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Domingo, 2 de enero de 2011

TELEVISIóN > SOUL MEN, LA PELíCULA SOBRE SAM & DAVE

Los hermanos macana

A fines de los ’50, el azar, la burla y la necesidad parieron un dúo de cantantes de soul unidos por el odio y el éxito. Grabando canciones memorables de Isaac Hayes y David Porter para Stax Records, haciendo giras que se suspendían a la mitad por abandono o balazos, y volviendo siempre con más éxito que antes, Sam & Dave fueron príncipes bizarros del Memphis Sound hasta que la cárcel y la muerte los separaron. La película Soul Men les rinde homenaje, y aunque no pasó por cines ni salió en dvd, la tele la acaba de rescatar.

 Por Alfredo Garcia

Miami, 1958. Sam Moore, ignoto cantante de rhythm & blues, está en medio de un show en el King of Hearts Club, y justo en el clímax de su performance, un anónimo miembro del público se trepa al escenario sin que nadie lo haya invitado, imitando en una especie de gastada súper agresiva su manera de cantar y sus pasos de baile. Sam reprime su ira al ver que al público le gusta ese clon espontáneo, llamado David Prater.

Esta curiosa intromisión de un amateur en el show de un cantante profesional generó el nacimiento de uno de los máximos dúos de la música soul: Sam & Dave.

A pesar de que esa mutua antipatía original con el tiempo empezó a convertirse en auténtico odio, Sam & Dave se subían a un escenario y generaban una química ciento por ciento explosiva. Una vez contratados por Atlantic Records para grabar en Stax Records, es decir la cuna del Memphis Sound, el dúo dinámico de la negritud se benefició de un dúo de compositores sin igual: Isaac Hayes y David Porter (lúmpenes que se conocieron mientras uno intentaba venderle una póliza de seguros al otro). Temas como “Soul Man”, “Hold On I’m Coming”, “You Don’t Know as I Know”, “You Got Me Humming”, “You” y “Soothe Me” llevaron a estos dos enemigos inseparables a lo más alto de la música soul de la década de 1960.

Al estilo del dúo de actores de la comedia Muertos de risa, de Alex de la Iglesia, Sam & Dave se odiaban tanto que a pesar de entender que juntos eran dinamita, y separados no eran nada, la recíproca antipatía los obligaba a separarse casi en el medio de cada gira, a veces con armas de fuego disparadas contra alguno de los socios (que en escena debían mostrarse alegres y simpatiquísimos).

Al final, a Dave lo metieron preso por venderle crack a un policía encubierto; Sam contrató a varios falsos Daves para continuar su acto (sobre todo luego del revival de los Blues Brothers, que cantaban “Soul Man” copiando las coreografías y la dinámica del dúo de Stax), y finalmente Dave Prater se mató al chocar su auto contra un árbol.

Sam & Dave están en el Rock Hall of Fame desde 1992, y la mala onda que hubo entre ellos (heredada con problemas legales a los herederos de Dave) provocó que el director Malcom Lee –primo de Spike Lee– considerara que la extraña sociedad de dos cantantes que se odian a muerte pero deben lucir simpatiquísimos en todas sus performances podía servir de premisa a una buena película.

La película es Soul Men, y debido a los resquemores y la mala onda de Sam, el guión altera mínimamente la historia de estos hermanos mala onda convirtiendo al dúo en dos losers sobrevivientes de un trío abandonado por el cantante estrella, y luego separados a muerte –por culpa de una mujer, entre otras cosas–. La trama empieza con la muerte del ex líder del trío (Johnny Legend), es decir, el traidor que dejó a estos dos enemigos por un contrato que no quiso compartir, lo que permitiría sacar a Floyd (Berniemac) de su aburridísimo ensueño de nuevo rico y convencer a su ex socio (y ex convicto) Louis para salir de gira luego de 20 años sin hablarse.

Aquí empieza una especie de comedia negrísima –en todos los sentidos de la palabra– sobre dos tipos que se odian y deben aprender a convivir e incluso expresar la mala onda que les viene carcomiendo su existencia desde hace décadas. La aparición de una hija de la misma mujer que los enfrentó –y vaya a saber quién es el padre– ayuda a suavizar las cosas, lo que no implica que el revólver de Dave (es decir de Louis, personaje que saca lo peor o tal vez o mejor de Samuel L. Jackson) esté siempre listo para dispararse y meter a esta pareja despareja en problemas de todo tipo.

Dado los problemas legales con los que amenazó Dave a la producción –apoyada por el resucitado sello Stax, que aportó sus mejores temas en un soundtrack de antología–, Jackson y Mac deben alterar el repertorio habitual de Sam & Dave, limitándose a interpretar “Hold On I’m Comin” en una escena memorable donde los dos rivales vuelven a cantar juntos por primera vez en 20 años en un bar de mala muerte frente a un público lamentable, lo que no ayuda a que estos viejos soul men se sientan en plena forma, sino más bien todo lo contrario.

Al final aparece el mismísimo súper hombre de Stax Records, Isaac “Black Moses” Hayes interpretándose a sí mismo para que no quede duda que más allá de los cambios argumentales, la historia es la de Sam & Dave. Un hecho curioso es que luego de filmar Soul Men, primero murió Bernie Mac, y exactamente al día siguiente (10 de abril del 2008) también se fue de gira el ganador del Oscar por la música de Shaft, es decir Isaac Hayes.

Soul Men no sólo no se estrenó en los cines argentinos: es tan buena e imperdible para los fans de la música soul que ni siquiera mereció ser editada en dvd (los distribuidores suelen tener prejuicios raciales contra las películas protagonizadas por personajes afroamericanos, aun si no juegan al béisbol). Al menos, se viene pasando en Cinecanal desde hace unas semanas, y se podrá seguir viendo en un par de fechas de enero.

Todo aquel cinéfilo con algo de sangre funky, no debería perderse Soul Men por ningún motivo.

Soul Men se da este martes 4 de enero a la 1.41 de la madrugada, y repite el lunes 10 a las 20.06 y el viernes 21 a las 18.04, siempre por Cinecanal.

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