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Domingo, 18 de septiembre de 2011

TEATRO > LO MEJOR DEL VIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES (FIBA)

Sobre tablas

Nuevamente y como cada dos años comienza el furor del Festival Internacional de Teatro. Muchas compañías de todo el mundo y la Argentina, pocas entradas y nada de tiempo. ¿Resultado? Adrenalina en cantidad. Durante dos semanas coparán la cartelera porteña espectáculos de danza, teatro y música contemporánea de Brasil, Chile, Uruguay, Alemania, España, México, Francia e Italia. Este año, a diferencia de los anteriores, a la fiesta teatrera se le sobreimprimió la nota amarga de la resistencia por parte de la comunidad escénica respecto de la dirección del festival, que dejó de estar en manos de Rubén Szuchmacher, para pasar a Darío Lopérfido en esta oportunidad. Pero más acá de las cuestiones políticas, en apariencia –el festival no empieza hasta el 24 de septiembre– la orientación de la programación no ha virado de una forma notable respecto de su edición predecesora. De hecho, algunos nombres se repiten. Entre el maremagnum de espectáculos de todo tipo y color, es clave agenciarse de algunas recomendaciones puntuales y pautas generales para orientarse y no quedar sepultado en la marea de alternativas posibles.

 Por Mercedes Halfon

Bachelet por tres

Teatro político recién llegado de Chile.

Para los que conocen y vieron su trilogía en 2009, y para los que no, una de las visitas que no hay que perderse es la de Guillermo Calderón. Viene del país transandino con dos espectáculos que se darán juntos, Villa + Discurso. Calderón es conocido por hacer un teatro de corte político, que busca encontrarse con su propio poder transformador de la realidad. Imágenes no necesariamente realistas, o escenas extraídas del pasado histórico, en el que se problematizan las distintas capas de la sociedad chilena, sus contradicciones internas, sus culpas escondidas bajo la alfombra. Calderón pertenece a una de las generaciones de teatristas más jóvenes de su país y discute con sus antecesores, los que trabajaron en la posdictadura, al proponer un teatro de discurso directo, sin muchas metáforas. Es interesante poder ver, en el tensionado contexto que está viviendo Chile, alguna de las reflexiones que el teatro produce.

Las obras que se verán aquí serán interpretadas por las mismas tres actrices. En el caso de Villa se trata de tres mujeres que debaten diferentes alternativas para remodelar Villa Grimaldi, el principal centro clandestino de detención durante la dictadura de Pinochet. Las distintas opciones que plantean expresan las discusiones que hoy atraviesan las organizaciones de derechos humanos en el intento de defender la memoria de las víctimas. Algo singular del trabajo es que la función no tendrá lugar en un teatro, sino donde funcionó el Ex Centro Clandestino de Detención, Virrey Cevallos, en Buenos Aires. En Discurso, el otro espectáculo que trae, tres mujeres dan vida a la ex presidenta Michelle Bachelet en un ficticio discurso de despedida al dejar el Poder Ejecutivo. Como si arrojaran un guante, queda flotando la pregunta: ¿alguien se animaría aquí a llevar a escena a Cristina Kirchner?

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