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Viernes, 31 de octubre de 2014

TEATRO

Oh, melancolía

El regreso a casa, el encuentro con un viejo amigo de la infancia se vuelven en Saudade medida de la distancia entre distintas generaciones.

 Por Alejandro Dramis

Dos generaciones familiares coexisten en un mismo espacio para contrastarse, dialogar y confirmar que la construcción del presente personal depende del pasado que cargamos en nuestros hombros. Luego de treinta años, Germán vuelve a su casa de la infancia para reconstruir su vida en el hogar que habitó junto a sus padres en los años ’60, cuando regresó a la Argentina con ellos escapando de la dictadura militar brasileña. Ahora, en plena mudanza y ya transcurriendo 1994, entre cajas y recuerdos se reencuentra con su antiguo vecino Sergio. Ambos eran unos niños cuando sus respectivos padres sorpresivamente los abandonaron y, desde entonces, comparten el vacío de la imagen paternal en sus historias, que se comprenden en el presente con un sello de abrazos, saliva y semen.

Corren los años ’90, el destape gay y los movimientos por los derechos Lgbti comienzan a ganar reconocimiento social y nuevos espacios en las calles porteñas, y de a poco se hace fuerte la voz del reclamo igualitario. A veces contra sus voluntades y a veces movidos por ellas, Germán y Sergio redescubren sus pasados a través de los objetos olvidados en la casa por el abandono paterno; y mientras el afuera convoca a construir la libertad de las expresiones artísticas y sexuales en la Argentina de los ’90 con sus decadentes y hermosos antros bailables que las promovían explícitamente, el adentro sigue estando habitado por el “qué dirán” lxs otrxs sobre las propias elecciones. Los cambios de perspectiva sobre la sexualidad y el salto generacional entre padres e hijos se une por obra de la memoria de los personajes que, como un puente, enlaza los antiguos recuerdos con las vivencias de un ahora cargado de nostalgias y melodías. El tono melancólico con el que se desenvuelve Saudade crece con la música original compuesta por Coiffeur y sus guitarras acústicas oriundas de Morón. Los minimalistas acordes del estilista del folk-punk tiñen el escenario de una lejanía actualizada en cada una de las notas que lloran junto a Germán, sumándose a los besos y los abrazos que comparte con Sergio. La obra invita a reflexionar sobre el sentido y el valor de la búsqueda de la identidad personal y sexual en las raíces familiares y en el contexto social.

Saudade, domingos a las 17.30, El Estepario Teatro, Medrano 484

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