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Domingo, 9 de septiembre de 2007

MúSICA > EL CUARTETO ARDITTI EN BUENOS AIRES

Los otros cuarteteros

Cuando a fines de los ’60 Pierre Boulez decretó la muerte del cuarteto, Irvine Arditti le respondió de un modo inapelable: fundar un cuarteto de cuerdas que no tocara obras del repertorio clásico del género. Por segunda vez en Buenos Aires, y liderados por su fundador, el Cuarteto Arditti se presenta en el marco del VI Festival Internacional de Buenos Aires para un único concierto.

 Por Diego Fischerman

Hace unos cuarenta años, Pierre Boulez decretó la muerte del cuarteto de cuerdas. Por la misma época, el violinista Irvine Arditti fundó, justamente, un cuarteto de cuerdas. Boulez hablaba de una imposibilidad y de la caducidad de una estética. Y Arditti, creador de un grupo que no tocaría una sola obra del repertorio que había constituido al “género cuarteto” como tal, también. Ambos decían “no va más” pero lo decían, claro, de maneras diferentes. En realidad, si las letras, las artes plásticas y el cine experimentaban una crisis de narratividad, la más abstracta de las artes, la que no contaba nada salvo a sí misma, también dejaba de hacerlo de la misma manera. Y el cuarteto de cuerdas, la encarnación más perfecta de esa idea de relato que Beethoven había cristalizado dos siglos antes, debía resurgir de las cenizas para seguir viviendo. La invención de Arditti, un especializado en la interpretación de composiciones contemporáneas, hasta el punto de que gran parte de lo que toca fue pensado para ellos, fue la paradójica respuesta a la afirmación de Boulez. Como el cuarteto estaba muerto, viva el cuarteto.

“La música, al igual que las demás expresiones artísticas, es siempre el reflejo espiritual e intelectual de una sociedad. Sin ella seríamos un mundo mecánico, carente de alma, una suerte de sociedad primitiva. La música es sin duda una reflexión social”, dice Arditti. “Y la música de nuestro tiempo es un lenguaje inagotable, de una gran diversidad de sonidos.” Y es que, en efecto, la música actual, esa que ya no narra como antes, aunque parte del público lo siga esperando, es, mucho más que un ordenado relato construido con tensiones y distensiones, una aventura del sonido. El Cuarteto Arditti, fundado en 1974, llegó por primera vez a Buenos Aires en 2000, para participar en el ciclo de música contemporánea del Teatro San Martín. Dos años después, llegó su fundador para brindar un concierto de violín sin acompañamiento. Y ahora, como parte del VI Festival Internacional de Buenos Aires y presentado por el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC), regresa para presentarse en un único concierto, el próximo sábado 15 en el Teatro Coliseo.

El grupo actualmente integrado por Arditti (el único que queda de la formación original y, también, de la que llegó a esta ciudad hace siete años) y Ashot Sarkissjan en primer y segundo violín, el violista Ralf Ehlers y el cellista Lucas Fels, interpretará varias obras escritas y dedicadas especialmente para ellos: el Cuarteto de cuerdas escrito en 2003 por James Clarke, un compositor inglés nacido en 1957 que bucea, en particular, en las posibilidades tímbricas en los instrumentos, el Cuarteto de cuerdas Nº 5 del francés Pascal Dusapin, estrenado en 2005 en Amsterdam, Tetras del griego-rumano Iannis Xenakis que ya habían tocado en su visita anterior, el Cuarteto Nº 5 del inglés Brian Ferneyhough, reciente ganador del Premio Siemens y cabeza visible de la corriente de la “ultracomplejidad”, y el Cuarteto Nº 3 “Grido” del alemán Helmut Lachenmann, uno de los creadores más importantes del momento. Aunque Arditti muestra un particular interés por la creación musical en Latinoamérica y el cuarteto ha grabado un disco especialmente dedicado a nuevas obras mexicanas –entre las que se destacan la de su mujer, la notable compositora Hilda Paredes–, en este caso el énfasis está puesto en Europa. Tanto él como Paredes, sin embargo, suelen ser bastante críticos con la realidad musical del Viejo Continente y, en cambio, señalan “la vitalidad que hay en Latinoamérica y, sobre todo, la avidez de un público joven y curioso por escuchar obras nuevas”. Para el violinista, si hay un signo actual en la composición es que “los compositores ya no buscan escribir bajo determinados estilos o seguir las figuras más importantes. En lo que se concentran es en hacer música interesante y estimulante siguiendo su propia imaginación para ser originales”. Y señala, por otra parte, que “la música ya no es exclusiva de élites, como sucedía en épocas pasadas. Hoy cualquier persona puede asistir a las salas de concierto, sin importar su rango social y, en ocasiones, ni la edad. Más que nunca, existe la conciencia de que ver y oír la música en vivo es una experiencia que nunca podrá reemplazarse, inclusive ni con las ventajas que los equipos técnicos y tecnológicos nos brindan”.

El Cuarteto Arditti se presenta el sábado 15 a las 20.30 en el Teatro Coliseo, M.T. de Alvear al 1100.

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