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¿Cómo surgió la idea de esta obra?

–Yo tenía una idea suelta hace tiempo de escribir sobre muñecas, jugar un poco con el estereotipo de las mujeres, porque si te ponés a pensar, a través de las muñecas, ya sea la típica pepona o Barbie, se transmite un modelo muy fuerte de qué clase de mujer tiene que ser la nena. Osvaldo Sabino me dio realmente una oportunidad alucinante, que es darme la posibilidad de escribir una obra propia y presentarla sin siquiera darme alguna pauta, confiando plenamente en lo que yo podía darle. Me dio total libertad. Es algo que no muchas veces pasa, yo estoy eternamente agradecido.

La trama tiene un punto de partida bastante políticamente incorrecto, un lugar común al que las personas trans estamos muy acostumbrados...

–Sí, se me ocurrió partir de lo más absurdo, desde la ignorancia que es creer que las mujeres trans son hombres que actúan de mujeres las 24 horas. La obra comienza con una charla entre dos mujeres en la que una le mete en la cabeza a la otra que no hay nada mejor para entender la actuación y sus secretos que observar de cerca la performance trans. Que sería lo máximo en actuación, “actuar como mujer”. Así se produce el choque entre dos mundos, el de dos mujeres cis y tres mujeres trans.

¿Por qué “Rosa chicle”?

–Porque es el color más obvio. La obra intenta cuestionar y poner en jaque estos estereotipos que giran en torno de la feminidad. Si te ponés a pensar, nosotros vemos un montón de ese mundo. Eso me ayudó a escribir la obra. Antes de mi transición, espié o estuve presente en un montón de situaciones “típicas de mujeres”. Ojo que yo siempre estuve seguro de mi género, pero tenía que ver también cómo el resto me percibía en ese entonces.

Y esas experiencias de vida te permitieron escribir el guión parado desde otro lugar...

–Exacto. Vas a ver que hablo mucho de lo que son los estereotipos de las mujeres, pero también hablo mucho de lo que es ser una persona trans. Las actrices a través de los diálogos explican qué es una persona cisgénero, qué es una persona trans, se cuestionan mucho también sobre qué es ser una mujer.

Es muy común que personas cisgénero interpreten a personas trans, incluso se ha visto eso en películas importantes como Boys don’t cry, donde el papel de Brandon Teena (un hombre trans) es representado por Hilary Swank. En tu obra, ¿son trans las personas que interpretan roles trans?

–Las que hacen de actrices trans son trans y actrices. Los dos personajes que no hacen de mujeres trans sino de cis mujeres, están representados por cis mujeres. Podrían haber sido todas personas trans, pero está bueno que el elenco sea diverso porque incluso hace más real la obra. Es una obra que habla sobre personas trans, interpretada por personas trans, escrita por una persona trans.

Rosa chicle, el miércoles a las 20.30