soy

Viernes, 6 de marzo de 2009

PARIS Y DANNA GALáN

Lo primero es la familia

La Familia Galán es un colectivo trans que, desde hace más de una década, viene ganando las empinadas calles bolivianas para derramar lo lúdico, estético y absurdo del mundo drag en las tierras de Evo Morales. A una semana de su participación en el famoso Carnaval de Oruro, Danna y Paris Galán recibieron a Soy en un cafecito paceño y, con un suculento plato de pique a lo macho de por medio, repasaron su larga trayectoria y reflexionaron sobre la nueva Constitución boliviana.

 Por Nicolás G. Recoaro, desde La Paz

¿Cómo arrancó la historia de la Familia Galán?

Paris: —La Familia Galán nace en 2001, después de varias acciones performativas que nos ayudaron a construirnos, pero la comunidad se venía formando desde el año ’97. Hacíamos shows en discos una vez por semana, en el Montículo, un lugar bien under, en una callecita del Bronx paceño. Así se fue pasando la bola de boca en boca y la gente nos comenzó a conocer como Las Galán. La gente venía a ver el show y como que les encantaba nuestra manera lúdica de entender el transformismo.

Danna: —En un principio participaban Diana Sofía, Lionela, Sabrina y La Paris, pero con los años nos fuimos incorporando muchas nuevas integrantes a la familia. Sin pensarlo demasiado, en un momento la conexión entre las integrantes de la Familia dejó de ser under y pasó a ser una propuesta que nos llevaba a ver el transformismo y la sexualidad como un tema político. Queríamos abrir una puerta en los espacios públicos.

¿Y cómo se dio ese pasaje del under al espacio público?

Danna: —Lo imaginábamos, lo soñábamos, pero no sabíamos cómo llevarlo adelante. En 2001 nos invitan a un festival de ciudadanía sexual en el centro de La Paz, a la luz del día. Esa fue nuestra primera aparición en la luz pública, y fue como la salida del closet de la Familia Galán. Paris ya había salido antes en la televisión, pero en mi caso era la primera experiencia.

¿Qué recordás de aquel día?

Danna: —De alguna manera tenía temor, pero lo escondía. Era el temor al misterio, a no saber qué iba a pasar con el público. No sabía si nos iban a tirar tomates o si iba a ser algo extraordinario. Por suerte terminó siendo lo segundo. Me acuerdo del sudor, de los nervios, pero una vez que entramos en el escenario como que te transformás. Fue la primera vez que nos plantamos hacer un discurso, que no fue tan pulido, pero que sentíamos que nos salía del alma. A partir de ese discurso mucha gente empieza a reconocernos como iconos trans bolivianos, porque hacíamos carne el discurso trans.

¿Cómo sienten que los ve la sociedad boliviana?

Paris: —La gente asocia a la Familia Galán con ejercicio de derechos. En los últimos siete años hemos hecho teatro y radio, pero también hemos tenido mucho éxito informando en talleres y campañas sobre VIH y el uso del condón, que eran temas muy resistidos por la sociedad boliviana. Y nosotras lo hicimos abiertamente y saliendo a la calle, y eso es un gran éxito.

Danna: —Paradójicamente, la Familia Galán ha tenido tanto éxito por fuera de la comunidad Glttbi, que eso nos trajo algunos problemas hacia el adentro de la comunidad.

¿Por qué?

Paris: —En mi vida tuve idas y vueltas con la comunidad Glttbi boliviana. Creo que en Bolivia todavía hay una resistencia a la visibilización, es un tema latente que no ha tenido un cierre definitivo. Además, al interior de la comunidad se ha construido toda una fabulación de la Familia Galán, diciendo que somos agresivas, peleadoras, reclamonas y opositoras. Pura envidia, por eso nosotras planteamos muchas veces la “divina indiferencia”.

Danna: —Por otro lado, con la llegada de Internet, la comunidad Glttbi se ha transformado en una cibercomunidad, algo que nos aleja de la gente, y las relaciones han pasado a ser harto virtuales. A nosotras nos interesa establecer el cara a cara, trazar una relación de mucha complicidad con la sociedad toda. Cuando empezamos a salir a la luz pública, comenzamos a darnos cuenta de que podíamos apropiarnos, simbólica y físicamente, de muchos espacios públicos que eran inaccesibles para trans y travestis. No nos interesa alejarnos de ese camino.

¿Y cómo se definen desde lo ideológico?

