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Viernes, 6 de noviembre de 2009

ENTREVISTA

Varios ovarios

Atravesando con igual impertinencia las escenas dance, rasta y tropical, la voz de Miss Bolivia traza una revolución bailable y antisistema. Su música, sus rimas –inspiradas, dice, en conexión con la Pachamama– son parte de una política personal del estilo barrial lésbico que expande la energía femenina hasta sentir que es posible cargar no sólo con los propios ovarios, sino también con el de otras mujeres que la animan y la seducen.

 Por Diego Trerotola

¿Podríamos decir que las tuyas son canciones de protesta?

–Trabajo un estilo que se llama lírica consciente, que tiende a llamar la atención sobre algunos puntos en particular que el cantante elige desarrollar. Yo, específicamente, empecé a hacer letras o a crear conciencia sobre lo sofocante del sistema, tratando de llamar la atención, de que cada uno pueda conectar con su propio deseo y correrse un poco de los patrones que estructuran a las personas y les dicen qué son. ¿Qué sos?, es una pregunta de mierda para mí, las clasificaciones y la palabra también fosilizan, estigmatizan. Yo soy y punto, y trato de escribir canciones sobre “seas lo que seas”. Por ejemplo, una canción dice: “Nunca olvides que tu estilo es parte de tu arte en esta tierra; si podés elegir cómo volar, viví, podés hacerlo de cualquier manera”. ¿Cómo vivir? Como quieras, como una torta, con un sifón en el culo y escupiendo soda; lo que quieras. Siempre que haya respeto por las personas y por el pensamiento plural. Yo trato de generar conciencia de la pluralidad y la diversidad, y el respeto de la persistencia de esa pluralidad.

Aunque sos una cantante fuera del closet, no hay tanta presencia de lo lésbico en tu lírica...

–He transitado, según mis múltiples facetas de la vida, un montón de situaciones y de estratos, y entonces veo que lo que quiero decir, si lo pongo sólo en la sexualidad, lo estoy acotando también. A mí me gustaría que todas mis canciones cierren con un signo de pregunta. Está lleno de líricas-respuestas, y prefiero abrir preguntas. No obstante, yo no soy activista de nada, sí soy militante de la palabra, con el micrófono. Y ahora estoy grabando un disco que va a salir en abril o mayo, y tiene canciones de amor, desamor y un rap muy bueno que se llama Hija de puta. Y ahí ya me puse un poco más en mis propios zapatos, luego de haber tirado la bola que tiré, con el concepto de Apagalo: apagar la razón y a ver qué se expande, la razón es defensiva, bajar el escudo y a ver qué sale, qué florece. Una vez que tiré ese mensaje, me pongo más en mis zapatos y en las canciones me permito ser un poco más autorreferencial, más autobiográfica. Voy a limitar un poco la abstracción y ser un poco más específica. Estoy circulando, ya hubo aceptación, entonces ahora voy a dar más pero con un plus, el plus es la real Miss Bolivia, la carne y hueso que soy, con mi propia historia, mi propio dolor, con mi propio goce, mi sexualidad. Y estoy mucho más atrevida.

Esa canción que se llama “Tu política” y hace referencia al concepto que citaste, es perfecta para definir tu idea del valor crítico del estilo, que permite pasar de una política representativa más abstracta a una forma más ligada a la política participativa, a la voz propia y al estilo personal como intervención ideológica.

–El estilo es la acción y, para mí, política es acción. Y tal vez la acción es la palabra. Bueno, la palabra para mí fue algo súper importante. Soy psicóloga, trabajo con la palabra, y las canciones fueron como barrer con años y años de educación formal, y decir basta, quiero desandar algunos caminos para ir con la palabra a otra cosa. Entonces es eso, aprender a jinetear las rimas, empecé yo tocando la batería y rimando a la vez, pero me empecé a sentir encerrada, físicamente condicionada. Y empecé a ir al micrófono, al frente, y a darme cuenta de que recontra gozo de pararme ahí arriba y cantar, es como un campo de fuego, es como sexual. Tengo una canción nueva que dice: “Ovarios no tengo dos, tengo varios. Por mi madre, mis hermanas y por todas las pibitas de mi barrio”. Ahora estoy empezando a poner mucho más lo que en el rastafarismo es Omega, que es la energía femenina, y esa cuestión de poner en mi voz otras voces, no creyéndome la preacher o la que tiene voz de las mujeres sino la voz de mi cuadra, de mi ghetto, de La Boca, donde vivo yo, de las mujeres de verdad, las que están todas tatuadas con agujas. Esas personas son las que yo represento, porque con esas personas me junto a rapear en la esquina a veces.

¿Cómo desarrollás esas ideas en la escena rastafari, reggae, donde hay alto grado de misoginia?

