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Viernes, 16 de diciembre de 2011

ENTREVISTA

Los monstruos son los otros

Animador de televisión en España, guionista de telenovelas en su Venezuela natal, cultor del escándalo entendido como bajarse los pantalones en su programa Crónicas marcianas o besarse en público con Jaime Baily, casado legalmente hace poco, Boris Izaguirre acaba de presentar Dos monstruos juntos (Planeta), una novela que pone el foco en una pareja de bellos y malditos heterosexuales, ambientada en el mundo de la gastronomía londinense y en el marco sociopolítico de la crisis.

 Por Adrián Melo

En Dos monstruos juntos volvés al melodrama político que ya era Villa Diamante. Creo que hay muchos puntos de continuidad en ambas novelas.

–Me halaga mucho que etiquetes a mis novelas como melodramas políticos. Será porque soy un gran admirador de ese melodrama político por excelencia que es Pubis angelical, de Manuel Puig. Creo que todas las historias de ficción que actualmente interesan tienen algo de Pubis angelical. Por ejemplo, cuántas cosas hay en la literatura argentina actual sobre una señora cuyo marido ha estado involucrado a su pesar o queriendo con la dictadura. U otras que intentan reflejar en el futuro lo que pasó en el pasado. Eso es Pubis angelical. Es una novela que ha tenido una enorme influencia para nuestra generación. Es una novela que juega con los nazis y el cine hollywoodense de los años cuarenta, el mito de Marlowe, el futuro... Yo pienso que debemos asumir, como latinoamericanos, que todos tuvimos que pasar por Puig y por el melodrama en general, incluso a través de la telenovela, para formarnos como escritores. Todo en la vida es melodrama. Incluso la Biblia es un súper melodrama con personajes, con gente que tiene poderes y deja de tenerlos, con amores y traiciones. Con esa cosa que tiene el melodrama capaz de aglutinarlo todo porque se basa en la emoción.

Tanto en tu otra novela, Villa Diamante, como en Dos monstruos juntos aparece la idea de una hermana bella y otra hermana menos agraciada o directamente fea. En el caso de Dos monstruos juntos se repite el esquema en la figura de los dos hermanastros, el heterosexual y bellísimo Alfredo y el gay David. ¿Te diste cuenta de que armás parejas siempre?

–Todas mis novelas son en base a dos. Considero que ésta es mi novela más honesta, porque por fin aparece el dos en el título. Pero en efecto, todas mis novelas juegan con el dos. En Azul Petróleo son dos hermanos separados que tienen que reencontrarse. De repente fue ayer es una novela sobre dos amigos que de una u otra manera participan de la Revolución Cubana. Uno inventa la telenovela y el otro forma parte del ejército guerrillero.

Creo mucho en el dos porque creo mucho en el diálogo. Y luego, a partir de ello, creo en la idea del reflejo y la imagen. En el observado y el observador. En las parejas donde casi siempre prima uno que ama y otro que es amado.

¿Cómo construiste a Patricia, la protagonista absoluta de la novela? ¿Aparece reflejada en ella tu fascinación por las divas del cine hollywoodense y las he-roínas de telenovelas latinoamericanas?

–Es verdad que es la protagonista absoluta. ¿Te imaginás que Patricia venga a Buenos Aires? (risas) La verdad es que creé a Patricia alejándome muchísimo de cualquier tipo de diva. Me parecía que era factible que a la pareja protagónica, Patricia y Alfredo, iban a querer identificarlos con personajes reales. Por ejemplo, cualquiera podría pensar que son como Victoria y David Beckham. Alfredo es una estrella de la gastronomía y Patricia es su novia, es su pareja desde hace doce años, pero no tiene un empleo verdadero, no tiene una profesión auténtica. Está detrás de él y es el motor de esa empresa que son juntos. Es lo que en algún momento determinado fue Victoria para David. Son como vampiros modernos con los que te encontrarías más de una vez a tu pesar y con los que estarías obligado a hacer negocios.

La novela puede leerse también como una novela de educación. Es el camino por el cual Alfredo, de la mano de la maestra Patricia, convierte su belleza en monstruosidad.

–Es una novela sobre la corrupción. Yo creo que una de las cosas que ha descubierto la crisis europea es que aparece la corrupción como ideología política. Está la derecha, la izquierda y la corrupción. En el momento en que la maquinaria del dinero se paró, comenzaron a aflorar los casos de corrupción en todos los niveles. En este sentido, el título de la novela juega con las dos acepciones que la palabra “monstruo” tiene en España. Te pueden decir “sos un monstruo” como un halago. Eres un monstruo, una maravilla, un genio, pero sigues siendo un monstruo. Alfredo y Patricia conviven con esa dualidad. Son bellos y son capaces de hacer cosas monstruosas.

