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Domingo, 21 de marzo de 2010

SOCIEDAD › LA DIFíCIL RELACIóN ENTRE LOS MAESTROS Y LOS PADRES A LA HORA DE AFRONTAR VARIOS DíAS DE PARO. ESCUELAS PúBLICAS Y PRIVADAS.

Entre los derechos y intolerancia

Las tres semanas de paro de docentes públicos y privados, mostraron en Rosario una vez más esa tensa relación entre padres que reconocen a los maestros como trabajadores con derechos, y aquellos que entienden que su función está por encima de las reivindicaciones gremiales.

 Por Alicia Simeoni

Los nueve días de paro que mantuvieron desde el inicio del año lectivo los docentes públicos y las ocho jornadas que cumplieron los maestros privados pusieron, una vez más en fuerte tensión, a padres y trabajadores de la educación. En esta ocasión las situaciones de mayor virulencia se dieron en las puertas mismas de algunas escuelas privadas cuando los primeros propusieron una batería de alternativas para que la medida de fuerza no siguiera adelante, entre ellas, pagar cuota extras o "bonos" para que los maestros estuvieran frente a los grados. Tiempo atrás, las escenas se producían sobre todo ante las instituciones públicas que llegaron a ser estigmatizada con el argumento de que "nunca se daba clases". Hacia el que puede ser el fin de este conflicto puntual entre docentes y Ministerio de Educación o gobierno provincial, dos dirigentes sindicales, Gustavo Terés, secretario general de Amsafé Rosario y Martín Lucero, secretario gremial del Sindicato Argentino de Docentes Particulares reflexionan sobre la situación, el sentido de la educación con miras a la construcción de una sociedad más democrática y aclaran algunos conceptos que a la hora de los reclamos no siempre son tenidos en cuenta por ese sector vital de la comunidad educativa que son los padres y madres de los alumnos. Ambos, Terés y Lucero, coinciden en la importancia de la relación padres maestros como una ecuación con potencialidades transformadoras y superadores de las más grandes dificultades que puedan presentarse al interior de cada una de las unidades educativas.

Gustavo Terés está al frente en Rosario del sindicato que nuclea a los docentes públicos quienes casi recurrentemente fueron o serán el blanco de cuestionamientos, insultos y epítetos varios lanzados como reflejo, en parte, del imaginario instalado en una parte de la sociedad, y es el que pone a los maestros en el lugar de que se quejan "de llenos" porque "trabajan pocas horas" porque sólo se tienen en cuenta las que están frente al aula. En otras ocasiones pesa la propia problemática por resolver cuestiones relacionadas con los particulares horarios de trabajo y el cuidado de los niños para, a la vez, poder trabajar. No hay ejercicio, en ninguno de estos planteos, de conocimiento profundo de la vida de los docentes, de sus obligaciones laborales y de las tan terrenales obligaciones que tienen como la de los padres que protestan. Por tener en cuenta estos datos de la realidad, el comienzo del año lectivo 2010 encontró a los docentes públicos repartiendo en las escuelas una carta abierta a la comunidad educativa en la que se explicaron los motivos del paro "y en cada semana tuvimos como prioridad el acercarnos a los padres. Esta carta dio cuenta de lo que nos pasa permanentemente, pero también tuvo la intención de desarrollar una dinámica de acción junto con la comunidad", señala Terés.

Con un poco más de detalles el secretario general de Amsafé Rosario señala que compartieron "la lucha con los docentes universitarios, los estatales, los profesionales de la salud y -grega , muchos de ellos son papás de nuestros alumnos". Las actividades durante los días de paro tuvieron en cuenta que 10 escuelas no estaban en condiciones de comenzar con las clases, se explica, por problemas de infraestructura, y se cita los casos del Jardincito de Ludueña y de escuelas de la zona oeste y la del barrio de la comunidad toba, en Rouillón al 5.400. "En estos lugares teníamos asambleas multisectoriales para llevar una propuesta y una visión de conjunto en el reclamo hacia las autoridades del Ministerio de Educación con la finalidad de mejorar las condiciones edilicias o evitar que se lleve adelante el cierre de algún cargo, como en la Nº 1379 Escuela de Bajo Hondo". Para Terés uno de los ejemplos "emblemáticos" del trabajo y los logros comunes entre el conjunto de la comunidad educativa en los días del conflicto, fue el que se tuvo en la Escuela Media Especial Nº 513, de calle Paraguay al 600, donde se logró "evitar parcialmente su disolución" Fue un extraordinario trabajo del equipo directivo y de los papás, junto con el apoyo de profesionales y maestros, para seguir sosteniendo y defendiendo una institución en relación con la que las autoridades demostraron poca sensibilidad para defender y sostener".

Pero la relación que los docentes de las escuelas públicas tuvieron en este paro con sectores de la comunidad educativa y con los padres en particular no siempre fue así. Han sido muy 'castigados' y en muchísimas oportunidades.