–Me pasó que muchas personas al principio estaban resistentes a que yo diga “jalame la tanga”, o cosas así. Además de tocar hip-hop y en ambientes más dance y disco, yo toco mucho en lugares reggae, y el rastafarismo es uno de los colectivos más homofóbicos y misóginos que conozco. No es joda, empecé ahí a tocar con bastante resistencia. Me encontré con productores que me dijeron: “Yo te voy a hacer pistas, pero no quiero que sobre mis pistas digas cosas como ‘jalame la tanga’”. El tema del rastafarismo es una filosofía importada y fuera de época, es de Jamaica, viene de los ’60. Y acá estamos en un lugar donde eso, si bien está vigente en algunos momentos, ya es reobsoleto: hay una mujer que, mal que mal, como quieras, está gobernando el país. Y el rastafarismo tendría que reformularse un poco. Igual estoy haciendo siempre alianza con otras mujeres en mi palo, tengo muy buena relación con Princesa, con Alika, con Sarah Bentley, con Insista, con todas las minas que estamos tratando de ponernos firmes.

¿Ponerse firmes frente a qué? ¿Las letras de las canciones, otros músicos, dueños de boliches?

–Por ejemplo, nos pagan menos en los shows. El otro día nos juntamos, resindicalistas, y dijimos que nadie cobre menos que tanto. Y estamos empezando a generar fuerza; y mis amigas, que ellas no son lesbianas ni nada, aguantan un montón mi postura y son reabiertas. Y el tema de compartir escena, en vez de competir, nos ayuda mucho para que el mensaje que tira una se expanda donde toca otra. Y entonces vamos como cooperativa. Y creo que la unión es como la fuerza Omega, es como los varios ovarios.

¿Y la elección de Miss Bolivia como nombre artístico también viene de alguna conexión similar?

–Cuando tenía un poco más de plata, en lugar de ir a vacacionar a cualquier parte empecé a preferir viajar a Bolivia. Y empecé a conectar un montón, cosas muy zarpadas. Siempre oscura yo, voy a Bolivia y me agarran las cholas, y me llevan con ellas y me enseñan a cantar, me enseñan recetas de cocina, me hice amiga de muchas. Me enseñaron a trenzarme el pelo cuando yo no tenía las rastas. Y ahí empecé a sentir una conecta muy fuerte Omega, porque las cholas me encholaron, podría decir. Y me pusieron re Miss Bolivia. Y también pasó musicalmente: yo venía haciendo rock y empecé a proponer a mis bandas ritmos distintos, y nadie quería porque el reggaetón y el dance eran una gronchada para ellos. Y me corté sola para ser Miss Bolivia. Y vuelvo a Bolivia y me empiezan a bajar las letras, una conecta con la Pachamama, tremenda. Y yo estaba en la asunción de Evo en Bolivia. Y ahí también flasheé más aún, ya venía siguiendo las revoluciones de las cholas, del Alto, todas las revueltas que habían pasado, y me doy cuenta de que es casi matriarcal. Y el Evo dijo algo genial: “Ahora es cuando”, que era su lema. Y yo dije: “Sí, ahora”.

¿Y ahora qué está pasando cuando una cantante lesbiana se planta en escenarios rastas o tropicales?

–Lo que está pasando es que cada vez van más chicas lesbianas a los shows. Y me encanta que compartan la escena y la pista con los rastas, me encanta que al lado de un rasta misógino haya una pareja de chicas besándose. Si que yo toque generó esta coexistencia, joya. Además tengo un programa de radio que es de reggae, dancehall, dub, rap, que se llama Apagalo, ése es mi momento de libertinaje con la palabra; y a veces hago programas de dos horas que son bestiales, sobre artistas homofóbicos en el reggae, sobre todas las letras que hablen de la energía Omega, sobre cuestiones misóginas, sobre artistas a los que se les han retirado Grammy o premios por tener letras homofóbicas, y traduzco letras homofóbicas. Porque hay rastas que son rastas porque fuman cohete y tienen los dreads, pero no saben lo que están diciendo.

Ese movimiento de las mujeres arriba del escenario, ¿también se ve debajo, entre el público?

–La mujer está exaltadísima. Por ejemplo, ayer fui a tocar a un lugar súper rasta y le dediqué una canción de amor a la chica de la barra; y la gente chifló, pero no mal sino como “vamos, Miss Bolivia”. Empecé a hacer ese tipo de cosas, dedicarles canciones a las chicas que menean y que perrean. Que hay lugares como Santera, que son fiestas de reggaetón que se hacen en Niceto, que ahí se va a perrear, chica con chica, chico con chica, y no importa. Pero yo me atrevo y me vuelvo muy impertinente, es mi colaboración para que eso sea un poco más relajado: en los shows leo cartas de una chica para otra que no se atreve a leerla, o mensajes anónimos de amor lésbico. Y ojalá me tiren un corpiño una vez, o una tanga; voy a hacer tangas de Miss Bolivia y van a venir con el próximo disco.

Miss Bolivia se presentara en el recital de Plaza de Mayo de la Marcha del Orgullo 2009

http://www.myspace.com/missboliviavibracion

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Miss Bolivia
Imagen: Sebastián Freire
 
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