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Viernes, 7 de junio de 2013

La ley divina

Por fin se aprobó la Ley de Fertilización Humana Asistida. Una medida que, a diferencia de la ley provincial, contempla tratamientos, diagnósticos, medicamentos, donación de semen y ovodonación al alcance de todxs.

 Por Paula Jiménez España

Un solo voto negativo y nueve abstenciones no alcanzaron siquiera a echar sombra a la masiva aprobación de la Ley de Fertilización Humana Asistida – 204 votos a favor-, cuya aplicación seguramente tiene a las obras sociales con los pelos de punta. Asunto que, considerando el inmenso negocio de la salud, no debe preocuparnos en lo más mínimo.

Esta ley, recientemente aprobada en Diputados, no deja nada afuera: no solo las prestadoras privadas, sino también las sindicales y todo el sistema público de salud estarán obligados a cumplirla. Además, a diferencia de la Ley Provincial, ésta, que sí contempla los tratamientos, los diagnósticos, los medicamentos, la donación de semen y la ovodonación, no se limita a las parejas heterosexuales con problemas de infertilidad sino que incluye también a parejas del mismo sexo y a mujeres solas. Según lo publicado en la página de la CHA en estos días, no fue así originalmente: estas últimas inclusiones se consiguieron tras haber logrado reformular el proyecto inicial en el año 2006, cuando la entonces Senadora Cristina Fernández de Kirchner recibió a representantes de esta agrupación y accedió a su pedido de modificar el texto de la ley. Faltaban aún cuatro años para la aprobación del Matrimonio Igualitario, pero se comenzaba a allanar el camino que nos conduciría a este último triunfo legal que ya se ha ganado en las redes sociales y en toda la internet, por supuesto, sus buenos detractores. Desde especulaciones sobre malformaciones genética a niños abandonados después de haber sido concebidos vía fertilización asistida, los fantasmas que pululan y se multiplican en la web son variadísimos y algunos muy creativos. Pero ladran Sancho y es señal de que se podrán no hacer muchas cosas, pero dejar de cabalgar, jamás. El paso que sigue, explica la activista Claudia Castrosin, es la publicación de la Ley en el Boletín oficial, después de que Cristina la promulgue. “Es una ley de orden público – cuenta Claudia -. Y este punto es maravilloso: significa que se tiene que aplicar en todo el territorio argentino y de modo obligatorio (a diferencia de la Ley de identidad de género, que al no ser de orden público es de más difícil cumplimiento). Creo que la inclusión de este artículo tiene que ver con haber tomado más precauciones en la confección de la Ley. De todas maneras, vamos a ver qué pasa con el tiempo. Yo espero no tener que escuchar a ninguna compañera decir que su obra social se negó a prestarle el servicio, porque entonces le haremos llegar a la prestadora una carta documento. Yo misma, al día siguiente que salga el boletín, me voy a presentar. Mi esposa y yo estamos en tratamiento desde hace dos años”. La ley incluye técnicas de baja complejidad, el caso de la inseminación artifical, y de alta complejidad, como la inseminación in vitro, y contempla todos los procedimientos avalados por la OMS (Organización Mundial de la Salud). En fin, es completita, completita y hace que el privilegio de la maternidad asistida antes privativa de las clases pudientes, esté, finalmente, al alcance de tod@s.

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