Sí pero venimos de un buen balance desde el año pasado cuando en pleno conflicto docente, y antes también, hicimos varias clases abiertas y públicas: con los trabajadores de Mahle, con los de Cotar y de Paraná Metal. Las comunidades de las escuelas de la zona asistían y allí se fueron forjando experiencias valiosas que se reprodujeron. Son las experiencias que consolidan el valor de lo público como un valor de la comunidad toda, donde no priman los intereses corporativos de tal o cual sector, sino que se encuentra y descubren intereses generales que se consolidan. La experiencia de un papá y un maestro defendiendo el derecho al trabajo o el derecho a la educación es de una unidad indisoluble, y eso no se construye sólo desde lo discursivo sino que se necesitan acciones concretas para materializarlo. Más aún cuando la historia de las luchas docentes habla de algunas señales de hostilidad. Pero también la historia muestra que determinadas convocatorias de padres que exhibieron hostilidad hacia el conflicto docente no tienen un balance positivo. De parte de esos sectores no apareció después un sostenimiento permanente en cuanto a la defensa de la escuela pública, sino que lo que se vio fue una postura individualista, sectaria.

Ahora es Martín Lucero, el secretario gremial de SADOP Rosario quien aporta otros elementos para la reflexión y dice que el momento de tantas hostilidades bien puede ubicarse en el surgimiento de tantísimas escuelas privadas a principios de los años `90. "El surgimiento de las escuelas privadas con una lógica mercantilista exacerbaba estas conductas individuales. Muchas escuelas privadas que parecían ser la panacea hoy ya no existen, cerraron, no respetaron los derechos de los trabajadores ni tampoco los derechos de los chicos. Y muchos papás hasta tuvieron problemas con las acreditaciones de los títulos. Ahora entendemos que asistimos a un cambio de paradigma: el de los 90 era la recurrencia a la escuela privada para evitar los paros de la pública y en realidad nunca se observó que había una precarización laboral muy grande, donde a los docentes les pagaban en negro y sin aportes a la obra social. Cuando hablamos de cambio de paradigma es porque entendemos que la contradicción ya no puede plantearse en términos de la escuela pública contra la privada. Existió casi una demonización de la pública en el marco de una concepción elitista. El Siglo XXI nos trae un desafío nuevo que no es el de ubicar a la educación gratuita contra la privada sino a la educación popular contra la elitista. La educación privada de los `90 tenía un sesgo elitista porque sólo era para quienes la podían afrontar".

¿Este cambio de paradigma que usted señala genera algunos de los enfrentamientos que se dieron en estos días?

Que el sindicato se asiente sobre la concepción de la educación popular lleva, es cierto, a la aparición de nuevas contradicciones, en este caso con algunos grupos de padres. Uno de esos padres, en la puerta de Madre Cabrini decía: "Yo me acabo de enterar que mi hijo no viene a una escuela privada, sino a una institución pública de gestión privada". Y el tener que aceptar esto es lo que lleva a esa concepción de lo popular, porque si el Estado no pusiera los aportes y sostuviera a los colegios en los que nosotros trabajamos y en la medida en que lo hace "a través de subsidios equivalentes a la masa salarial que tiene ese colegio, a veces en un 100 por ciento otras en un porcentaje menor , la institución educativa no sería posible. Por eso lo de los papás planteando la continuidad educativa porque "yo pago la cuota" tiene una visión mercantilista, más propia de los 90 que de ahora.

Al respecto, Gustavo Terés señaló que "cuando suceden estos conflictos quedan al desnudo, más que nunca, las tensiones entre valores. La escuela debe educar para la convivencia, para la solidaridad, para el compartir, para la defensa de los derechos y esa no puede ser sólo una actitud en el aula, sino que cuando se educa en el aula también se debe hacerlo en la práctica de esos valores. Por otro lado hay expresiones de protesta que contradicen aquello que los alumnos van a aprender a la escuela y como dijo Lucero, se transforma en una actitud mercantilista, individualista. Hay que comprender que para algunos sectores de la sociedad, la educación es algo que se compra y se vende en el mercado. Y entonces se cree que si se paga una cuota, se tiene derecho a alguien que es "mi" maestro o "el de mi hijo".

Martín Lucero detalla que de las 200 escuelas privadas, los cuestionamientos de los padres que más trascendieron en estos días ocurrieron en cinco de ellas, y se cree que también pasó en otras dos o tres. En esas instituciones se esgrimió la idea de pagar cuotas extras o bien hubo quienes se paraban ante el representante legal al estilo "si vos no abrís yo dejo al nene lo mismo" Nosotros sabemos que fue así en La Merced, en Madre Cabrini, en la Albert Sabin, en San Francisco de Asís y también que se produjo una situación similar en la Dante Alighieri, aunque no con tanta virulencia. Todo esto también responde a situaciones internas dentro de los colegios y las formas de organización y concepción de los padres".

El secretario gremial del SADOP entiende que "se enfocan mal las cosas, ya que no es interpelando o presionando a un maestro concreto de un grado, o de una determinada escuela cómo uno puede aportar a la solución de un conflicto" y Terés completa al decir que "cuando los papás se han organizado por el derecho o defensa de la educación pública se puede hacer otra lectura acerca de por dónde pasa el reclamo y entender que muchos de estos papás deberían haber interpelado al gobierno mucho tiempo antes por la inacción y la anomia para resolver este conflicto".

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Las aulas vacías fueron un panorama habitual en estas tres primeras semanas de marzo en la provincia de Santa Fe.
 
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