foto Sebastián Freire

A un día de participar de la gran concentración de Ni Una Menos, con la imagen fresca tantas personas pidiendo sencillamente que las identidades femeninas puedan vivir en paz, me encontré cubriendo el Pre Miss Trans. Nunca pensé que asistiría a un evento de estas características, que en esencia me parecen nefastos. ¿Qué clase de virtud es la belleza? ¿Qué clase de vara la mide? Generalmente una bien fálica. Busqué y busqué en mis adentros, y mi fibra feminista se indignaba de sólo pensar en asistir. Hasta que me di cuenta de que una vez más me estaba poniendo dramático y juez. Que exista un Miss Trans me parece también, un acto de empoderamiento. Las chicas que ahí concursaban, seguramente ni en sus más remotos sueños veían la posibilidad real de participar en uno. Ellas, y yo también, crecimos en el mundo Disney. Seguramente el brillo que veía en sus ojos al desfilar se parece al mío cuando me miro al espejo y poso como un rockstar en cuero.Todos estamos atravesados por lo mismo, diseñados para encajar en uno u otro molde. Que las personas trans nos permitamos jugar los juegos que nos fueron prohibidos también es un lujo más que podemos darnos. Fui acompañado de mi novia Andrea, y juntos también jugamos, desde nuestra mesa veíamos a las chicas apenas salían, así que podíamos conversar sobre lo que veíamos y seguir jugando cuando recibí codazos cuando se me fueron demasiado los ojos. La risa, y las sonrisas –que abundaron esa noche– también. La risa es estar lejos del miedo. Yo mismo estaba ahí sonriendo como muñequito de torta desde mi ubicación, sumergido en la marea de alegría compartida.

Según las palabras de Ivana Bordei, la organizadora del Miss Trans Argentina, el concurso quiere hacer ver la belleza, elegancia y glamour de la nueva generación trans femenina. Es muy gratificante que, después de tanto manoseo y ridiculización de las personas trans en los medios masivos, haya lugar para que las chicas se luzcan, así sea que se trate de un lugar nacido del mismo colectivo. Una vez más, fue una persona trans quien tendió la mano a otras compañeras creando este lugar para honrar su belleza.

Difícil tarea tuvo el jurado, compuesto por Martín Churba (diseñador de moda), Juan Pablo Caballero (bailarín solista del Teatro Argentino de La Plata), Pablo Cabrera (jefe de sastrería del teatro Colón), Ubaldo Calventos (diseñador de moda) y Brenda Ravena (profesora de modelaje que quiere abrir la primera escuela de modelos trans).

La conducción estuvo a cargo de Sissy Giorlano, conductora oficial del miss trans argentina 2004, 2005 y 2007, quien vino especialmente de Italia para estar en el evento de este año. Estuvo acompañada del bailarín Gerardo Mel, quien inauguró la noche con una audaz coreografía de Juan González (bailarín y performer). La siguieron los shows de Eugenia Mauvecin, la bailarina Saina, quien nos deleitó con sus danzas árabes y Nacho Silva, y su folclore fusión. Así de diversa fue esta noche sin dudas memorable. Con aires de entrega de los Oscar, de peña y de desfile de modas. Las chicas integrantes de la Cooperativa Arte trans participaron activamente atentas a todos los detalles para que el evento saliera soñado. Y así fue, seguramente para muchas. El lugar, La Oreja Negra, se vistió de fiesta, glamour y sensación de victoria. Esa noche ganó el orgullo de ser quienes somos. Y como no todo es flashes y tacos, el evento tuvo su momento emotivo, cuando Daniela Ruiz destacó por su activismo a Marlene Wayar y Marisa Acevedo.

Las ganadoras de la noche, entre las cuales se elegirá a la Miss Trans Argentina 2015 en noviembre, fueron Julieta Brizuela (25 años) de Buenos Aires, Sofía Antonella Suica (23 años) de Salta, Lorena Carolina Villafañe (29 años) de Rosario, Paola Medina (33 años) también rosarina, la oriental Gabriela Ihanel Farfan (20 años) de Jujuy y Victoria Guadalupe Sánchez (23 años) de Salta.

Y en una noche digna de carrozas y hadas, por supuesto, no podía faltar un príncipe: así que el novio de Mariana Zelaschi, arrodillado y con anillo en mano, en pleno escenario le pidió compromiso, arrancando suspiros de toda la platea, dándole revancha a pesar de no haber sido elegida. Sonará trillado, pero creo que sin dudas todas y todos los participantes ganamos.