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Domingo, 23 de marzo de 2008

MúSICA > CHARLES DELAUNEY, VISIONARIO DEL JAZZ

De colección

París era una fiesta en la década del ’50 del siglo pasado, y muy especialmente para los músicos de jazz. En ese mundo que es todo un mito bohemio, un joven llamado Charles Delauney creó el Quinteto del Hot Club de Francia con Django Reinhardt, inventó el término “discografía” y fundó el sello Vogue, cuyos discos se cuentan entre los mejores de la historia del jazz. Y ahora se consiguen, a un precio muy decente, en Argentina.

 Por Diego Fischerman

Charles Delauney era el hijo de Robert y Sonia, dos precursores del cubismo y el orfismo. Nació en París, en 1911, y creció en compañía de los amigos de sus padres: Pablo Picasso, Guillaume Apollinaire, Vasily Kandinsky, Georges Bracque y Jean Cocteau, entre otros. Más adelante, sería miembro de la Resistencia, durante la ocupación alemana. Pero nada de eso importaría si no fuera el desconocido inventor de por lo menos tres cosas vitales para el jazz. La primera fue ni más ni menos que el Quinteto del Hot Club de Francia, con Django Reinhardt en guitarra solista y Stéphane Grappelli en violín. La segunda fue una palabra, tomada del mundo de los libros y aplicada a una nueva pasión: “discografía”. El término fue utilizado por primera vez en 1936, cuando publicó su Hot discographie, en la que relevaba todos los discos de jazz existentes hasta el momento. Y la tercera fue un sello discográfico, llamado Vogue, en donde se grabaron, durante la década de 1950, algunos de los mejores discos de jazz de la historia.

Autor de Django Reinhardt, la biografía más importante del guitarrista, De la vie et du Jazz, y Jazz 47, en colaboración con Robert Goffin, Delauney unió su veneración por el jazz con un inusual olfato que lo llevó, por ejemplo, a grabar el primer disco en piano solo de Thelonious Monk e, incluso, a “descubrir” a Piazzolla mientras estaba en París en 1954, y registrar una serie de tangos nuevos compuestos por él y tocados junto a las cuerdas de la orquesta de la Opera de Paris y el pianista de jazz Martial Solal (esas grabaciones están incluidas en el disco doble dedicado a Piazzolla Volumen 18 en la serie Grandes del tango, del sello Lantower). Lo que Delauney aprovechó, por otra parte, fue un momento en que París era una fiesta, decía Hemingway. O, por lo menos, un lugar donde a los músicos de jazz no se los perseguía por cuestiones de drogas, donde se los escuchaba con reverencia y, en el caso de los negros, donde no sólo se los respetaba sino que las mujeres bellas, ricas y blancas querían acostarse con ellos. Para el jazz, en la década de 1950, esa ciudad en que lo exótico siempre había resultado atractivo, era un refugio. Allí los intelectuales, que encontraban en el jazz una ilusión de salvajismo, giraban alrededor de medianoche con esos músicos que en Kansas o Filadelfia alternaban los trabajos miserables con la cárcel o los institutos de rehabilitación y allí, entre el humo de los Gauloises y las piernas de las adolescentes vestidas de negro, eran estrellas.

Además de esos solos grabados por Monk en 1954, de las sesiones parisinas de Dizzy Gillespie, en 1952, o las del año siguiente, con orquesta y en sexteto, de Clifford Brown junto a Gigi Gryce, el catálogo Vogue ofrece piezas imperdibles del cuarteto del guitarrista Jimmy Raney con Sonny Clark en el piano, del grupo del cellista y contrabajista Oscar Pettiford junto Al Cohn en saxo, Tal Farlow en guitarra eléctrica, Kai Winding en trombón, Henri Renaud en piano y Max Roach en batería, de la pianista y compositora Mary Lou Williams y de un cuarteto genial, el de Gerry Mulligan en saxo barítono con Bob Brookmeyer en trombón a válvula, grabado en vivo en 1954 en la Salle Pleyel. Sony-BMG, actual propietaria del catálogo del sello Vogue, editó en Argentina ya dos tandas de esta colección, con tapas de un riguroso y seductor –y adecuado– blanco y negro, con excelente presentación y sonido y al precio internacionalmente imposible de $ 28. Además de los títulos mencionados, lo publicado incluye un volumen consagrado a Johnny Hodges y Coleman Hawkins, la música compuesta por André Hodeir para el Jazz Grupe de París y el primer volumen de las grabaciones realizadas para ese sello por Martial Solal.

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