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Domingo, 18 de agosto de 2013

MúSICA > EL PERRODIABLO, LA BANDA MáS SALVAJE DEL UNDER LOCAL

La rabia

Con tres discos y shows en vivo incandescentes, El Perrodiablo rompe con la tradición musical de la ciudad de La Plata a fuerza de hard rock de garage influenciado por AC/DC y The Stooges y con su empeño de llegar a ser la banda más excitante del rock local.

 Por Walter Lezcano

Algunas bandas tocan en vivo para probar sus temas nuevos, otras para presentar sus discos y algunas, simplemente, para hacer plata. Bueno, El Perrodiablo lo hace para patear cabezas e incendiar cada escenario que pisa. Ese es su trabajo. Y en este momento lo hace mejor que nadie.

Ellos (Doma como cantante, Chaume en guitarra, Fran en bajo, Lea en guitarras y coros y Alfonso Duarte en batería) son de La Plata, y llama la atención que un sonido tan crudo y violento provenga de esa mítica ciudad que es reconocida por otra clase de phatos musical. De ahí son Los Redondos, Virus, El Mató a un Policía Motorizado, por ejemplo. Pero ellos encontraron otro camino musical. “En la vida de El Perrodiablo las cosas nunca son fáciles”, dice con una sonrisa Doma, compositor y frontman incandescente. Y en esa frase parece condensarse toda una cosmovisión rockera. Ya lo dijo AC/DC, una gran influencia de esta banda: “It’s a Long Way to the Top (If you Wanna Rock ‘n’ Roll)”.

Y, sin embargo, la historia de la banda ni siquiera empezó con el hard rock garagero que es su marca. Doma, el cantante, por ejemplo, es fanático de los Beastie Boys, grupo insigne del rap de los ’90: antes de El Perrodiablo, Doma y Chaume, que se conocen desde tercer grado de la escuela primaria, formaban parte de una banda de hip-hop: “Fue a mediados de los ’90”, cuenta Doma. “Se llamaba Clausen Rollers y éramos seis personas, un quilombo. En un año y medio de laburo ya estábamos tocando con muchas bandas importantes de Capital en ese momento: Actitud María Marta, Los Cafres, Lumumba, Sindicato Argentino de Hip-Hop. Después de un año y medio, ese proyecto se acabó y surgió otro proyecto donde quedamos sólo Chaume, yo y el otro cantante.”

Lo que vino después, en la temporada ’98-’99, fue Psycovendetta, un grupo que tenía como máximo referente a Rage Against The Machine. El plan era acoplar las rimas con máquinas y guitarras distorsionadas. Llegaron a grabar un disco de manera independiente, mientras el país marcaba en el calendario 2001 y la economía social estaba devastada.

Dos años después surgió la idea de volver a lo esencial: guitarra–bajo–batería. Y vio la luz El Perrodiablo.

El primer disco, La bomba sucia, salió en 2007. Un dato interesante es que las guitarras las grabó Pantrö Puto de El Mató a un Policía Motorizado. Con este debut plantaron bandera y expusieron las leyes de su propuesta: rock duro en el sonido, adrenalina y desparpajo en la actitud y una lírica que retrataba la noche como el único locus amoenus posible. Llamaron la atención de la prensa y empezaron a tocar en todos lados. “Es muy fácil armar un circuito de bares acá en La Plata y ser una pequeña estrellita”, dice Chaume. “Pero nosotros queríamos tomar ciertos riesgos, poner en jaque a la banda y probarnos en todos los lugares posibles. Por eso, ni bien pudimos, fuimos a Capital Federal, al conurbano, al interior, donde sea. Y además nos metimos en todas las escenas posibles: la indie, la metalera, la psicodélica, todas. Y nos fue bien y nunca caímos mal parados.”

En noviembre de 2009, con la banda algo cansada por los cambios de integrantes, la cantidad indigesta de shows encima y la independencia pidiéndole sangre constantemente (aún hoy no tienen manager, por ejemplo) sacaron Orgía políticamente correcta. Y salieron a la cancha a mostrarlo y a transpirar la camiseta como pocas bandas. Así empezó a hablarse de sus shows (en el famoso boca en boca de la actualidad: las redes sociales) como los más poderosos y vitales de la escena under porteña. Es cierto: cada vez que El Perrodiablo se sube al escenario, la entrega es total (tanto es así que Doma, como un Iggy Pop criollo, ya tiene rotos los ligamentos de la rodilla izquierda por tantos saltos). Es decir, literalmente dejan la vida en cada concierto: “Es nuestra manera de sacarnos de encima todo el veneno que tenemos adentro –explica Doma–, porque todo, tal cual está el mundo, nuestros trabajos y el modo de vida gris que llevamos todos, nos parece difícil de aceptar”.

Con su tercer disco, El Espíritu, producido de manera independiente y que apareció a finales de 2012, la reputación de El Perrodiablo cobró otras dimensiones. Quienes quieran escucharlo se lo pueden descargar del perfil en Bandcamp de la banda, igual que toda su discografía, incluyendo un disco con lados b y rarezas.

Con un sonido más pulido, pero igual de salvaje que el de los trabajos anteriores, gracias a la incorporación de un sonidista (que ahora los acompaña en los conciertos), llegaron a los mejores lugares que tiene para ofrecer el circuito del ascenso rockero: abriendo para Pez y El Siempreterno, al Emergente, a la trasnoche de la Rock and Pop (show que se puede ver por YouTube), al Festipulenta, a Niceto, al noticiero de la TV Pública, al Roxy, entre otros. De todas maneras, la reproducción de su nombre en los medios no les quita el sueño: “Es buenísimo el rebote y que a la gente le guste nuestra música –dice Doma–, pero lo que nos interesa realmente es que todo esto se logró de manera independiente. Fuimos paso a paso, sin pedir nada a nadie, dando lo mejor que tenemos en cada recital y confiando en nuestras canciones, que al fin y al cabo es lo único que tenemos. Y también es lo más importante”.

Los próximos shows de El Perrodiablo serán el viernes 23 en el Salón Pueyrredón,Av. Santa Fe 4560, C.A.B.A (junto a Fútbol),y el sábado 24 con Poseidótica en Club Tucumán de Quilmes, Andrés Baranda 941, Quilmes, Prov. de Buenos Aires.

Todos sus discos se pueden escuchar y bajar de http://elperrodiablo.bandcamp.com/

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