“Hay una lesbiana en mi sopa” antes figuraba bajo el dominio de wordpress, pero desde mayo del 2014 es una página .com. El nombre parodia el título de aquel libro que puso a la profesora Romina García Hermelo bajo el ojo del huracán por incitación al lesbianismo y a la pornografía en el aula, ¿se recuerda? Ahora renace, sí, en forma de portal de noticias de interés apto para todo público que copta “croquetas” seguidoras (argentinas, ¿nos resistimos a la proliferación del lenguaje culinario para autodenominarnos o nos entregamos gozosas a ser aquello que entra por la boca?). El multiclick y el impacto viral de las redes Facebook y Twitter les sirven a diario el alimento líquido a más de 5000 contactas hispanohablantas del mundo.

Los ingredientes son muchos, de los más variados, aunque los fuertes son: cine, televisión y literatura. En este último rubro se leen variadas entrevistas –a la escritora estadounidense Georgia Beers, por ejemplo–, así como críticas y recomendaciones –Políticamente incorrectas, de Emma Mars; El retorno de la expatriada, de Teresa Dovalpage, y En fuera de juego, de Valerie Col, son algunos de los títulos que tuvieron su reseña–. Interesante para quien quiera darse un empacho sobre lo que anda circulando en materia de literatura croqueta. Las salidas del closet de lxs famosxs también ocupan un espacio central, la sección “Webseries” nos da un paseo por esas tiras-adictivas que se pueden ver en canales de YouTube o Netflix, las últimas novedades sobre The Orange Is The New Black (si no la viste te sacan el carnet de torta) y otras como RWBY, Words With Girls, la brasileña Red y Carmilla, una yankee de vampiros que parece que estaría seduciendo a toda la teleaudiencia. Hay que aclarar: de estudios de género y lucha política muy poco, las críticas son soft y fácilmente digeribles, sobreestiman la comedia e intentan resolver prejuicios a través del humor (de la sección “Opinión”: “¿Doctora, cuándo puedo considerar que de verdad me he acostado con mi novia? ¿Tras practicar sexo oral? ¿Es necesario utilizar un dildo para ello? ¿Entonces si masturbo a mi novia pero con la ropa puesta, es sólo masturbarla, o se puede considerar como que nos hemos acostado? Vaya chorrada...”). Las chicas tienen hallazgos, hay que decirlo, extracuriosos: encuentran fotógrafas especializadas en casamientos de mujeres (¡y las entrevistan!) o te dan info sobre aplicaciones mobile para conseguir novia (la app “Brenda” es una) y recetas de cocina para chuparse las conchas (sección “Grastronbollo 2.0”). La sección “Sexo y salud” se las trae, promociona dildos para todos los gustos: el A-moore de Adrien Lastic (especial para falofóbicas por su forma original para estimulación del clítoris) o el Thais (que en el prospecto dice: usar de a dos) son algunos. Las periodistas prueban y reprueban, recomiendan velocidades y colores (ahorrándonos ese vergonzoso trámite de intentar devolver un aparatito al sex shop porque no satisface la demanda) y nos cuentan, por ejemplo, si vienen con conexión USB para que no le tengamos que sacar las pilas al remoto a último momento. Son especialistas –escuchad, adictas a las consolas– en el mundo de los videojuegos y cazan al vuelo aquellos mundos virtuales que incluyen relaciones lésbicas.

A Emma Mars y M, las principales editoras, se les unieron Lawliet Riatha, Marca, Deepah, Gio, Scout, Toast, Syx, Lia y Charlie von Bleicken como colaboradoras habituales. Todas firman bajo seudónimo –porque muchas vienen del mundo del fanfic y del animé– y se describen sin tapujos como el staff bizarro que son: patológicas, tímidas, trotamundos, adictas al comic y a los libros, programadoras android, gamers, amantes de los gatos, butch seductoras compulsivas de pelirrojas, etc.

www.hayunalesbianaenmisopa.com