turismo

Domingo, 17 de agosto de 2008

Crónica de una flotada

 Por Mariana Lafont

Nos embarcamos en un sector cercano a Cipolletti para realizar una flotada en gomón hasta Villa Regina, a través de un ecosistema húmedo que alberga gran cantidad de aves. En la época que hicimos la excursión el río estaba mucho más bajo de lo habitual ya que los embalses estaban reteniendo agua. Sin embargo, según explicó el biólogo que nos acompañaba, por esa misma razón pudimos ver un mayor número de aves como macaes, cisnes coscoroba, entre otros. En cambio, en condiciones normales algunos sectores suelen ser muy profundos, con anchos brazos y gran cantidad de islas.

Nos pusimos los salvavidas, cada uno ocupó su lugar y la balsa se dejó llevar por la suave corriente. Enseguida comprobamos el singular marco natural en el que estábamos insertos: a un lado se veía la árida y seca margen de la meseta y al otro la costa verde de sauces. Desde que partimos por la mañana hasta que llegamos a la zona de pernocte no hubo un solo momento en el que no viéramos aves. Las primeras en asomarse fueron las elegantes garzas blancas. Estas aves, junto con otras zancudas (como la garcita blanca chica, la garza mora, flamencos, teros, teros reales y chorlos) suelen elegir aquellos sitios en que el río fluye por brazos más pequeños donde la velocidad y la profundidad es menor y de ese modo se desplazan caminando por el fondo del agua. Mientras tanto, un inquieto grupo de gallaretas “carreteaba” sobre la superficie del agua como si fueran aviones a punto de despegar. A medida que avanzábamos fueron surgiendo cuervillos de cañada, jilgueros, benteveos, chimangos, teros y jotes que nos miraban desde la costa. Almorzamos en Allen, bajo la sombra protectora de unos sauces y antes de partir visitamos un avistadero cercano. Parecía increíble ver tal concentración de pájaros en tan pequeña laguna. Había cisnes de cuello negro, flamencos, biguaes, patos (picazo, colorado, overo, barcino, maicero, zambullidor chico, entre otros) y loros barranqueros. El plato fuerte fue, sin dudas, el atardecer. Poco a poco se fueron formando grandes y esponjosas nubes teñidas por una suave luz rosada. Entre tanto, las aves se habían transformado en siluetas estilizadas que volaban de un lado a otro mientras un Martín Pescador se zambullía y hacía su última pesca del día.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
TURISMO
 indice
  • Nota de tapa> CHILE > La ciudad de Valparaíso
    Una porteña sobre el Pacífico
    En Chile, una visita a la luminosa y colorida ciudad-puerto sobre el Pacífico.
    Por Pablo Donadio
  • PATAGONIA > FLOTADA Y AVISTAJE DE AVES EN EL RíO NEGRO
    Travesías por el Alto Valle
    Por Mariana Lafont
  • FRANCIA > PANORAMA DESDE UN GLOBO
    En los cielos de París
    Por Graciela Cutuli

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.