Ariel Pink
Pom Pom
No va a ser la primera vez que recomendamos un disco de Ariel Pink en estas páginas. Una década ha pasado desde sus primeras canciones y collages low fi grabadas en su cuarto en una portaestudio a fuerza de empastar canales en cassette de donde salieron sus maravillosos primeros discos en el sello de los Animal Collective. Ahora encabeza el line up de los mejores festivales por todo el mundo y lanza su tercer disco para la reconocida disquera 4AD. Dispara sin piedad contra Grimes y Madonna casualmente en pleno lanzamiento del disco, como para que nadie se olvide de él. Ya sin su banda Haunted Grafitti, en este Pom Pom deja la pulcritud y la búsqueda de la canción perfecta por la que venía para volver a la maraña de estilos, los estribillos estridentes para la fm de décadas pasadas, el sonido sucio y desprolijo de cassette patinando, pero siempre explorando al máximo las posibilidades de la canción. Ahí están temazos como “Lipstick”, “Put Your Number in My Phone” o “Picture Me Gone” con un video imperdible donde retrata la práctica de Female Masking en la que hombres disfrutan metiéndose en la piel de muñecas de goma. Quizá toda una metáfora sobre la música de Ariel Pink.

The Black Madonna
Stay
“La música dance necesita Riot Grrrls, Patti Smith, cierta disconformidad con su euforia, necesita gente queer malhumorada, teenagers cansados de esta mierda, escritores, críticos... Y no necesita más este statu quo.” Eso y más dice Marea Stamper de Chicago en su manifiesto-presentación como The Black Madonna. Con eso alcanza para parar la oreja a sus dj sets que combinan disco y house. En sus primeros eps como productora ya despuntó con hitazos como “Exodus”. Los dos temas incluidos en su último lanzamiento “Stay” confirman su habilidad para matizar groove disco con melodías y colchones suavestar. En el primero homenajea, ¿chorea?, un temazo de los Casual T. En el segundo rinde tributo a la bailarina Venus Xtravaganza, una de las protagonistas de la película Paris Is Burning con un break beat ideal para el voguing.

Frank & Tony
You Go Girl
Frank & Tony es una colaboración entre dos excelentes compositores electrónicos de Brooklyn: Anthony Collins y Francis Harris. Ambos comandan el sello Scissor & Thread y los une la manera de abordar su obra que remite directamente al sonido del deep house más melancólico, climático y melodioso, de ese que puede sonar en una pista en pleno arranque, un atardecer o en el living de tu casa. You Go Girl son tres eps reunidos en un álbum en el que se sumergen en las texturas y el groove hipnótico cuidando cada detalle y línea melódica. La nostalgia por el época dorada del deep house y cierto clasicismo recuerdan al disco “Midtown 120 Blues” que el artista trans Terre Thaemlitz grabó bajo el alias Dj Sprinkles hace algunos años y que fue reeditado durante 2014. Nada es casual: Dj Sprinkles colabora en “Companion” uno de los tracks del primer ep de la saga.

Juju & Jordash
Clean Cut
Dos músicos de origen israelí que se iniciaron como improvisadores de jazz en guitarra y piano a mediados de los ’90 y se volcaron al mundo de los beats del house y el tecno desde hace una década. En Amsterdam, su base de operaciones, está el sello Dekmantel que los cobija y acaba de editar Clean Cut, su cuarto disco. Conocidos por sus performances de improvisación con las máquinas en vivo con las que animan las pistas europeas, para este nuevo lanzamiento se internaron en el estudio con la idea de hacer algo más directo, menos vueltero y lo menos recargado de trucos y efectos posible. Y lo lograron, sobre todo en pasajes como “Clean Cut”, el tema que da nombre al álbum y marca, con su ritmo colocado y melodías entradoras, el recorrido por el que nos van a llevar a lo largo de diez estaciones.

Bobo Eyes
Midnight Pearl
El sello canadiense 1080p lanza sus ediciones en cassettes plegándose al culto por los formatos con los que nos criamos, pero además mantiene su plataforma digital para aquellos menos apegados al fetiche:1080pcollection.bandcamp.com/album/midnightpearl. Las Bobo Eyes son dos chicas del norte de Vancouver: Evelyn Mason y Olivia Meek, que graban bajo los alias Evy Jane y Regular Fantasy. Esta primera colaboración las encuentra dibujando melodías en viejos sintetizadores del tipo Casiotones, máquinas de ritmos de las más simples y cantando sobre lo relajado que es vivir junto al mar, manejando sus tiempos y sin sobresaltos ni aceleraciones, como el pulso de sus beats, a veces más cerca de la pista de baile, del tecno vaporoso y otras de las baladas electro recargadas de texturas.

