[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Grimes
Visions

Grimes es el proyecto de la canadiense Claire Boucher que el año pasado llamó la atención con su single “Vanessa”. Su historia arrancó hace unos años y Visions ya es su tercer LP. Ella confiesa que carece de pericia para la manipulación de los instrumentos y que, básicamente, lo que hace es tratar de sonar como sus ídolos. Del batido de sus influencias tan eclécticas –suele nombrar a Aphex Twin, Mariah Carey, Outkast o el dubstep reciente– y lejos del pastiche, logra un mundo propio en el que la simpleza de los arreglos y melodías electrónicas se confunden con su vocecita aniñada. Así da forma a canciones pop irresistibles como “Oblivion” o “Genesis”, pero también a pasajes más sombríos y oceánicos como en el cierre del álbum Know the way donde las cuerdas vocales son parte más de la orquesta.

Machinedrum
SXLND

Travis Stewart, uno de los productores más excitantes de los últimos años, divide sus trabajos firmando como Sepalcure para dar rienda suelta a su faceta introspectiva y cerebral y Machinedrum para las composiciones más corporales y aptas para la pista de baile. A principios de este mes, tuvimos la suerte de tenerlo en Buenos Aires animando la fiesta Green Submarine en Cocoliche. Este es su ep más reciente y sucesor de Room(S), su imperdible álbum del año pasado. Son apenas cinco tracks en los que pasa del medio ritmo quebrado de “SXLND” –plagado de recortes de voces r’n’b’– al 4/4 del house profundo y melodioso con reminiscencias a lo más clásico del género como en “DDD”.

Ital
Hive Mind

Ital, el proyecto del norteamericano Daniel Martin McCornick –que suele editar en el sello más pistero de los Not Not Fun 100% Silo–, fue fichado por el sello inglés Planet Mu para lanzar su primer LP. Exponente de un house low fi y amante de manipular samples, cuenta que se pasa horas bajando muestras de YouTube para sumarlas a sus producciones. El tema de apertura “Doesn’t Matter (If you love me)” suma a la rítmica y el bajo ampuloso una frase robada a Lady Gaga que se repite y deconstruye hasta el cansancio para terminar desembocando en el “I Will Always Love You” de Whitney Houston, que ahora suena a homenaje póstumo. En “First Wave” pasa por su multiprocesadora el clásico “It’s Better Than Good Time”, de Gladys Knight. El resto del álbum oscila entre el deep house, los sonidos fantasmales en “Privacy Settings” y el ambient house más espacial de “Floridean Voice”.

John Talabot
Fin

Este productor escurridizo de Barcelona, que se esconde detrás del nombre de su colegio y en realidad se llama Oriol, cultiva el bajo perfil y es casi imposible verle la cara en las fotos de prensa. En el 2009 sobresalió con uno de sus primeros simples Sunshine, en el cual unos samples de guitarras iban avanzando entre cantos y percusión tribal. Eso lo llevó a fichar para distintos sellos y remixar a diferentes artistas como los referentes del sello DFA. Se hizo desear pero finalmente llegó su primer álbum Fin en el que sigue cultivando un house profundo cargado de samples, emotivo y cocinado a medio ritmo. Esta vez se acerca más al pop, como lo podrían hacer los Animal Collective o sus vecinos de Delorean, y logra grandes momentos como el cierre del álbum So Will Be Now al que Pional aporta vocales imprescindibles para esta perla.

Monolake
Ghosts

A fines de los ‘90, el sello Chain Reaction de Berlín ponía sus primeras ediciones en CD en latitas. Para muchos escuchar esos discos de envoltorio metálico que llegaban a Buenos Aires era todo una revelación. Se abría un mundo de un tecno humeante, sensible y empapado de ecos dub. Uno de los artistas de aquella escudería era Monolake. Varios años después, continúa editando y alternando entre instalaciones, discos ambient y otros más rítmicos con este último álbum. Ritmos quebrados, simples y precisos, que se mezclan en diferentes paisajes al que te va llevando como motorman del tren fantasma.

Impresiona escuchar, entre tanta máquina, arroyos, luciérnagas, viento huracanado y cristales. Un disco que vale la pena escucharlo sólo por la arquitectura sonora, aunque por suerte no se agota en eso.