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Domingo, 17 de abril de 2011

MúSICA >LAURA MARLING, LA ESTRELLA MáS BRILLANTE DEL FOLK BRITáNICO

Una muchacha y una guitarra

 Por Mariana Enriquez

Creció en uno de los pueblos más ricos de Inglaterra, Eversley, con sus románticos estanques, cielos grises, verde musgo y las hermosas orillas del río Blackwater. Tuvo, ella misma lo dice, una niñez protegida y cálida en una casa llena de música y libros, tanto que soñaba con ser un personaje en una novela de Jane Austen. “Aunque probablemente vivir siempre encerrada en casa terminaría siendo opresivo... No sé, solía soñar con esa época, y cómo se hacían las cosas entonces.” Algo de esa existencia privilegiada empezó a molestarle a Laura Marling cuando era apenas una adolescente de 15 años. Dejó el colegio secundario, subió a su perfil de MySpace canciones folk serias y maduras que no mencionaban clubes, ni bailar, apenas chicos, y sólo con una hipermadura tristeza. Un año más tarde, en 2006, ya estaba en Londres y tocaba en la calle cuando no la dejaban entrar a sus propios shows por ser menor de edad. Incluso era un nombre conocido en la escena folk inglesa, que vive otro revival: fue parte de la primera formación de Noah and the Whales, colabora en vivo y en los discos con Mumford & Sons, pero siempre supo que era una compositora destinada a una carrera solista. En 2007 editó Alas, I Cannot Swin, un disco hermoso, pero sobre todo prometedor, excitante, misterioso. Ella misma era un enigma: una chica aristocrática, pálida como un fantasma victoriano, extrañamente hermosa y frágil, tan tímida que resultaba doloroso verla tocar y más aún intentar que diera entrevistas. El año pasado, a los 20 años, Laura Marling editó I Speak Because I Can, abandonó el rubio ceniza de sus comienzos y logró desprenderse de la timidez adolescente. “Me costó –cuenta–, pero me di cuenta de que es parte de ser una persona agradable. No es amable estar callada y ser hosca. También me dio miedo. No quería ser un clon femenino y contemporáneo de Nick Drake, que era dolorosamente tímido. Creo que murió de timidez.” En 2010 se la vio radiante y etérea ganando el Brit Award a la mejor cantante femenina, de blanco y sonriente. Hace poco grabó “The Needle and the Damage Done” de Neil Young con producción de Jack White, el hombre que mejor sabe encontrar el verdadero talento.

I Speak Because I Can tiene canciones sobre el amor y la muerte, terrenos habituales del folk que suenan nuevos en la voz de Laura, con un dejo de Fiona Apple, pero menos dramatismo, menos enojo y dolor, una tristeza lluviosa, contenida, inglesa. Escribe sobre llamadas no respondidas y paseos en bicicleta al mar nunca realizados (en la canción del título), cita y se inspira en cartas que mujeres les escribieron a sus esposos soldados durante la Segunda Guerra Mundial (“What He Wrote”), sube el ritmo y se escuchan sus risas en “Nature of Dust” o escribe una de las canciones más hermosas que hayan sonado últimamente, “Ramblin’ Man”: “Es gracioso cómo las primeras notas que llegan son las menores, que vienen a serenarte / Es difícil aceptar que una es alguien que no desea / Alguien que no quiere ser”. Laura Marling se deja influenciar por Joni Mitchell, Led Zeppelin, Townes van Zandt, Neil Young, Kate & Anna McGarrigle, Nick Drake, y mezcla todo con su propia voz de adolescente independiente y aristocrática, que quiere huir de ese nido protector y al mismo tiempo tiene miedo, entonces fuma y se malhumora y escribe sobre el amor y el miedo –“hace horas que trato de entender por qué me siento triste”– y las ganas de morir en Inglaterra y ser enterrada bajo la nieve (“Goodbye England, Covered in Snow”).

Laura Marling va a tocar en Buenos Aires el primer día del Quilmes Rock, el 19 de mayo. El mismo día que Jack Johnson, que cierra la noche. Johnson no importa, será olvidable: hay que ver a Laura, es ella la candidata a trascender. Basta chequear sus videos en vivo en YouTube para entender que su lugar es el escenario y la guitarra, basta escuchar sus graciosas y secas historias entre tema y tema, sus comentarios encantadores e irónicos. Ya es una artista impresionante y tiene tantos años para ser todavía mejor que pensarlo da vértigo.

Laura Marling tocará en el Quilmes Rock el próximo 19 de mayo. ¿Hará, además, algún show más amable en un local de menor capacidad? A cruzar los dedos. Por ahora, las entradas se consiguen en www.topshow.com.ar o en www.soyrock.com. También en los teléfonos 4000-2800 (Buenos Aires), 414-6996 (Córdoba) y 409-6996 (Rosario). Y en las boleterías de La Trastienda y el club GEBA.

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