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Domingo, 16 de octubre de 2011

PERSONAJES > PILAR LóPEZ DE AYALA: DESCENDIENTE DE COLóN, BELLEZA Y TALENTO TODO TERRENO

Santa María, qué pinta tiene la niña

 Por Juan Pablo Bertazza

La semana pasada, por primera vez en la Argentina, el 12 de octubre dejó de ser el Día de la Raza –nombre torpe y racista– para transformarse en el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, gracias a un decreto presidencial firmado en noviembre del año pasado. Esto, sin embargo, no debe ser más que el comienzo de un largo proceso de reivindicación. Porque, se sabe, la colonización de 1492 sigue encontrando ecos en el presente y uno de ellos es, sin lugar a dudas, la presencia impredecible y encantadora de una actriz de nombre aristocrático –Pilar López de Ayala– que trabaja en dos películas en cartel: la argentina Medianeras y la portuguesa El extraño caso de Angélica, y que es descendiente, por parte de padre, de los dos hijos de Cristóbal Colón. Así la reconocen en su país aunque a ella no le guste demasiado semejante identificación: “Ultimamente me lo preguntáis tanto que voy a tener que ponerme a investigar”, contesta vía mail a Radar esta deslumbrante española que suele desaparecer cada tanto sin chequear mails y que, más allá del chiste, no tiene la culpa de su ascendencia tan remota. Pero sí es responsable de empezar a colonizar lentamente el mundo y, ahora, a nuestro país con su irresistible belleza espigada, pelo largo, boca enorme y una mirada capaz de descubrir un nuevo mundo.

Nacida hace 33 años en Extremadura, Pilar es el rostro más bello del nuevo cine español, aunque ya realizó una veintena de películas. Antes brilló en la tele con un exitoso programa llamado Al salir de clases, una serie juvenil emitida entre 1997 y 2002, que combinaba Montaña rusa con Verano del ‘98 y cuyos mayores méritos fueron el rating y la calidad del casting, a juzgar por la cantidad de actores que empezaron a forjar, a partir de ahí, su carrera. Ese fue el caso de Pilar quien inició una meteórica y versátil carrera cinematográfica. Tan versátil que incluye una actuación en inglés en The Bridge of San Luis Rey (2004), película de Mary McGuckian con Kathy Bates, Gabriel Byrne, Geraldine Chaplin y Robert De Niro, basada en la novela de Thornton Wilder que le valió el Premio Pulitzer de Narrativa 1928. Tres años después haría, sin saber el idioma y por mera repetición fonética, como buena colonizadora, un papel en francés en la película En la ciudad de Sylvia del español José Luis Guerín. Para inventariar otros de sus terrenos colonizados, baste decir que Pilar también se inmiscuyó en el cruce de cine y literatura: desde un pequeño papel en Alatriste (2006), la adaptación con Viggo Mortensen del best seller de Pérez Reverte que constituyó el proyecto más caro del cine europeo, hasta una participación en Lope (2010) de Adrucha Waddington inspirado en la juventud del autor de Fuenteovejuna. En España, como si fuera poco, acaba de estrenar Intruders con protagónico de Clive Owen, película del ascendente director Juan Carlos Fresnadillo quien empezó a hacerse conocido en nuestro país por consolar a Julieta Cardinali luego de la separación de Calamaro.

Pero fue en el 2001 que Pilar llegó a la fama al protagonizar el film histórico Juana La Loca, sobre la tórrida historia de amor y desamor entre Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, que le valió la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y el Goya (especie de Oscar español) a la mejor protagonista, sacándoselo de las manos a Nicole Kidman, nada menos. El director era el experimentado Vicente Aranda de 84 años, cuyo primer éxito, Fata Morgana, data de 1966. En ese sentido, su presencia fresca constituye una especie de viagra estético y platónico para artistas realizados, sobre todo teniendo en cuenta que el centenario director portugués Manoel de Oliveira la convocó para finalmente hacer El extraño caso de Angélica (ahora en cartel en nuestro país), una notable historia que venía planeando hace medio siglo sobre un joven fotógrafo inquilino que es contratado por una familia adinerada para obtener el retrato de su hija, Angélica, quien falleció justo después de casarse. “No todos saben que la película trata sobre un hecho que, en verdad, le ocurrió al propio Manoel de Oliveira, la mujer muerta existió y fue una prima de su mujer que murió de un embarazo extrauterino. Incluso rodamos en la misma casa donde ocurrió, en la misma habitación, rodeados de retratos de ella, de sus familiares y a la misma hora en que murió. Manoel de Oliveira es un poeta que hace películas, un hombre sabio que tiene los mismos años de vida que el cine”, responde sobre su debut en Portugal, antes de desembarcar ahora en nuestro país con Medianeras, película de Gustavo Taretto en la que actúan Carla Peterson, Javier Drolas, Inés Efrón, Adrián Navarro, Rafael Ferro y Alan Pauls, una comedia romántica, joven y algo ingenua sobre dos vecinos que, al mismo tiempo que se enamoran, pretenden dejar atrás un vacío existencial. Aunque la película tiene sus riesgos, sobre todo en su promisoria primera parte en la cual se reflexiona sobre la ciudad de Buenos Aires a partir de su variopinta arquitectura, la película tiene varios altibajos y adolece de cierto carácter absurdo que, paradójicamente, sólo rompe Pilar haciendo de porteña, sin que se le note un ápice su acento español: “Aunque me extrañó el ofrecimiento de Taretto para que hiciera de porteña, eso mismo me llevó a aceptar el desafío o el sueño insensato de llegar a ser porteña. Me siento muy a gusto cuando un director me plantea la aventura de improvisar, es lo que más disfruto. Además, Buenos Aires es una ciudad que adoro, me encanta su gente, su cultura y el cine que están haciendo me parece uno de los más interesantes del momento, soy seguidora de muchos de sus directores y actores, y pensé que quizá era una buena oportunidad de abrir una ventanita a su cinematografía”.

Alguno se preguntará cómo esta mujer que podría inspirar un disco entero de Sabina a partir de una única noche, no saltó todavía a Hollywood, y a ella también se lo preguntaron. Pero entonces vuelve con las evasivas: “Mezcla de timidez y ausencia de buenos proyectos”. Sin embargo, algunos aseguran, off the record, que la verdadera razón está en que comparte agente –Katrina Bayonas– con la otra megaestrella española, Penélope Cruz, uno de cuyos supercaprichos es, al parecer, que ninguna mujer española –joven y talentosa– pueda acceder a Hollywood. En ese sentido, la descendiente directa de Cristóbal Colón es una seria amenaza.


Medianeras y El extraño caso de Angélica están en las carteleras de Buenos Aires.

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