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Domingo, 2 de agosto de 2009

TEATRO > MARILú MARINI Y ALEJANDRO MACI HACEN SILVINA OCAMPO

Actuando espero

Marilú Marini es, probablemente, la actriz argentina más vinculada a la literatura: sus celebradas y memorables interpretaciones de Copi y Beckett, entre otros, son recordadas por quienes las vieron y conocidas por quienes no. Ahora, sube a escena con textos autobiográficos de Silvina Ocampo para ofrecer una interpretación única.

 Por Mercedes Halfon

Una mujer que está sola y espera. De eso se trata Invenciones, el collage de textos de Silvina Ocampo que Alejandro Maci fundió para que fueran interpretados por Marilú Marini. El collage está hecho de dos libros: mezcla de notas, aforismos, argumentos en miniatura, destellos poéticos, recuerdos de la menor y más rara de las Ocampo, que cuando Marini los dice van impactando, como golpes de una lucidez estremecedora. Se pegotean los motivos de su obra y los motivos que con el paso del tiempo trascendieron de su personalidad. Esquiva, íntima, Silvina igual emerge como una imagen difícil pero atractiva a través de sus libros, las escasas fotos que hay de ella, el anecdotario de la época.

Esta mujer hace cosas para alivianar la espera. Baila “California Dreaming” de The Mamas and The Papas, sirve dos copas de vino, llama por teléfono a una amiga que, tan insomne como ella, se presta a escuchar sus relatos, no siempre pasivamente. Pelean. Hablan de historias escritas a dos manos. Hablan del hombre al que la protagonista espera. Hay celos entre ese hombre, la mujer y su interlocutora. Afuera llueve. Su amiga se llama Alejandra, y es ahí donde lo biográfico aparece sin atisbo de duda: Alejandra es Pizarnik, la misma que le regaló a Silvina el cuaderno que terminó siendo escrito por completo y que recibió de título Ejércitos de la oscuridad. Sobre este libro y sobre Invenciones del recuerdo, ambas editadas por Sudamericana el año pasado, se basa la obra. Ambas estuvieron al cuidado de Ernesto Montequin, responsable de los archivos de Silvina Ocampo desde hace años.

Pero además de Silvina Ocampo la obra es Marilú Marini. Dos nombres propios. Marini, es tal vez la actriz argentina de mayor –y más prestigiosa– trascendencia internacional. Y Marilú actuando siempre será Marilú actuando. Es recordada por grandes personajes creados por Copi o Beckett, pero verla moverse descuidada y coreográficamente, escuchar su voz imitando un trueno, tiene ese plus personal que sólo los actores que saben estar solos en un escenario tienen. Marilú es un poco Marilú, capta las luces y las miradas, y con eso maniobra, manipula emocionalmente. Por eso es perfecta para ser esta mujer que espera y mientras tanto asesta frases como: “No inventes lo que no quieras que exista” o “Existe una tristeza de estar triste y existe una cruel vergüenza de tener vergüenza”. Encarna la sensualidad de algunos textos, el infantilismo o el capricho de otros. Hace aparecer con evocación y su forma de decir, los temas de Silvina: animales domésticos, pájaros misteriosos, niños, enamorados, jardines, cosas monstruosas. Puede ser una nena que espía a sus vecinos o una chica que abre de par en par las ventanas para ver si su amante finalmente llegó.

Invenciones indaga en el universo poético de Silvina Ocampo de forma autoconsciente. El gusto con que se pronuncian los textos y la presencia de Marini una actriz más “representadora” que “encarnadora”, lo confirma.

Y así como no hay que inventar lo que es preferible que no exista, también se puede inventar lo que ya existe, para vivir allí, aunque sea un rato.

Invenciones. De miércoles a sábados a las 21, domingos a las 19, en el teatro Presidente Alvear, Corrientes 1659. Entrada: $ 35.

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