Danna: —Personalmente creo que somos parte de un fenómeno posmoderno de corporalidades, de representación de la sexualidad diversa. Y como movimiento con una acción política somos no lineales, nada racionales. Hemos hecho shows y muestras de fotos en lugares que eran prohibidos y elitistas, pero nosotras logramos ocupar esos espacios para interpelar a los espectadores. Los shows de la Familia Galán no apuntan sólo a una representación estética sino que todas nuestras representaciones performativas conllevan un hecho político. Buscamos irrumpir esos espacios, pero de una manera muy sincera y sin buscar provocar por provocar. Sin agresión al otro, las Galán queremos crear lazos y recibir alegría y aceptación.

Paris: —No asumimos lo trans sólo como transformismo sino como una ideología que intenta romper con lo correcto, lo supuestamente normal. En las calles, la Familia Galán divierte, reclama, informa, entretiene, pero fundamentalmente ponemos el cuerpo para abrir nuevos espacios de diálogo.

¿Qué piensan del proceso político y social que terminó con la aprobación de la nueva Constitución boliviana?

Paris: —El trabajo de la Asamblea Constituyente se ganó en las calles. Fueron años de marchas, maquillaje y protesta; con los movimientos sociales, colectivos y organizaciones que peleamos para lograr un verdadero cambio. No se hizo de un día para el otro. Ha sido un trabajo arduo de salir a las calles, de maquillarse y luchar por nuestros derechos. El texto constitucional original, que salió del debate en la Constituyente, incluía un artículo que mencionaba el derecho al matrimonio entre dos personas —sin aclarar el género—, pero por presiones de algunos sectores conservadores, desde el MAS (Movimiento Al Socialismo) hasta la Iglesia, se modificó y se cerró el debate. Pienso que el gobierno de Evo Morales no quiere meterse en este tema, sobre todo porque le puede traer algunos conflictos, pero estamos enteradas de que hay varios proyectos oficiales para incorporar el derecho al concubinato entre personas del mismo sexo, para complementar la nueva carta magna. Esperemos que se avance en ese terreno.

¿Y qué piensan del abordaje que se hace de lo cultural desde el gobierno de Evo?

Danna: —Lo cultural en Bolivia muchas veces ha quedado reducido a lo étnico, y eso hay que modificarlo. Creo que la discusión sobre la cultura no debe quedar encasillada en los pueblos originarios y sus lenguas sino que también debe estar entretejida con la sexualidad, el género. Estamos en un momento muy interesante para repensar las culturas desde el placer, la sexualidad y otros enfoques que no se han abordado.

¿Qué significa para la Familia Galán el Carnaval de Oruro?

Danna: —Los carnavales y las fiestas son manifestaciones fundamentales de toda la cultura boliviana. Creo que somos uno de los pocos países del mundo que nos podemos jactar de tener más de dos fiestas por día. Las fiestas, y sobre todo los carnavales, son espacios de interrelación, de festejo, de sexo, de invertir los valores. Para la Familia Galán, el Carnaval de Oruro representa una verdadera revolución, una oportunidad única de trazar puentes con el público.

Paris: —Cuando nos invitaron a participar en uno de los grupos que bailan por las calles, en el año 2002, decidimos armar un bloque de waphuris, que es uno de los personajes tradicionales del Carnaval. El problema que tuvimos en aquel año fue que al probarnos el traje tradicional del waphuri, nos dimos cuenta de que era muy pesado, como 50 kilos de carga. Entonces decidimos costurarnos nuestros propios diseños, inspirados en el torerito de Juan Gabriel. Los hicimos a mano y no sabíamos cuál iba a ser la reacción de nuestros compañeros, ni del público, que solían ser muy tradicionalistas.

¿Y cómo reaccionaron?

Paris: —Nosotras fuimos igual a Oruro y antes de la partida hubo un silencio sospechoso, pero cuando comenzamos a bailar el público estalló. Eramos personajes nuevos, únicos: los waphuris de la Familia Galán.

Danna: —Con los años ya hemos agarrado seguridad y el público que festeja el Carnaval en Oruro ya nos espera. Creo que hay un reconocimiento a nuestro humilde aporte a la fiesta. Inclusive el año pasado nos eligieron como los prestes del conjunto en el que desfilamos. Y ser preste es un honor que se les da a las personas más comprometidas con el festejo. Es muy simbólico, nos entregan el preste a la virgen para que organicemos la fiesta principal de la compañía. Ojalá podamos verlos otra vez por Oruro. Sólo hay que preguntar por Las Galán, y ahí tienen la fiesta asegurada.

Compartir: 

Twitter

 
SOY
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.