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Viernes, 13 de agosto de 2010

EPA!

Los mejores el mundo

Es un triunfo. No es un premio consuelo después que la Selección oficial no pudo lograrlo. Tampoco una revancha, pero es una realidad: la Selección Argentina se trajo la medalla de oro. Si se impone la comparación, si salta la pregunta sobre cuán importante es el torneo y por qué existe un campeonarto gay en el armonioso y diverso mundo del deporte, bienvenidos los goles. Porque mucho hay que decir sobre el fútbol, el resto de los deportes y la homofobia. Walter García, presidente de la SAFGay, el equipo que venció en la final por 3 a 0 a Estados Unidos y salió campeón en los Gay Games de este año, explica su triunfo en clave futbolística, porque eso es lo suyo, pero sobre todo en clave de identidad, porque también esto es lo que se juega en estos campeonatos mundiales que cada vez van teniendo más prensa en el mundo: “Desde que salimos de Buenos Aires andábamos con nuestra indumentaria puesta. Hay que bancarse estar en el aeropuerto con un equipo de gimnasia que dice que sos gay, y llevarlo con honor y respeto. Creo que además de que jugamos bien, eso nos hizo sentir seguros, contentos. Después de la apertura oficial del torneo entró a la cancha una chica acompañada de sus dos padres. Nosotros llevábamos banderas por la ley igualitaria que había salido acá hacía tan poco y del que estamos orgullosos. La salida de la ley, ver nuestra bandera, que somos argentinos, hizo que la chica se acercara y que viniera a alentarnos a todos los partidos”.

El presidente del equipo SAFGay, que trabaja en un banco, pudo conseguir la donación de algunos de sus clientes, más la ayuda de gente que conocen, más la de una campaña de la CHA y otra del INADI. Así consiguieron el 60 por ciento de los pasajes. No lograron llevar a 21 jugadores, como la mayoría de los otros países, sino a 12, pero eso les alcanzó para ser campeones del mundo. Sí, es un fútbol amateur, no se mueven tantas masas de dinero, y es un camino muy inteligente para sortear el mandato de tener que quedarse en el banco para siempre. Como define García sin dejar de festejar con su equipo: “Todavía hay discriminación en el fútbol. Formar un equipo gay no es crear un gueto y autodiscriminarnos, sino que habría que pensarlo al revés. Hay discriminación en el fútbol profesional, y todavía les falta huevos a los profesionales para salir del closet”.

Informe: Facundo R. Soto

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