En un momento de la novela decís: “Cuando naces y creces como una minoría lo único que atesoras son resentimientos. Los resentimientos erradican el sentido del humor hasta que alguien aparece y tiene la gestualidad física exacta como para devolverte la risa. Cuando empiezas a reírte de ti mismo es cuando dejas de ser minoría”. ¿Pensaste en alguien en particular cuando escribiste esta frase? ¿De qué te reís vos?

–Es una de las frases más celebradas de esta novela. Yo creo que todo el mundo se siente minoría o se siente no representado o mal representado. Dos monstruos juntos es una novela sobre dos personas que detectan cómo apoderarse de todo. Es una novela sobre dos personas que viven en una sociedad privilegiada que está en crisis o en una sociedad en jaque pero que consiguen salvarse de esa crisis mediante el robo, la corrupción, la mentira y la prostitución. Ellos serían la minoría mala, la minoría que nadie quiere reflejar porque son capitalistas, codiciosos, privilegiados.

¿De qué me río? Me río de la ingenuidad de la gente. Encuentro que cada vez tenemos más información, más medios para conseguir esa información y que cada vez somos más ingenuos. Y de eso me río porque no tiene solución. Es tan difícil tener un discurso que convenza porque es fácil convencer de cualquier cosa a mucha gente y eso lo vemos todos los días.

Hay muchas referencias a Hitchcock, al cual por otra parte le dedicaste otro libro. El personaje principal se llama Alfredo. ¿Qué significó Hitchcock en tu vida?

–Por un lado, Alfredo es un nombre que me encanta. Por otro, creo que el cine ha sido mi única formación, no tengo estudios superiores ni he ido a la universidad, he tenido una capacidad de concentración muy pequeña. Algo de las pocas cosas que ha conseguido captar mi atención ha sido el cine. Puede ser también el hecho de ser hijo de un crítico de cine y de que gran parte de mi juventud pasó en la Filmoteca Nacional, donde mi padre era director. Pero yo tuve más vinculación con un cine que a mi padre no le interesaba. Yo homenajeo a Hitchcock porque creo que es el Shakespeare del siglo XX.

Uno de los personajes señala: “Nos negamos a que nos sigáis viendo como machos ibéricos sin sensibilidad ni capacidad para la tolerancia”. ¿Qué te parece que prima en la actualidad: la tolerancia o la guerra sorda entre héteros y gays?

–Bueno, ésta es una novela sobre heterosexuales escrita por una persona no heterosexual. Ello habla de un cierto diálogo. Sin embargo, la heterosexualidad, que es muy pilla, es capaz de mantener muchos discursos ya no por convicción sino como un juego para mantener su prevalencia. Yo tengo un cierto gusto por gustar a los que no son iguales a mí. Puedo ser muy peligroso y ser capaz de muchas cosas para gustar.

En un momento, la abuela de Patricia le aconseja que tenga cuidado porque “todo amor está perseguido por una traición y todo éxito por un abismo”. ¿Qué pensás de estas afirmaciones vos que tenés un éxito y un amor?

–Creo fervientemente en la primera parte de la afirmación. Cuando conoces mucho éxito hay momentos en que te sientes muy solo. Más grande aún que la soledad de sentirte solo. Porque sabes que puedes tomar el teléfono y llamar a mucha gente y sentirte igual de solo. La parte del amor y la traición es una frase más grandilocuente. Quizás la gran traición del amor es que uno deje de sentirlo, que uno tenga que asumir que se vuelva invisible. Considero que Dos monstruos juntos es una novela sobre una pareja más que una historia de amor. Porque en la pareja hay un momento en que el amor se hace invisible hasta nuevo aviso o no. La mayoría de las novelas no ahondan en la pareja. La historia de amor termina cuando la pareja se consuma. En cambio. en Dos monstruos juntos se trata de una pareja que lleva diez años haciendo arreglos, complicidades, secretos, midiendo lo que se cuenta y lo que no se cuenta, para seguir siendo una pareja.

¿A qué se debe tu decisión de incluirte como personaje secundario? ¿Sentís que tenés algo en común con Patricia y con Alfredo?

–Bueno, los he creado yo. Es una novela muy mía, nació y la siento muy dentro de mí. Entonces, en un momento me dije: “¿Por qué no estar?”.

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Imagen: Sebastián Freire
 
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