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Los mejores argumentos para apoyar el matrimonio entre personas del mismo género suelen darlos quienes están en contra...

Escuché hace un rato en televisión un anuncio: “Vivamos de acuerdo al sexo que Dios nos dio”...

Todos vivimos de acuerdo al sexo que Dios nos dio, sin importar lo que a cada uno le guste hacer con su sexo.

Pero lo que menos importancia tiene para el matrimonio civil es el sexo, porque nadie se casa por civil para tener sexo.

La práctica sexual no necesita de papeles, pero quienes se oponen al matrimonio entre congéneres atribuyen a que lo más importante es que se acuestan con otro u otra del mismo sexo.

Y lo más importante es:

• Recibir del Estado el amparo a la pareja.
• Adherir al cónyuge al sistema de previsión social.
• Poseer bienes gananciales.
• Declarar ingresos e impuestos juntos.
• Compartir cobertura médica.
• Recibir asignaciones familiares.
• Solicitar un crédito en conjunto.
• Realizar trámites para adoptar hijos.
• Visitar al cónyuge internado sin impedimentos burocráticos (sólo ven al enfermo familiares directos).
• Visitar al cónyuge si está encarcelado.
• Recibir pensión.
• Heredar.
• Reclamar ante las compañías de seguro cuando un cónyuge fallece.
• No depender de los familiares del cónyuge que fallece para que el otro esté presente en ese momento (ocurre frecuentemente en familias homofóbicas, si no, ver la película Sólo un hombre).
• Tomar licencia por enfermedad o muerte del cónyuge.
• Dividir bienes gananciales en caso de separación.
• Adquirir propiedades conjuntamente.

Esta es sólo una minúscula lista de beneficios que recibirán las parejas del mismo sexo que se casen, sin contar los intangibles que ya tienen (amor, felicidad, respeto, fortaleza, valentía) a los que se intensificarán otros (igualdad, dignidad, contención, comprensión, solidaridad).

Es inentendible que haya gente en desacuerdo.

Sabio, Jauretche decía que a veces basta con ver quiénes se oponen para estar a favor.

Mauricio Giaconía