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Viernes, 28 de marzo de 2014

RACIMO DE REINAS

¿Cuántas coronas necesita el reino de la diversidad?, es una de las preguntas más formuladas entre lxs participantes de la “Vendimia para todos”. ¿Una para mujeres trans y otra para mujeres lesbianas? ¿Una sola para todxs? Por lo pronto, la edición 19ª de la Fiesta este año dijo: “Las lesbianas salen del closet” y coronó a su Miss Lesbiana Argentina: Paula Medina.

 Por Matías Máximo

En el público hay una señora con su marido y un nieto que dicen “vinimos por el fin de semana para ver el chow desde Shile”, y unxs chicxs abrazadxs que se dan besos porque sí. Mucha pareja hétero en las primeras horas y mucho gay destapadísimo después. Arriba del escenario Canci (en la ciudad no hace falta decir que se llama Gabriel para nombrarlo) grita extasiado que es una noche única, que esto es la diversidad, el arte y la unión.

“Ya no se trata de sexualidades, se trata de amor”, dijo la flamante reina “les” Paula Medina: 23 años, cetro con madera de vid entre las manos y boca al filo de la explosión Jolie. El rey, Marcelo Guevara, tiene 24 y fue tallado con el molde Ken, además de llevar una voz de dulce blend andino y un swing para el desfile que lo hizo ganar en los votos digitales.

Arena Maipú es un complejo a pocos kilómetros de la ciudad de Mendoza que parece una pequeña postal de Las Vegas, una incrustación de consumo al borde de la región que lo titula. Tiene casino, cines, palmeras y, esta noche, un espacio dedicado a la vendimia gay. En el show principal, una especie llamada “Los Eternos” llegó del más allá en busca del lugar perfecto para destilar el zumo del futuro, para lo que tuvieron que visitar nueve capitales internacionales del vino al ritmo de un electro aquelarre. Despampanante, lujoso e indefinido como una drag queen alimentada de las mejores drag queens, el espectáculo calentó motores.

Far away, far away suena en los parlantes y así está Canci en el escenario, con un lookete noventoso y el speach a lo Giordano, a lo “qué noche, Teté”. Cuando empezó la fiesta que produce, Canci dio explicaciones de por qué a su lado estaba Daniel Ambrosino (el movilero de tostado caramelo de Intrusos) y no la anunciada Flor de la V.

Un día antes en La Reserva, un sótano donde “Las chicas sólo quieren divertirse”, que es el lema de los viernes, unos musculosos en cuero y vestidos con túnicas árabes paseaban entre las mesas y convidaban con un narguile sabor manzana. Entre el público estaba Paula, que todavía no se imaginaba que sería la primera reina de las lesbianas en la historia de las vendimias. “Yo amo, amo con mi alma actuar y bailar. Tomo clases todos los días de mi vida y trabajo de eso. En 2011 viajé al boliche Diva en Tucumán y fui elegida “Miss Lesbiana Argentina”, pero presentarme a la vendimia gay nunca lo había pensado, y a la normal menos. Lo hice porque todos mis amigos me decían ‘¡dale presentate!’”, cuenta Paula, que comenzó su mandato entre el público y está afónica, pero no pierde la elegancia.

El rey Marcelo también pasea con una sonrisa calcada, pero su glam tiene otros planes, él desea mucho más que una corona: “Estudio Ciencia política y Administración pública, me apasiona el trabajo y amo las lenguas extranjeras como el inglés, el francés, el italiano y el portugués. Quería representar a toda la comunidad LGBT de Mendoza y del país, y en este momento de mi vida sentí la fuerza y la capacidad necesaria. Porque si es necesario que sigamos peleando por derechos, yo puedo y quiero hacerlo. Me lo propuse y lo logré. Aquí estoy. Soy el rey”.

Entretelones

Mientras el DJ Rocky Rock (Black Eyed Peas y Linkin Park) scratchea y le da rapper a la noche, la reina destronada Paula Spinello piensa en voz alta lo que opina sobre las mujeres cis o “no trans” sumadas a una terna que era exclusiva: “Desde que tenemos los documentos de mujer, podemos competir en una sola categoría, tenemos los mismos derechos”, dice. Para otrxs participantes, las luchas históricas de los dos colectivos son diferentes, por eso debieran haber tres coronas. “Me parece que lo más justo sería que estén las tres ternas, así competimos con igualdad”, razona Agustina Vera con su pelo de estilo morticiano y unos labios rojospinot noir. Agustina tiene 32 años y no es la primera vez que compite.

Para cubrir el costo de semejante montaje, Canci tiene una batería de anunciantes, eso y los precios de la entrada ofenden a muchos que no fueron, aunque los que están se divierten con el juego de una máquina publicitaria que incluso tiene su bebida. El “Happy Drink”, una botella con forma de dildo donde lo que sería la cabeza es un tapa-rosca, contiene un líquido glucosísimo para agregarle al espumante, que también es un sponsor como los bailarines musculosos de Manhunt.

Facu Carri, el DJ elegido para musicalizar algunos espectáculos de Madonna, pone a la noche su tecnopop. A cierta hora, lxs mendocinxs, con su pausa cordillerana y sus modos sutiles de seducción, parecen seres divinos salidos de un templo báquico. Maverik y Max Andrógeno se pasean con su dragqueenismo y ponen más tinta al escrito de la fantasía. Pero, parece, en la vida no todo es color de rouge. A pocos kilómetros hay otra fiesta y otra reina: el boliche Queen es una dinastía paralela y lujuriosa que tiene un túnel hot en su principado.

La primera uva

“Los orígenes de la vendimia gay fueron en el anfiteatro Fran Romero Day, donde los gays que bailaban en la Fiesta de la Vendimia elegían la Miss Chuchi. Después, a Tito Bustos (un empresario que sigue en la organización de la fiesta oficial), en el entretiempo de un show, se le ocurrió elegir a la reina nacional de la vendimia gay y ahí fui elegida”, recuerda Turca Glamour en un capítulo de la serie Las viajadas, de Gabriel Dalla Torre. La Turca hoy es la dueña de Queen, el boliche gay más grande de Mendoza, y desde el año pasado decidió hacer una fiesta el mismo día que la Vendimia para Todos y llamarla “God Save the Queen”. “Desde chiquita soñaba con ser la reina y jugaba en el jardín de mi casa a escondidas de mi padre. Cortaba las hojitas de los malvones y me las ponía en las uñas, con una latita me hacía una corona y siempre salía yo, obviamente”, dice la Turca, que en las fotos para promocionar su evento aparece con su propia corona.

La abogada mendocina Carolina Jacky, primera concursante trans a jueza federal de la Argentina, hace un mes tuvo que intervenir en la vendimia “oficial” por el arcaico reglamento que impide a una reina, durante el mandato, quedar embarazada o casarse. “Es una violación a la ley de violencia contra la mujer”, dijo Jacky en defensa de la chica de 18 años que, por estar de ocho meses, no pudo entregar la corona en la ceremonia. Una jueza falló a su favor. Pero el intendente de Tunuyán negó las disculpas y se amparó en el “cumplimiento a las leyes y normativas vigentes” del reglamento.

La Vendimia para Todos es más amplia y si existe un reglamento es desconocido. Una solución al dilema de los tronos sería entregar una corona con la entrada: que todos puedan tener la suya y ser reyas, reyos y reyxs por un día. Habrá que ver qué pasa en la edición número 20 de 2015, porque la reina actual tiene una idea clara: “Para mí ya no hay títulos. Hoy en día uno ama y es lo que importa”.

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