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Viernes, 9 de mayo de 2014

El cuerpo del Derecho

El Observatorio de Género en la Justicia acaba de publicar los Principios de Yogyakarta. Un texto claro y necesario para conocer derechos reconocidos internacionalmente y que muchas veces se viven como ajenos.

Los Principios de Yogyakarta son una declaración de derechos humanos para personas lgbti, una ampliación o un reforzamiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para escribirlos y discutir su tenor se reunieron juristas y activistas del mundo. Surgen después de la respuesta negativa que recibió Brasil cuando planteó ante la ONU la propuesta de que se incluyeran la identidad de género y la orientación sexual en cualquier causal de violaciones de derechos humanos. Es decir, Brasil proponía que aparecieran explícitamente los términos “orientación sexual” e “identidad de género” en el documento de la ONU. Esto no se llevó a cabo, entonces se redactaron los Principios de Yogyakarta.

Este libro está dirigido a aquellos que trabajan en la Justicia, pero también al público en general, ya que no es posible hacer valer un derecho que unx no sabe que tiene. Además, cuando se genera un derecho es igual de importante generar un nuevo lenguaje, adecuado para su interpretación. Este libro es un paso importante en el aggiornamiento en términos de lenguaje dentro del Derecho. El ámbito del Derecho está copado por un lenguaje sexista y androcéntrico, que todo lo interpreta desde lo masculino y la binariedad. A los grandes grupos oprimidos, como las mujeres y las personas de la diversidad sexual, se nos ha negado siempre el acceso a los derechos y su jerga, aun cuando los efectos del Derecho han recaído directamente sobre nuestros cuerpos. Es en lo cotidiano, en las cosas domésticas, las más simples, donde realmente se ve una oscuración clarísima en este sentido. Estos principios justamente plantean que hay que pensar cómo está vedado el Derecho y empezar a quitarle el halo sacrosanto, como si fuera algo hiperpoderoso, que cae, inapelable, sobre nosotrxs.

A nivel global, el cumplimiento de estos principios es una utopía, si pensamos en países como Rusia, Uganda, los Países Arabes. En muchos lugares del mundo, la situación es dramática y contrasta con nuestra realidad. En muchos puntos del planeta hay leyes arcaicas que siguen vigentes y el solo hecho de difundir un material como este libro sería motivo de cárcel o castigo lapidario. Por eso es importante que acá, que podemos, lo pongamos a circular.

Se consigue en: Jusbaires y en la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad (Tacuarí 124).

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