turismo

Domingo, 29 de marzo de 2009

ALTO VALLE > GENERAL ROCA

Un río de vida

Ubicada en el Alto Valle, la ciudad de General Roca está atravesada por el caudaloso río Negro. Actividades náuticas y circuitos turísticos por la Ruta de la Pera y la Manzana invitan a visitar la pródiga tierra donde también se producen excelentes uvas que derivan en vinos de calidad internacional. Un viaje para tener en cuenta en esta época en que el verano se alarga.

 Por Pablo Donadio

Ese hueco que es el Alto Valle se muestra desde el cielo como una literal fuente de vida. Desde las alturas, y atravesado por la ancha cinta plateada del río Negro, General Roca se convierte en una suerte de vasija en la que caben los frutos de la estupenda cosecha frutihortícola de la región, donde se destacan sus manzanas y las uvas que luego son transformadas en deliciosos vinos de renombre internacional. Pero no todo es producción de la pródiga tierra. Ahí está el río más caudaloso de la Patagonia con un abanico de actividades para los turistas: kayak, esquí, wakeboard, remo, windsurf, paseos en lancha y las clásicas “flotadas”, además de la pesca con mosca y el trolling.

OASIS EN LA ESTEPA El valle del río es un respiro en medio de la extensa estepa patagónica. Especialistas del INTA lo explican perfectamente: “Extendido como región y junto a los valles inferiores de sus tributarios, los ríos Limay y Neuquén, el Alto Valle se extiende por encima de los límites políticos entre las provincias de Río Negro y Neuquén. Su caudal regular (1070 m3/s anuales), está alimentado por importantes precipitaciones de agua y nieve y ha posibilitado el desarrollo de una zona densamente poblada y explotada a lo largo de ciento veinte kilómetros”.

En el centro de la escena, la ciudad de General Roca, reconocida como Capital de la Manzana y sede de la fiesta nacional de esta fruta, cuenta con un circuito para propios y ajenos llamado “La ruta de la pera y la manzana” que permite a los visitantes conocer el mundo de las chacras y las fincas donde se produce a lo largo de todo el año. Más allá de las condiciones naturales, el trabajo del hombre ha sido clave para el éxito: además de las clásicas “cortinas” de álamos existentes en casi toda la Patagonia, se ha trabajado muy duro para el control del agua –al igual que en varias ciudades de Mendoza– por medio de canales de riego que no sólo son esenciales para las plantaciones de manzanas, peras y duraznos, sino un transformador de la geografía y el paisaje. Las características climáticas de la zona (noches frías y días de sol con una gran amplitud térmica) también han constituido un factor ideal para el cultivo de cepajes de uva fina, lo cual también ha generado “La ruta del vino”, un circuito que invita a conocer el proceso de elaboración de las célebres uvas locales, trabajadas en las bodegas cercanas hasta convertirse en exquisitos vinos de exportación. Visitas guiadas, recorridos por los viñedos (con algún racimo de regalo) y una caminata hasta la cava donde las barricas descansan en la penumbra, concluyen con una tradicional degustación in situ.

“¿VAMOS AL RIO?” La pregunta suele ser habitual en Roca. Ubicado a 10 minutos del casco urbano de la ciudad, el extenso flujo del río Negro atrae a chicos y grandes a disfrutar de tardes de mate y bronceado, a incontables actividades náuticas y a la pesca. En la bajada de cemento del Club Náutico (5 pesos mediante) o en alguno de los recovecos o piletones que la corriente permite (más allá del caudal, muestra aguas tranquilas), bajan lanchas a motor, gomones, kayaks, velas de windsurf y algún que otro loco del kitesurf. Mientras los más pequeños chapotean un rato en las márgenes, donde el suelo arenoso y limoso deja ver la barba acuática, se ven de punta a punta las piruetas que los adolescentes ofrecen con el wakeboard. Un sensacional avistaje de aves en la “flotada” descubre el bordeado de playas de una gran parte del valle. Pero la actividad estrella en toda época del año es la pesca. “La trucha arco iris es la reina de estas aguas, el trofeo más difícil de conseguir. Yo me conformo con sacar algo, una boga o una perca, aunque sea”, afirma un agiornado pescador local con el agua en la cintura, mientas explica las bondades del fly fishing (o pesca con mosca, en criollo).

