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Domingo, 4 de marzo de 2007

ESPECIAL SORIANO II > REPERCUSIONES Y POLéMICAS

Datos

Tras el intercambio entre Beatriz Sarlo, Guillermo Saccomanno y Osvaldo Bayer, en las últimas semanas se sumaron al debate profesores, periodistas y lectores. El periodista, escritor y profesor Germán Ferrari aporta una serie de datos sobre el hecho que desató la polémica: una hipotética visita de Osvaldo Soriano a la Facultad de Filosofía y Letras.

 Por Germán Ferrari

Ir al archivo a buscar el sobre de X, hurgar en la hemeroteca o revolver papeles y recortes en estantes olvidados, suele deparar muchas sorpresas y no pocas certezas. “¡Fuentes, quiero fuentes!”, es (¿o era?) la muletilla escuchada por cualquier periodista desde los comienzos de su trabajo. La memoria es una fuente invalorable, pero si se le suman datos, mejor. Mancharse los dedos con el polvo que acumula el papel y estornudar un par de veces es síntoma de buena salud periodística e investigadora.

El desarrollo alcanzado por esta polémica despierta una pregunta sencilla: ¿Soriano mencionó alguna vez que habló en las aulas universitarias? Quiero aportar algunos datos que servirán para despejar y combatir dudas y chicanas.

En una entrevista al escritor publicada por la revista La Maga, en la edición del 27 de mayo de 1992, el periodista Carlos Ares reflexionaba: “Pero usted mismo a veces se pone a la defensiva, como si no se creyera un buen escritor. El año pasado dijo: Yo estoy en el borde de la literatura”. Y el entrevistado respondió: “Eso lo dije en la Facultad de Letras, ante un auditorio hostil. La Facultad de Letras forma gente para entender la literatura de una manera, no de varias. Ciertos sectores que se formaron allí son lo menos pluralista que yo conozco. Salen como hechos por un molde y se encuentran con esto: un sujeto que viene de otro lugar, que no es de la literatura, que no pasó por la facultad, que no ha hecho la carrera de las artes, que viene del interior, que escribe y que tiene lectores y valores diferentes... eso genera una hostilidad. Frente a eso yo trataba de explicarme con sinceridad, sin hipocresía. No soy el primero que viene de otro lugar. Fue Camus el tipo que dijo que ‘en una cancha de fútbol se juegan todos los dramas humanos. El que no entienda eso, no entenderá nada de literatura...’. Ahora, claro, una cosa es que lo diga Camus y otra que lo diga yo. Entonces uno se siente como alguien raro frente a los que te reclaman las razones a las que obedece tu literatura, el proceso de creación”.

Unos meses antes, el 26 de diciembre de 1991, el suplemento “Cultura y Nación” del diario Clarín titulaba en la página 12: “Yo camino por la cornisa de la literatura”, una frase textual de Soriano. La entrevista fue firmada por Telma Luzzani e Hinde Pomeraniec. En el encabezado de la página se anunciaba: “En un reportaje público, Osvaldo Soriano habló de técnicas y motivaciones a la hora de escribir”. Y un pequeño copete completaba la información: “En el ciclo: ‘Conversaciones en Puán’, Osvaldo Soriano se reunió con los estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA; niño mimado del éxito de librerías y huérfano del éxito de la crítica especializada, Soriano se animó como visitante y resistió firme, amparado en la fuerza de los que llegan atropellando”.

Tras la lectura de la entrevista, no queda claro si lo que se reproduce es un fragmento de aquella charla pública o una conversación entre el escritor y las dos periodistas, antes o después de la presentación académica. Pero eso no interesa a los fines de la polémica entablada en Radar.

No hay duda de que Soriano estuvo en persona en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y que, según su relato y el de Clarín, fue maltratado. Faltan nombres propios. Seguramente podrán conocerse si alguien responde a otra pregunta sencilla: ¿quién organizó ese ciclo universitario de fines de 1991?

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