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Viernes, 20 de agosto de 2010

LUX VA > AL ENCUENTRO TRANS EN SANTIAGO DEL ESTERO

Entre a mi pago sin golpear

Tarde pero no en vano, Lux llegó a Santiago del Estero en busca de amor, emoción y reflexión trans, en una mesa en la que hablaron tod*s, aunque no a tod*s se pudo nombrar. Nuestrx cronista, sin embargo, no necesitó palabras para quedarse con un souvenir más sabroso que tortilla de grasa.

El mail de Luisa Paz decía que la promovida reunión de tortas, travas y chongos trans en Santiago del Estero iba a ser en el polideportivo de la provincia, a metros de la costanera del río Dulce, donde todavía flamean las gigantografías de la última visita de la presidenta Cristina. No iba a caer a la reunión cianóticx como estaba, así que me tiré a tomar sol entre las palmeras trasplantadas que adornan la ribera. Me quedé dormidx, no sé sí en brazos de Morfeo o de la Salamanca, porque desperté con un zapateo en la cabeza más propio de la chacarera que de la liturgia griega. Desperté aterradx, me había echado a cumplir el ritual de la siesta al costado de una cancha y los chongos del “poli” me estaban usando de arco, aprovechando para lanzarse en palomita sobre mis partes, no tan magulladas aún como para no cazar uno de esos pichones al vuelo y arrastrarlo hasta los matorrales, tratando de pispear en el entrevero dónde se hallaba la diversidad sexual reunida. De la reunión, nada. Del tête à tête privado todo, pero rapidito, tenía una cita que cumplir y la llamé a la María Marta para que me desburre: la reunión se había mudado a la finca Los Pinos. Otra oportunidad para Lux: un remisero de 20 años, moreno de ojos achinados que partía la tierra me llevó hasta el lugar. Las más de 50 participantes estaban escuchando atentamente a Claudia Pía Braudacco, Claudia Castro y otrxs referentes Glttbi que esperaban su turno para la charla multitemática.

Luisa, la representante de ATTA (Travestis y Transexuales de Argentina), estaba preparando la comida en una amplia y luminosa cocina. Las santiagueñas Laura Josendi, Lara Pereyra, Jeannette Ledesma, Celeste Jiménez, Jole Díaz, Tamara Moreno y Sandra Castillo la ayudaban con las ollas enormes donde hervían verduras, cebaban mate con chipaco y chusmeaban cosas de chicas. En el recreo salimos al patio, todxs acaloradxs bajo el sol invernal norteño, que no deja de ser cruel, aunque a la noche la temperatura se hunda bajo el cero grado. Un rubio se acercó tímidamente y se sentó conmigo junto a la pileta. Ian Sajama, de Salta, y Pancho Berrizbeitia charlaban animadamente sentadxs en el pasto junto a las tucumanas Mariana Alvarez, Claudina Leguizamón y Emilia Constanza Rodríguez, y con la cordobesa Luciana Centeno. “Vamos, chicos y chicas, a moverse que nos sacamos una foto con la bandera a favor de la ley de identidad de género”, arengaba, madraza, la cocinera. El rubio me tomó de la mano y me invitó a caminar por el jardín de añosos pinos. “¿No tenés calor con esa capucha, lindo?”, le pregunté y me recriminó que haya usado la o. Lind*, lind*, así era él, digo Blas. Me dijo que no lo habían invitado explícitamente, pero que quería conectarse con gente del Norte. “Si de acercamientos de trata, un beso es un buen comienzo”, le dije. Volvieron los paneles y todxs coincidieron en que la violencia es el común denominador tanto de travas como de tortas, putos y hombres trans. “Esta noche podemos ir a Estudio G, en Cayo Coco”, propuso Laura, para cerrar las actividades con un poco de cachengue. De inmediato me volqué a la calle buscando, remís por remís, a mi chango Shunko de ojos chinos, pero el rubio encanto de la capucha me invitó a salir: me pasaría a buscar por el hotel, no sin antes olvidar su queja por la falta de folletería sobre hombres trans, masculinidades diversas y otras virilidades que me hicieron agua la boca.

—Mi nombre es Blas —me dijo—, más allá de lo que digan los documentos...

Claro, porque Lux es de pedir documentos, ¿no? Lo tomé de la mano, le di un paseo por mis partes diversas, antes de terminar la visita guiada ya me estaba haciendo una sonrisa pícara que me hizo volver al hotel, para esperarl*, moviendo las cachas, ilusionadx. Que natura se quede con su parte, yo le saco todo lo demás a Salamanca.

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