Theo Parrish
American Intelligence
Theo Parrish es uno de los referentes ineludibles de la música dance norteamericana. Oriundo de Detroit, es de los djs y productores de esa ciudad que, en lugar de abrazar el característico tecno futurista, rumbeó para el lado del house y los collages que hilvanan jazz, funk, disco y pinceladas de tecno de una manera muy particular. Por su silencio de ocho años y la magnitud de la nueva obra, su regreso al álbum es un acontecimiento en sí mismo: 15 temas en dos cds o 9 en tres vinilos que proponen extensos recorridos y pueden durar hasta 13 minutos. Theo pasa por diferentes estilos, desde el hipnótico arranque “Drive”, el jazz de “Welcome Back” donde ironiza sobre la policía y el trato a los negros en las rutas de Estados Unidos, la polirritmia drum’n’bass de “Make No War” y “Helmut Lampshade” o los quebradizos funks de “Fallen Funk” y “Thug Irony”, hasta el ambient soul de “Ah”, el mantra gospel de “Footwork” –su visión a medio ritmo y funky del estilo hiperacelerado de baile callejero tan en boga en los últimos años–.

Dean Blunt
Black Metal
Dean Blunt supo ser la mitad del proyecto Hype Williams junto a Inga Copeland. El artista británico no se tomó demasiado tiempo para el sucesor de “The Redeemer”, el disco del 2013 en el que desplegaba sus collages low fi. En este nuevo “Black Metal” despista desde el nombre que poco y nada tiene que ver con el estilo de música que contiene. Redobla la apuesta como en “Heavy” y “Country” o los ecos del dub de “Punk” y “Mersh”, y rumbea para el lado de la canción folkie. Joanne Robertson contrasta con su luminosa voz sobre el oscuro vozarrón de Dean en canciones como “50 cent”. Canciones compuestas por uno de los cerebros más delirantes del este londinense en plan de bajar unos cuantos cambios.

Ana Helder
Fiebre de Marte
La rosarina Ana Helder es una de las apuestas argentas del sello Cómeme. “Fiebre de Marte” es el tercer ep de Ana al que hay que sumarle remixes y temas sueltos en los compilados de la misma escudería. Es un disco ecléctico en el que se anima a pasar por distintos estilos y, a diferencia de sus anteriores trabajos, suma músicos invitados. El recorrido comienza con el groove post punk disco a las ESG coronado por un saxo zizagueante de “Don’t Hide be Wild”, continúa con los colchones deep de “Track con flute” que nos transportan al house clásico, el clima intrigante y los ecos de una voz del más allá en “Fiebre de Marte”, el flirteo rocker de “Chabond” para desembocar la cadencia funky de “Cada día te quiero más”.

UN
Solos
El ex Victoria Mil Miguel Castro emprendió su propia aventura musical bajo el nombre de UN. Acompañado por Lolo Gasparini, Walter Gonzales y –otro ex Victoria– Leo Santos, acaba de editar el sucesor “Solos”, producido junto a Daniel Melero. Canciones de alto vuelo para estados alterados. Se animan a reversionar “El primero te lo regalan, el segundo te lo venden” de Los Twist, prueban con el pulso hipnótico en “Iluminar en la oscuridad” y “Bajaran”, juegan con las palabras en “Consumado” que actualiza la frase de Gil Scott Heron diciendo que la revolución no será transmitida por Internet y exploran en distintas texturas como en “Al fin” para llevarnos de paseo por canciones que nos transportan más allá de lo que tenemos delante de nuestra narices.

Lawrence
A Day in the Life
Peter Kersten, conocido como Lawrence, es un dj y productor de Hamburgo de larga data y fundador de los sellos Dial y Smallville. Su último disco fue editado por la escudería japonesa Mule Electronic con la que hace años colabora. Para este nuevo trabajo prescinde de la carrocería rítmica que lo caracteriza, para explorar en el terreno del ambient y los paisajes sonoros. Lejos del mero ejercicio de sustraerle la parte rítmica y, más cercano a profundizar un costado que siempre estuvo latente en la música de Lawrence, nos invita a bajar los decibeles y pasear por un lugar que es ningún lado, como bien dice en “Nowhere Is A Place”, uno de los temas más logrados del álbum.