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Viernes, 7 de junio de 2013

ACTRIZ / @MARIAMSOY

Mariam Genesio Peña

Este es el lugar de la casa donde trabaja mi novio. Acá está la biblioteca que fuimos llenando los dos. Acá convive mi faceta intelectual y la frívola, porque es donde también escucho música o me tomo un cafecito con mi perro mientras leo con mi novio.

 Por Sebastián Freire

1 El cuadro

Este cuadro lo pintó mi mamá en un curso de pinturas que tomó de grande. Me lo regaló hace como 6 años, la primera vez que me fui a vivir sola. Le tengo mucho aprecio porque creo que no sólo me lo dio como una bendición de mi independencia, sino también como una especie de guiño y aceptación. Prácticamente me dibujó a mí porque yo en esa época tenía el pelo rubio. Ella siempre dice que es una Marilyn. Creo que lo hizo pensando en mí, por eso lo conservo más allá de que no vaya con la decoración del departamento de mi novio.

2 La plantita

La plantita entre tantos libros y tecnología es el único pulmoncito natural que hay en el departamento. De todas las plantas que tuve y que tengo es la que le pone más garra para vivir. Se llama Kokedama y es como una especie de bonsái menos sofisticado. Las vendía una amiga y ésta fue la única sobreviviente de toda la tanda que tenía para vender. No lleva maceta, la base mantiene la humedad como en una red. Me acuerdo de que una vez yo estaba ordenando y no sé por qué la puse en el plato de comida de perro. Y la verdad es que ella está feliz de la vida así. La tengo puesta en la cocina al lado de la cafetera y todas las mañanas le doy un beso y la saludo, y siento que la planta me responde.

3 El libro 2666, de Roberto Bolaño

Este libro me enganchó mucho, porque es la aventura de cuatro amigos intelectuales europeos de distintas ciudades que van siguiendo las huellas de un escritor misterioso hasta México. Es el libro que más me gustó de todos los que leí este año. Cuando leo un libro así de grandote de un tirón me siento como superada. También elegí este libro porque Bolaño es uno de mis autores favoritos.

4 Abanico

Es el elemento que utiliza mi personaje Angustias en la obra La casa de Bernarda Alba, que estamos haciendo con las chicas de la Cooperativa Ar/tv trans. Al abanico lo tengo muy presente porque manipularlo me ayuda a componer a esta mujer entrada en años y poco agraciada que tengo que interpretar en cada función. Cuando actúo es un momento de plena felicidad. Además, estar en una obra tan importante como una obra de Lorca me llena de satisfacción. Hace un montón que actúo, pero teatro de verdad hago sólo desde hace 2 años. La verdad que no pensé que me iban a dar bola, no me tenía tanta fe y de repente ahora terminé de hacer una película, ahora estoy haciendo un corto y estoy escribiendo un unipersonal con un amigo. Las clases de teatro con mi profesor Sebastián Pajoni son las horas que más espero en la semana. Cuando actúo siento que se me expande el alma, la mente y las sensaciones. Entonces estoy más en contacto con mis emociones que en la vida real.

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