A lo largo de su recorrido, el Negro se dibuja a sí mismo en un cañón custodiado por las bardas, unas enormes terrazas de piedra que, según cuenta la historia-mito, era el lugar al cual había que dirigirse si la alarma de los bomberos sonaba siete veces, señal para alertar el estallido de la represa hidroeléctrica El Chocón. Como quiera que sea, las escarpadas paredes de rocas sedimentarias se convierten también en un fuerte atractivo para la práctica de deportes de aventura como el rappel, la escalada, la tirolesa, el trekking y el mountain bike. Se accede a ellas por el Area Natural Protegida Paso Córdova, vía un enorme puente de cemento sobre el río. Claro que si hay un sitio que lo resume todo, ése es el Mirador Tres Cruces, un verdadero punto panorámico desde donde se observa el contraste entre el valle, la estepa, el río, la ciudad y las bardas del más allá. “Las actividades en torno del río son incontables, destacándose a nivel competitivo la famosa regata del río Negro. Además, el rally y las carreras de TC 2000, que nos visitan de tanto en tanto, suman otros eventos interesantes a nuestra ciudad”, afirma Guadalupe del Valle, directora de Turismo local.

SABERES Y SABORES General Roca es la segunda ciudad en importancia de la provincia de Río Negro. Entre sus calles anchas y bulevares se destaca el Canalito, un hormigonado conducto que recorre de Este a Oeste la ciudad, decora sus avenidas y reúne a las familias, sobre todo en verano. Decenas de chicos y grandes se instalan en sus cercanías a tocar la guitarra y matear, y a disfrutar de la suave corriente del agua que alimenta los campos de la zona. El Canalito, que se construyó en 1884 a pico y pala, atraviesa la ciudad entre bellísimas arboledas y plazoletas. En su punto destacado se erige, soberbia, la moderna manzana de metal: una inmensa escultura realizada por el arquitecto reginense Martín Frullani, e inaugurada en 2006 como homenaje a los trabajadores de la fruta. A pocas cuadras, el Canal Grande sabe ya de riegos más voluminosos y ha sido sede de importantes actividades y competencias de clubes y colegios.

Si bien el vivir pueblerino de Roca es uno de sus mayores encantos, sus ímpetus de modernidad han dejando en pie apenas cuatro edificios antiguos. En contraste con ese paso atropellador de la modernidad, la vieja estación del tren (hoy sede de la Secretaría Municipal de Turismo y Cultura) permanece intacta y da gusto verla. No muy lejos de allí se encuentra otra joyita del pago: el Museo Patagónico de Ciencias Naturales, un sitio que atesora restos óseos de dinosaurios, troncos petrificados, restos de mamíferos y nidos de escarabajos fosilizados. En el museo también se brinda información sobre disciplinas de las Ciencias Naturales como la paleontología, la biología, la zoología, la geología, la botánica y la agronomía, que aportan conocimientos a la población sobre la naturaleza que los rodea. En el primer piso se puede participar de un circuito didáctico, mediante el cual se aprende rápidamente qué es un fósil, cómo es el proceso de fosilización y cuáles son los materiales que se fosilizan. Una excursión paleontológica ofrece al visitante la posibilidad de remontarse al pasado e interpretar cómo era el paisaje y cuál ha sido la evolución hasta el día de hoy.

Para el final, vale la pena cruzar la avenida y sentarse en alguno de sus restaurantes a degustar el cordero patagónico, acompañado por los exquisitos vinos de la región, concluyendo así un viaje que combina el sabor, el saber y el placer.

DATOS UTILES

Cómo llegar Desde Buenos Aires son 1176 kilómetros. Aerolíneas Argentinas (www.aerolineas.com.ar / 0810-222-86527) tiene varios vuelos diarios hasta Neuquén (a 48 kilómetros), con tarifas promocionales, que si se las reserva con tiempo pueden ser inferiores a $500. En ómnibus varias líneas parten de Retiro para un viaje que dura aproximadamente 14 horas. Las tarifas van de $150 a $188 (grupo Vía Bariloche www.viabariloche.com.ar). En auto se toma la RN 3 hasta Bahía Blanca y se continúa camino hasta la RN 22 unos 500 kilómetros hasta llegar a Roca.

Más información Turismo de General Roca: (02941) 42-3195 [email protected]

Casa de la provincia de Río Negro: (011) 4393-1298 [email protected]

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Wakeboard en el caudaloso río Negro.
 
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