A Cristina Rinaldi sus compañeros le dicen "la paya", por su pelo rubio. El 21 de julio de 1976, la secuestraron en la calle, la tiraron en el piso de un Chevrolet 700, y la llevaron al Servicio de Informaciones. "Fui torturada como han relatado todos los que pasaron por aquí", se limitó a decir. Contó que estuvo diez días en el sector denominado "la Favela", lindero a la sala de torturas. Después, la llevaron al sótano, donde vio a dos niñas pequeñas, Mariana y Josefina. Tres días más tarde, la llevaron a la Alcaidía, donde compartió cautiverio con una joven a quien llamaban Dolores Aguirre, que fue retirada por Feced y Lofiego, para ser fusilada. A los pocos días supo que era Ruth González, la mamá de las dos niñas que había visto en el sótano. A la salida, recibió abrazos de viejos compañeros y compañeras. Con Josefina González -la beba de cinco meses que había visto en aquel sótano se dieron un interminable abrazo. "Siempre tengo presente a tu mamá, con esos ojos verdes hermosos", le susurró a aquella niña que no pudo crecer junto a su madre.