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Domingo, 9 de noviembre de 2008

MúSICA > KYLIE MINOGUE ANTES DE SU PRESENTACIóN EN BUENOS AIRES

La diva de los vestidos tragicos

 Por Mariana Enriquez

Se hizo famosa haciendo de mecánica de autos en una serie de televisión australiana que fue muy popular en su país, pero todavía más en Gran Bretaña, y se llamaba Neighbours. Kylie, adolescente, era una estrella haciendo de Charlene y se terminaba casando con el personaje de Jason Donovan en 1987, en un episodio que vieron 20 millones de personas. Entonces empezó su superestrellato, pero tenía destino incierto: era 1987, ella dejaba la serie, tenía 19 años, ¿y qué iba a hacer? Recuerda uno de sus productores de entonces, Peter Waterman (de la fábrica de éxitos Stock, Aitken y Waterman): “Nos encantaba, pero la industria nos decía que no podíamos imponer a una actriz de soap-operas. Esto no era arte ni nada serio, ni se suponía que iba ser una carrera de veinte años”. Ella tampoco se lo tomó muy en serio, y hoy cuenta que, la mayor parte del tiempo, hacía lo que le decían. Le gustaba trabajar, pero no sabía muy bien para dónde ir. ¡Tenía 19! Con “The Loco-Motion” y la balada “Specially for you” llegó a los rankings, empezó a salir con la mayor estrella australiana del momento Michael Hutchence de INXS y se dejó adorar por fans inesperados. Pequeña, hermosa, con una cara nacida para ser fotografiada, recibió la adoración de James Dean Bradfield de Manic Street Preachers (que le escribió la preciosa canción “Some Kind of Bliss”), Bobby Gillespie de Primal Scream y Nick Cave, que cantó a dúo con ella “Where the Wild Roses Grow”, una murder ballad en la que Kylie moría asesinada de una pedrada. Poco después, en 1995, Nick Cave le pidió que recitara la letra de su hit “I Should Be so Lucky” en el Royal Albert Hall de Londres, durante un encuentro de poesía. Ella aceptó, pero se dio cuenta de que tenía que ir por otro camino, y dijo: “No se puede ser posmoderna para siempre”. Sacó varios discos en los años ‘90. Todos tuvieron encanto. Su base de fans gay jamás la abandonó: “Soy un icono extraño. No hay tragedia en mi vida, sólo hay algunos vestidos y looks trágicos”. Pero el renacimiento verdadero, el que la llevó más alto de lo que hizo su disco debut de 1988, fue Fever de 2001. Inolvidable ese video y esa canción: Kylie con un trapo blanco sobre su cuerpo desnudo, bailando con una sensualidad futurista la canción “Can’t Get you Out of my Head” y su contagioso la la la imposible de arrancar del cerebro. Después llegó Body Language en 2003 y la pegajosa “Slow”, otra canción acompañada de video inolvidable, con Kylie y sus bailarines moviéndose en colchonetas bajo el sol, en una mezcla entre cultura playera y Kraftwerk. En esa época, su seguridad era desarmante: “Hace muchos años que sé dónde estoy en el mercado, sé lo que hago. Hubo un punto en que no tenía idea, pero ya pasó”. Acaba de cumplir 40 años, hace dos le diagnosticaron cáncer de mama y ya está recuperada, y de gira. Nadie parece saber muy bien quién es Kylie. Si es la sexy, o la preciosa, o la trabajadora obsesiva, o la diva pop, o la diva dance, o la sobreviviente, o la que se reiventa. John Galliano dijo que es “una mezcla de Lolita y Barbarella”. Y Neil Tennant de los Pet Shop Boys, que trabajó varias veces con ella, dice: “Kylie es un enigma. Creo que por eso es poderosa. Es lo opuesto de Madonna. Creemos que sabemos todo acerca de Madonna. Sobre Kylie, sentimos que no sabemos nada”.

Kylie Minogue presenta su nuevo disco X y su show Kylie X 2008 el sábado 15 de noviembre a las 21.30 en el Club GEBA Buenos Aires, Marcelino Freyre 3831. Entradas desde $ 100.

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