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Domingo, 5 de julio de 2009

> SE FUE KARL MALDEN (1912-2009)

El número 1 de los número 2

 Por Alfredo Garcia

Alguien dijo que una película es tan buena como su elenco de actores secundarios. Y si el actor de reparto es Karl Malden, seguro que es buena.

Si un director buscaba al actor que funcionara como reflejo del hombre común y corriente, es decir del espectador, difícil encontrar mejor candidato que Karl Malden, ganador del Oscar al mejor actor de reparto por Un tranvía llamado Deseo, de Elia Kazan, intérprete de títulos memorables de grandes directores como Henry King, Norman Jewison, Henry Hathaway, John Ford, Alfred Hitchcock, Dario Argento, Ken Russell, y auténtica celebridad de la década de 1970 gracias a su rol estelar en la serie policial Las calles de San Francisco.

Malden Sekulovich había nacido en Chicago en 1912. Karl Malden murió en Hollywood a los 97 años. Entre otras cosas, el ex obrero metalúrgico, y hasta lechero –igual que su padre– llegó a ser presidente de la Academia durante cinco años.

Su carrera, primero en teatro y luego en cine, fue difícil en un principio, sobre todo teniendo en cuenta que debió asumir que por sus rasgos físicos jamas podría soñar con papeles estelares. Pero por otro lado su physique du rol era perfecto para componer personajes creíbles, por lo que su aparición servía para darle verosimilitud a cualquier película. En su autobiografía Malden contó que una vez aceptada su condición de actor de reparto, se decidió a “ser el número 1 de los número 2”.

Una de sus primeras apariciones fue en el papel más o menos breve de un policía en el superclásico del cine negro El abrazo de la muerte (Kiss of Death) donde el que realmente se lucía era otro novato, Richard Widmark, como el desalmado Tommy Udo, un gangster capaz de arrojar a una abuelita inválida por la escalera riéndose a carcajadas. Malden y Widmark desarrollaron una muy buena relación profesional, apareciendo juntos en varios films memorables, empezando por el último western filmado por John Ford, El ocaso de los cheyennes, el clásico de guerra de Lewis Milestone Halls of Montenzuma (algo así como la quintaesencia del cine bélico de una tarde de cine de súper acción) y la comedia militar de Richard Brooks Take the High Ground! Incluso, cuando Malden se decidió a intentar una carrera como director, también recurrió a Widmark para el papel protagónico del tortuoso drama de un juicio militar Time Limit, un film que intentaba reflejar los tiempos paranoicos de la guerra de Corea, sin gran éxito, lo que dejó a Malden otra vez delante de la cámara (aunque dirigió varias escenas de una película en la que actuó junto a Gary Cooper a las órdenes de Delmer Daves, El árbol de la horca).

Pero obviamente el actor con el que más se asocia a Malden en cine es Marlon Brando, ya que Elia Kazan sacó lo mejor de ambos en dos de sus más recordadas películas, Nido de ratas y Un tranvía llamado Deseo. “¡Creo que debe haber sido la primera vez que Vivien Leigh besó a un lechero!”, recordó muchos años después. Cuando Brando intentó convertirse en director, con el rarísimo western sadomasoquista One Eyed Jacks (El rostro impenetrable) el dúo volvió a brillar, ya que Malden interpretó al sheriff coprotagónico (aunque en realidad todas las escenas estaban dispuestas para el lucimiento del actor/director).

Gracias el Oscar ganado por su papel de reparto en Un tranvía llamado Deseo, el número 2 tuvo alguna oportunidad de ser número 1, protagonizando el film de terror en 3D El fantasma de la calle Morgue, de Roy del Ruth, donde interpretaba a un científico loco que entrenaba a un mono para matar bellas señoritas. La película no era nada fiel al relato de Edgar Allan Poe, pero fue un éxito comercial que no le hizo daño a la carrera como actor serio del protegido de Kazan, que finalmente le dio un rol estelar en otra excelente película: Baby Doll, en la que Malden es un marido perturbado por su esposa adolescente (otra vez escrita por Tennessee Williams).

En los ‘60, tenerlo al lado de algún actor joven ascendente aseguraba la carrera del galán, especialmente en el caso de Steve McQueen, a quien apoyó en dos de sus mejores películas, el superclásico del cine de poker The Cincinnati Kid, de Norman Jewison, y el crudísimo western Nevada Smith, de Henry Hathaway. En los ‘60 también acompañó a Michel Caine en el extrañísimo film de espías Billion Dollar Brain, el tercer título de la trilogía del agente Harry Palmer, en este caso con Ken Russell luciéndose en lunática dirección.

Finalmente, Malden se convirtió en todo un superastro de TV con la popular serie Las calles de San Francisco, una de las típicas producciones de Quinn Martin de aquellos tiempos. Malden era un gran amigo de Kirk Douglas, y de ahí la aparición del coequiper Michael, que por aquellos tiempos era toda una novedad en la pantalla chica. Gracias a su papel de detective veterano de San Francisco, Malden fue contratado como el rostro visible de American Express, y sus apariciones en las tandas comerciales de la televisión ya eran todo un clásico, volviéndolo casi más popular que cualquier película que haya filmado.

Sin filmar mucho en los últimos años de su vida, Malden tuvo sin embargo una actuación polémica al convertirse en presidente de la Academia de Hollywood, donde defendió a ultranza la necesidad de otorgarle un Oscar honorario a su viejo mentor Elia Kazan, persona talentosa pero también proclive a los malos recuerdos de quienes denunció en la época del anticomunismo. Gente como Martin Scorsese aprobó la moción de Malden, pero muchos quedaron muy disconformes con el homenaje, incluyendo al mismo Brando, que se negó a entregarle la estatuilla a Kazan.

Finalmente, el año pasado, Karl Malden rompió un record realmente difícil teniendo en cuenta las inquietas costumbres amorosas de las celebridades: su matrimonio con Mona Greenberg cumplió su septuagésimo aniversario, convirtiéndolo en el matrimonio más duradero en toda la historia de Hollywood. Nada mal, para un simple lechero de Chicago.

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