UNIVERSIDAD › DIáLOGO CON LILIANA DEMAIO, RECTORA DEL INSTITUTO UNIVERSITARIO NACIONAL DEL ARTE

“Formamos artistas comprometidos”

Demaio plantea que “hay una necesidad social de la enseñanza de las artes” y asegura que debe abordarse como un “universo multidisciplinario”. Aclara que “el IUNA no se dedica a una sola área”.

Entiende el arte como un “universo multidisciplinar”. Considera que la expresión artística no es una sola, ni tiene un solo aspecto técnico. “Hay una necesidad social de la enseñanza de las artes –agrega–, y nuestra propuesta es formar artistas comprometidos con la sociedad.” Esta es la mirada de Liliana Demaio, rectora del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Sus palabras están en tensión con la denominación de la casa de estudios que conduce: al ser creado en 1994, el IUNA fue considerado una institución monodisciplinario, por lo que se le otorgó la clasificación de “instituto universitario”. Y esto, en la práctica, implica diversos problemas para la institución. Por eso, aunque no lo admiten públicamente, las autoridades del IUNA analizan una propuesta para que pase a denominarse “universidad”.

–¿Cuál fue la motivación de la creación del IUNA?

–El IUNA se crea como una oportunidad de jerarquizar la enseñanza universitaria en artes. Había una demanda de los propios institutos terciarios. Y una demanda de la ciudad, por su nivel de desarrollo artístico. Con todo, era una apuesta estratégica para cambiar los paradigmas vigentes.

–Vivió un proceso de institucionalización que tuvo luces y sombras...

–Muchas. El IUNA se forma con siete institutos terciarios. Cada uno con una cultura propia y sin vinculación entre sí. Hubo que aprender con los años a convivir, a dejar de ser partes y ser el IUNA. Esto creó tensiones y llevó su tiempo. Es muy interesante cómo los estudiantes mismos aportaron para lograr esta articulación. Hace unas semanas, por ejemplo, se hizo el festival de la universidad. Es el segundo año que se realiza, son jornadas interdisciplinarias que aportan en este sentido.

–¿Por qué creen que debe enseñarse arte en la universidad?

–Es un debate que está en proceso en el mundo. En Latinoamérica, la primera experiencia de una universidad dedicada exclusivamente a la formación en artes es el IUNA. Luego, Venezuela hizo algo parecido y Ecuador está en camino. Brasil también les está dando status universitario a las carreras de arte. Nos parece que el arte, como forma de conocimiento, debe estar en la universidad, así como debe estar la ciencia. Formar a jóvenes y adultos en las disciplinas artísticas implica una determinada manera de mirar y comunicarse con el mundo. Las expresiones artísticas colaboran en la construcción de la identidad de un país.

–Pero, ¿qué le aporta la universidad a la expresión artística?

–Es una manera de mejorar la enseñanza artística, porque permite la conceptualización, la investigación y la democratización del arte. Es una necesidad social la enseñanza de arte. Todos vivimos experiencias estéticas, pero muchos no tienen la posibilidad de conceptualizarla, de formarse o de ser autodidactas, y de alguna manera quedan excluidos. El arte puede ser un mecanismo de inclusión, pero también de exclusión. Además, a diferencia de la enseñanza en un atelier, e incluso de una academia o escuela, el aprendizaje universitario es más colectivo, esto es, se aprende entre todos.

–¿Cómo lo hacen, con qué enfoque plantean las carreras?

–Hay una parte técnica, que es muy importante. Para ser actor, bailarín, músico, plástico o escultor necesitás un aprendizaje del oficio. Este peso, que es la mejor herencia que tenemos de los institutos terciarios, nunca se abandonó: todo lo contrario, se intentó profundizar. Pero, además, queremos formar artistas comprometidos con la sociedad, con el desarrollo de políticas públicas y con la gestión cultural. Entendemos el arte como un universo multidisciplinaria. Enseñamos diferentes disciplinas artísticas, y esto genera una variedad de graduados. Artistas, por supuesto, pero también críticos, docentes, técnicos, gestores culturales.

–¿Por qué se llama instituto y no directamente universidad?

–Por la ley (de Educación Superior), que dice que aquellas instituciones dedicadas a una sola área disciplinaria serán llamadas institutos universitarios, con la excepción de la UTN, que ya existía con ese nombre antes de la ley. Pero la discusión es que el IUNA no se dedica a una sola área disciplinaria. De hecho tenemos status de universidad nacional. Somos la otra universidad (por referencia a la UBA) que radica en la Ciudad de Buenos Aires, además de la UTN. Estamos en el CIN, dependemos de la misma planilla de presupuesto.

–¿Qué problemas les trae la denominación de instituto?

–Nos plantea algunas dificultades. Hacia adentro es más bien simbólico, tenemos cierta conciencia y deseo de llamarnos universidad. Hacia afuera, el inconveniente es mayor, porque nos confunden. Nos preguntan cuál es nuestra relación de dependencia. Si es de gestión privada. Si el título tiene validez nacional. Genera ciertos problemas de distribución de la información. Estamos en la otra página, en la de los institutos, y por eso a veces se olvidan de que somos una universidad.

Entrevista: Agustín Saavedra.

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“Enseñamos diferentes disciplinas.”
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