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Domingo, 11 de diciembre de 2011

DVD > LA HISTORIA DE DANNY GREENE, EL IRLANDéS QUE VENCIó A LA COSA NOSTRA

El infiltrado

Su historia es leyenda en Cleveland: enfrentó a la Cosa Nostra en sus cotos más preciados, independizó a la mafia irlandesa, intentaron matarlo ocho veces sin éxito y en una de esas ocasiones hasta logró escapar de su auto mientras éste volaba en pedazos. Personaje implacable y más temible que muchos de sus más célebres pares italoamericanos, el gangster y sindicalista Danny Greene alcanzó su mayor notoriedad en los ’70, los años explosivos en los que centra la mayor parte de su relato Kill the Irishman. Con el título Las reglas de la mafia, una actuación notable del irlandés Ray Stevenson y varios secundarios de lujo como Vincent D’Onofrio, Christopher Walken, Paul Sorvino y Tony Lo Bianco, llega directamente a dvd sin pasar por los cines.

 Por Alfredo Garcia

“Lo quisieron matar a tiros y con bombas. Pero con persistencia e ingenio, Danny Greene aún sigue entre nosotros. Igual que todo el mundo, algún día le tocará morir. Ese día algunos festejarán, pero la mayoría lo llorará, su leyenda vivirá por años y años. Porque supo cuidar a sus amigos, aunque ellos saben que él hizo cosas buenas y cosas malas. Pero no se puede negar que nunca dejó de vivir al máximo, pero con medida.”

Esto es un intento de traducción de “la balada de Danny Greene”, curiosa oda en honor al legendario gangster y sindicalista irlandés que se convirtió en un conspicuo personaje de la mafia de Cleveland en la década de 1970.

Las disputas entre mafiosos italianos y irlandeses por los negociados derivados del puerto o el negocio de la recolección de basura, entre otros, culminaron en picos de violencia urbana inéditos en la historia del crimen organizado, En el clímax de la llamada guerra de la mafia de Cleveland, explotaban más de 30 autos por año.

Precisamente, Las reglas de la mafia (cuyo título original, Kill the Irishman –“maten al irlandés”–, es más literal) comienza con Danny Greene manejando su auto totalmente despreocupado, siguiendo el ritmo de la música funky que sale de su radio. De golpe, la música sufre una interferencia, como si el tablero del auto tuviera algún tipo de cortocircuito. Sin pensarlo dos veces, el irlandés se arroja fuera del vehículo, que explota casi en el acto. Medio aturdido por la explosión, el irlandés grita e insulta a sus enemigos invisibles. “¿Esto es lo mejor que pueden hacer para liquidar a Danny Greene?”

Al tipo lo intentaron matar unas ocho veces, sin éxito. No solo le pusieron bombas en el auto, sino que además sobrevivió a una terrible bomba que demolió totalmente su casa. En un momento, Greene aparecía en los noticieros desafiando a sus enemigos a que siguieran intentando liquidarlo. Incluso llegó a desarrollar un curioso delirio místico relacionado con las tradiciones de los guerreros celtas, que solo se iban para arriba cuando el Todopoderoso los llamaba al Valhalla irlandés, y nunca antes.

Las reglas de la mafia, de Jonatan Hensleigh (que sin pasar por los cines, acaba de ser editada en dvd por SBP), es una gran película de gangsters con un estilo diferente al de los clásicos del género. Desde la saga de los Corleone a los Buenos muchachos de Scorsese, el policial sobre mafiosos necesariamente acompaña desde lo narrativo el típico temperamento italiano... desde la picardía de los inicios más bien ingenuos en la vida criminal, a las tragedias terribles con las que suele culminar toda crónica negra, este subgénero del film noir casi siempre se maneja con este tipo de emociones opuestas y extremas, donde una escena puede empezar con gente que baila una tarantela para derivar en un velorio con gente que se insulta y maldice a los gritos y en algún dialecto siciliano.

En cambio esta película describe otro tipo de personajes mafiosos. En un punto, casi se podría decir que la epopeya del Robin Hood de Cleveland es menos vistosa, menos pintoresca y tal vez más realista que las sagas mafiosas de los clásicos. Empezando por la eficaz y muy creíble descripción de las actividades ilegales que le surgen inmediatamente al protagonista al momento de convertirse en líder sindical de los trabajadores del puerto. Por otro lado, el personaje de Danny Greene no era en absoluto el arquetipo del gangster vicioso sumergido en excesos de sexo y drogas. No tomaba alcohol, mucho menos drogas, insistía en aconsejar a sus amigos matones sobre las ventajas de una dieta rica en vegetales, y todas las mañanas se sometía a una rigurosa rutina de ejercicios físicos que practicaba invariablemente en el parque público de su barrio, cita obligada para que sus enemigos intenten liquidarlo.

Dado que los irlandeses solo llegaban a ser una especie de sirvientes de los mafiosos italianos, la aparición de Greene marcó un quiebre hacia una suerte de independencia criminal, cosa que no le cayó muy bien a los representantes locales de las grandes familias de la Cosa Nostra, para colmo enfrentados entre por el dominio de la ciudad.

Irlandés de pura cepa, Ray Stevenson ofrece una interpretación brillante por su economía de gestos y expresiones, marcando la diferencia con el histrionismo de sus rivales italoamericanos, casi como un Robert Mitchum setentista. (Un detalle curioso es que Heinsleigh, guionista de taquilleras superproducciones como Armageddon y Duro de matar 3, debutó como director con la primera versión fílmica del cómic The Punisher, pero no tuvo nada que ver con la secuela Punisher War Zone, protagonizada por Stevenson.)

Si algo no le falta a esta excelente película de gangsters es histrionismo. Si una buena película se mide por la calidad de sus actores de reparto, entonces ésta es buenísima. Empezando por Vincent D’Onofrio, el talentoso y semi olvidado protagonista de Nacido para matar, de Kubrick, que se luce en el papel del único verdadero amigo mafioso italiano de Greene. Luego, está el cada vez menos reconocible Val Kilmer (más cerca de Marlon Brando que de Jim Morrison), como un policía irlandés que aprende a respetar a su vecino delincuente, además del experto en personajes de avería, Christopher Walken, como un amable mafioso judío tan encantador y simpático como abominable.

Y para completar el ejército de gangsters obsesionados en asesinar al irlandés, el elenco incluye actores de culto como Paul Sorvino, Tony Lo Bianco, Vinnie Jones, Mike Starr, Bob Gunton, y el ominoso Robert Davi (villano Bond de Licencia para matar) como uno de los más temibles killers del cine de mafiosos, un tipo espantoso con un nombre gracioso: Ray Ferrito.

A propósito, un detalle importante de esta película es que, por más delirantes que puedan parecer las situaciones, casi todo se basa en hechos verídicos perfectamente documentados y eternamente recordados en los barrios irlandeses de Cleveland.

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