia”) pero, enseguida, sucumbiendo a su nueva y sórdida y literalmente nauseabunda y vomitiva fama, se tiene la impresión de asistir al nacimiento de una futura Norma Desmond en Sunset Boulevard. Alguien siempre lista para su primer plano por más que todos estén mirando para otro lado.

O en el baño.

Errante en las sombras

Lisa Kudrow teorizó en cuanto a que la cancelación de The Comeback tuvo que ver con las “dificultades” de la audiencia para comprender cómo era Valerie Cherish: “No sabían si Valerie era una masoquista o una mujer de acero o una imbécil”. Valerie Cherish –lo que pone en evidencia el enorme talento de Kudrow como actriz– era una masoquista todopoderosa y tonta. El “fracaso” de The Comeback –mucho más injusto que el de Joey y vaya a saber uno en qué andan los otros friends que no se llaman Jennifer Aniston– no hace más que probar una ley no escrita pero al mismo tiempo inviolable: la televisión no tiene permitido burlarse de la televisión; para burlarse de la televisión ya está el cine y sólo puede hacerlo de tanto en tanto. Aunque la historia y la programación tiene sus vueltas y –cancelada– The Comeback ha sido nominada en tres categorías de los Emmy a entregarse el próximo domingo 27 de agosto: mejor casting, mejor dirección de King y, por supuesto, mejor actriz protagónica de comedia. Lisa Kudrow estuvo nominada siete veces. Phoebe Buffay lo ganó una. Y, ahora o nunca, es el turno de Valerie Cherish. Mientras tanto, abundan los rumores de un especial de Acción de Gracias de Friends. Pero, ¿a quién le importa eso? Lo que yo quiero es ver a Valerie Cherish ganarse su más que merecido tercer acto, subir a recoger su premio, dar las gracias con su saludito ritual, pronunciar un discurso absurdo y largo (al que le cortarán el sonido y le subirán la música) y, ¡volvemos a estudios!, verla protagonizar The Return of The Comeback en cualquier otro canal cualquier día de estos, estando en el aire de su única y propia y extática tan irreal como reality desesperación pero, por favor, con buenos patrocinadores y anunciantes y camerinos grandes con cestas de comidas y regalos del productor y las mejores mesas en los mejores restaurantes y que la busquen y la nombren.

Después ya habrá tiempo para pensar en uno o dos Oscar.

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